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Afganistán: al borde de una crisis alimentaria

Redacción

KABUL | El gobierno talibán lanzó este domingo un programa para ayudar a las familias más desfavorecidas en Afganistán, como parte de un programa de alimentos para reducir el hambre y la pobreza en el país.

Durante una conferencia de prensa que tuvo lugar en Kabul, el ministro de Agricultura y Ganadería, Abdul Rahman Rashed, anunció la distribución de 66.000 toneladas de trigo a cambio de trabajo.

Dicho programa, de dos meses de duración será implementado en primer en la capital afgana donde más de 11.000 toneladas serán distribuidas y se crearán cerca de 40.000 puestos de trabajo temporales. Un programa que hacerse extensivo a las 33 provincias restantes.

Los beneficiarios de este programa serán contratados por las autoridades para trabajar en proyectos de desarrollo, de reserva y distribución de riego y agua potable.

La crisis humanitaria afgana se agravó en los últimos años con la pandemia de la covid-19 y los problemas de sequía, a lo que recientemente se sumaron el recorte de activos por parte de Estados Unidos y la suspensión de los fondos internacionales tras la llegada al poder de los talibanes el pasado 15 de agosto.

Las agencias de la ONU advierten que su plan de respuesta humanitaria solo ha recibido un tercio de la financiación.

«Este invierno, millones de afganos se verán obligados a elegir entre migrar o morir de hambre, a menos que podamos intensificar nuestra ayuda para salvar vidas», señaló David Beasley, director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), en un comunicado emitido conjuntamente con la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).

«Afganistán se encuentra ahora entre las peores crisis humanitarias del mundo, si no la peor, y la seguridad alimentaria casi se ha colapsado», aseguró Beasley en un comunicado.

«Estamos en la cuenta atrás hacia una catástrofe y, si no actuamos ahora, tendremos un desastre total en nuestras propias manos», prosiguió Beasley.

Según el comunicado emitido por el PMA y la FAO, uno de cada dos afganos se enfrenta a una fase 3 de «crisis» o una fase 4 de escasez de alimentos de «emergencia».

La fase 4 está un paso por debajo de la hambruna. Los funcionarios subrayaron que el país, que ya lucha por salir de una guerra civil de 20 años, afronta su peor invierno en una década.

Ante la grave crisis, el director general de la FAO indicó: «Es urgente que actuemos de manera eficiente y eficaz para acelerar y ampliar nuestra entrega en Afganistán antes de que el invierno colapse una gran parte del país, con millones de personas –incluidos agricultores, mujeres, niños y ancianos– pasen hambre en el gélido invierno».

La FAO está buscando 11,4 millones de dólares (unos 9,7 millones de euros), en fondos urgentes y otros 200 millones de dólares (unos 171 millones de euros), para la temporada agrícola hasta 2022.

«El hambre está aumentando y los niños están muriendo. No podemos alimentar a la gente con promesas; los compromisos de financiación deben convertirse en dinero en efectivo», avisó Beasley.

«La comunidad internacional debe unirse para abordar esta crisis, que se está escapando de control rápidamente», subrayó el director ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos.

*Con información de RFI y AFP.

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