CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
Tamaulipas: El presidente ya decidió al candidato
¿El presidente AMLO ya definió aquí al candidato de MORENA a la gubernatura? Interesante y válida la pregunta en un estado donde el político tabasqueño es libra por libra, el mejor posicionado en el humor social de los tamaulipecos.
Pero además esta tierra de tres millones y medio de habitantes, es uno de los bastiones norteños más apreciados por el jefe de jefes de la 4T. Ahí le van algunos motivos de pesos y de peso:
Somos la primera ventana del norte con Estados Unidos. Tenemos frontera, litoral, gas y petróleo. Todo o casi todo lo que para bien o para mal busca llegar al mercado más grande del planeta, pasa por nuestro estado.
Bajo dicha perspectiva, Tamaulipas se convierte en una entidad federativa que todos desearían tener, políticamente hablando. Máxime cuando pareciera que los altos mandos que atienden el rubro de la seguridad pública, y los funcionarios estatales encargados de este tema, aplican la filosofía de dejar hacer y dejar pasar.
Los priistas gobernaron esta tierra de manera ininterrumpida, durante más de ochenta años, pero el fin de fiesta llegó entre enfrentamientos políticos y magnicidios. Por ese boquete del desastre y el descrédito llegó el PAN cabecista en el 2016, y ahora la que parece tocar a las puertas de Palacio de gobierno es una izquierda variopinta cuyos cuadros políticos responden a diversos orígenes partidistas y parcelarios:
Actualmente en MORENA Tamaulipas hay de dulce, de chile y de manteca: ex priistas, ex perredistas, petistas, así como monrealistas, obradoristas y claudistas, ebradoristas. Toda esta vorágine de apetitos por el poder constituye lo que todos conocemos como el proceso interno, o sea un verdadero avispero dispuesto a obtener la preciada candidatura a gobernador, a costa de…lo que sea.
Aunque si comparamos lo que sucede ahora con lo de seis años atrás, veremos que, en el destape al gobierno tamaulipeco del 2016, llevado a cabo por la cúpula tricolor del país, el presidente Enrique Peña Nieto no puso al candidato, sino que fue el grupo de Luis Videgaray Caso. En esa coyuntura sucesoria, el titular del Ejecutivo federal, nunca tuvo un especial interés en que gobernara uno de su partido. Ello permitió, según versiones, pagarle al panismo los favores de la reforma energética, con varias gubernaturas, entre ellas la de nuestro estado.
Lo ocurrido con un PRI peñista en franca retirada y engolosinado, con los negocios a la sombra del poder, dista mucho de parecerse al actual escenario donde el presidente Andrés Manuel López Obrador ha puesto un marcaje personal destinado a pintar de color guinda el próximo gobierno tamaulipeco.
En Tamaulipas el presidente AMLO tiene enfrente, no una elección más, como las quince batallas electorales ocurridas a mediados de este mismo año. ¡No señores! Lo que el jefe máximo de la 4T tiene pendiente en nuestro estado, es terminar de definir una verdadera guerra política, cuya primera parte ya se ganó con las alcaldías más importantes y la mayoría legislativa.
Dados los antecedentes y características que rodean la elección tamaulipeca del 2022, podríamos decir sin temor a equivocarnos que en ella estarán de por medio factores que ya no son parte solamente de la investidura, sino de la personalidad, como serían el orgullo y el carácter del presidente Andrés Manuel.
De ahí que el primer huésped de Palacio Nacional no puede darse el lujo de equivocarse mucho menos de improvisar. Tampoco AMLO se dejará llevar por grillas internas de los morenistas tamaulipecos.
López Obrador ya tiene candidato a la gubernatura.
La encuesta anunciada por el CEN de MORENA no deja de ser un mero formulismo político, un mecanismo formal mediante el cual, el líder máximo de MORENA habrá de hacer valer su veredicto.
Es natural que hasta ahora haya un jaloneo interno. En casi todos los estados donde recientemente se han celebrado elecciones por la gubernatura ha ocurrido lo mismo. Pero al final se ha impuesto la línea desde Palacio Nacional.
Me parece que solo es cuestión de esperar un poco más. Pero de que AMLO ya tomó la decisión, de eso ni duda cabe.
Lo que sí resulta conveniente es que cuanto menos se tarden, será menor el desgaste interno de MORENA, la marca mejor cotizada del actual sistema político mexicano.
Afirmar que la candidatura a gobernador en Tamaulipas, se decidirá en una encuesta de quince días, equivale a subestimar la inteligencia y la estrategia del político más popular, en la historia contemporánea del país, Andrés Manuel López Obrador.
¡No se hagan bolas!
En Tamaulipas, el presidente ya decidió al candidato.
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