NUEVA YORK | Estados Unidos y la Unión Europea registraron los mayores aumentos en el uso de carbón durante el año con alzas de cerca de 20 por ciento cada uno y prevén que el mundo genere en 2022 una cantidad récord de electricidad proveniente de la fuente más sucia que existe.
Según un informe de la Agencia Internacional de Energía (AIE), se estima que la generación a carbón registrará un alza de 9 por ciento frente al año pasado.
El retroceso recibe el impulso de la recuperación económica tras la pandemia de Covid-19, que está superando la capacidad de las fuentes de energía bajas en carbono para mantener el suministro.
Ese giro tras las caídas de los dos años anteriores amenaza el avance que ha logrado el mundo para alcanzar el cero neto de emisiones para 2050, indicó la AIE.
Ahora se estima que en 2024 las emisiones de dióxido de carbono derivadas de la quema de carbón serán al menos 3 mil millones de toneladas mayores que en un escenario en que se alcance el cero neto para 2050.
«El carbón es la fuente más grande de emisiones globales de carbono, y el nivel históricamente alto de generación de energía a carbón de este año es una preocupante señal de lo lejos que está el mundo en sus esfuerzos por lograr que las emisiones disminuyan hacia cero», dijo el director ejecutivo de la AIE, Fatih Birol.
Los precios récord del gas natural han aumentado la dependencia de otras fuentes, como el carbón, lo que ha dado paso a que se inste a inversiones más rápidas en energías renovables.
Los precios de la energía en Europa se han triplicado con creces en los últimos seis meses y se ha vuelto más rentable quemar carbón que gas.
Sin embargo, las empresas de servicios públicos han enfrentado dificultades para conseguirlo pese a que China y Estados Unidos están incrementando su producción.
Las disparidades regionales en el uso se están manifestando a nivel mundial a medida que Europa cierra las centrales eléctricas de carbón mientras China e India aumentan la producción.
La Unión Europea intensificó su compromiso climático en julio, apuntando a una caída del 55 por ciento en emisiones de gases de efecto invernadero para 2030 frente a una base de 1990, con foco en una transición a fuentes más limpias.
Es un objetivo difícil, especialmente considerando que países como Polonia y la República Checa utilizan principalmente con carbón y lignito.
*Con información de Bloomberg.
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