Lucía Lagunes HuertaOpiniónZona de Reflexión

El Inmujeres que necesitamos

ZONA DE REFLEXIÓN
Por Lucía Lagunes
El Inmujeres que necesitamos  

Este mes se conmemoran 21 años de la creación del Instituto Nacional de las Mujeres. El aniversario nos lleva a evaluar el papel que ha jugado a lo largo de este tiempo, siguiendo la lógica de su mandato.  

A lo largo de estas dos décadas, el Inmujeres, como le conocemos, ha jugado dos papeles fundamentales: ser la instancia que empuja la política de Estado para la igualdad y no discriminación de mujeres y niñas y, la segunda, ser el espacio de interlocución legitimo del movimiento feminista para la discusión política.  

La tarea para ganarse su lugar en los gobiernos que lo desdeñan desde su creación no ha sido fácil, por eso desde el movimiento feminista se defiende el trabajo político del instituto para colocar en las prioridades del Estado Mexicano la igualdad de mujeres y niñas.  

Incluso se ha tenido que defender la autonomía de este instituto; recordemos que, en 2013, Peña Nieto intentó volverlo parte de la Secretaría de Desarrollo Social, lo cual enfrentó una oposición grandísima y finalmente se impidió.  

Hoy, por desgracia, vemos disminuida la presencia política del Instituto, como nunca en la historia. Esto ha roto el canal de comunicación que tenía el movimiento feminista para debatir con el gobierno en turno la política de igualdad. Su debilitamiento es grave, más aún cuando vemos el Informe Anual de los Riesgos a la Gobernabilidad, que elaboró la Secretaría de Gobernación, y el cual destaca15 puntos rojos que pueden obstruir la gobernabilidad en el país; la violencia de género está en el noveno lugar.  

Uno de los riesgos de la gobernabilidad, que señala este informe, radica en la ausencia de soluciones efectivas a demandas primordiales para la sociedad, que llevan a la crispación social. Otro elemento que dificultaría la gobernabilidad, de acuerdo con el estudio, es la impunidad que, según el análisis, lejos de disminuir ha crecido.  

Ambos elementos a los que se refiere la Secretaría de Gobernación están plasmados en las manifestaciones feministas, que cada día muestran más el hartazgo por la inseguridad para las mujeres y niñas y la falta de justicia, lo cual se suma a la ausencia de un espacio político de interlocución que no sea la calle.  

Tener en el ranking de focos rojos a la Violencia de Género como un factor de riesgo para gobernar nuestro país, tiene que llevar al Gobierno Federal a revisar lo contraproducente que ha sido relegar de sus prioridades la agenda de igualdad de las mujeres y sus instituciones, y hacer del movimiento feminista un adversario.  

Paralelamente, el gobierno tiene que examinar las políticas que ha implementado (y que no han dado los resultados esperados) para corregir el rumbo.  

En ese camino, el Instituto Nacional de las Mujeres debe recobrar su papel protagónico en la construcción de la política de igualdad y no permitir ser marginado de la construcción de la propuesta de país, por su mandato y en honor al trabajo de las feministas mexicanas que durante años construyeron las condiciones para su creación.  

Estamos en un momento crucial que puede significar el avance o el retroceso para la democracia mexicana. Perder lo ganado no es la opción.  

De acuerdo con el análisis de riesgo que hace la Secretaría de Gobernación, más vale cambiar el rumbo, garantizar políticas efectivas para erradicar la violencia contra las mujeres y el verdadero acceso a la justicia, fortalecer las instituciones para que hagan su trabajo y garantizar la estabilidad nacional que se requiere para seguir gobernando.  

¡¡Esto es lo que está en juego!!

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