Por Jorge Maldonado Díaz
SANTIAGO, NL | Al ser de los pocos lugares con acceso al público, el paraje conocido como la Cola de Caballo de este municipio, lució abarrotado este jueves santo por decenas de visitantes locales y foráneos.
Como el nivel de la Presa de la Boca es demasiado bajo, la gente decidió ir a presenciar la cascada enclavada en la parte alta de la Sierra Madre.
Para poder admirar esta belleza natural, la gente tenía que hacer una enorme fila, antes de llegar a la plataforma ubicada en la parte baja de este manto acuífero.
“Ya nos habían hablado muy bien de esta cascada, por eso queríamos conocerla, y nos dejamos venir todos desde la Ciudad de México, mi hija Lupita fue las que nos motivó a venir a Nuevo León”, señaló Guadalupe Reséndiz.
La seguridad por parte de elementos de Fuerza Civil, Seguridad Pública y paramédicos de distintas corporaciones se redobló en el sitio.
“Nos da mucho gusto ver tanta tranquilidad, hace años que no se veía así”, dijo Martha González.
Quienes recibieron con beneplácito a los visitantes fueron los comerciantes que venden al interior como al exterior de este paraje turístico porque ante la pandemia, sus ganancias fueron mínimas y ya no sabían que hacer.
“Fueron dos años bien difíciles y más cuando cerraron todo, tuvimos que vender en otras partes, o hacer otras cosas, porque nada mas no salía el dinero para poder pagar servicios y comprar para comer, afortunadamente hoy ya está viniendo más gente, y las ventas han sido muy buenas”, refirió Pedro Morales.
Restaurantes, renta de ponys y carretas, eran de las preferencias de la gente que disfrutaba del paseo.
Una vez que culminaba el paseo por la Cola de Caballo, muchos decidieron ir a visitar la plaza central del municipio de Santiago.
Algunos otros se detenían en algunos puntos de la carretera para realizar la compra de alguna escultura o cortina.
El centro comercial de Los Cavazos fue otro de los preferidos por la gente quienes de regreso decidieron pasar por el lugar.
Algunos lo hicieron solo pare ver, otros más para comprar el tradicional pan de elote y otros más para disfrutar de la comida que venden algunos restaurantes del lugar.
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