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Sugerencias de la Corte: Soto al pastor

CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
Sugerencias de la Corte: Soto al pastor  

Hoy Arturo Soto busca hacer roncha, peleándose con el campeón de las urnas Lalo Gattas. Pero el panista huérfano político del calderonato,  está muy castigado en los encordados azules. Perdió poder de convocatoria. Si alguien grita su nombre en una esquina, ni las hurracas se juntan.   

El cabecismo lo arrumbó en el armario de la intrascendencia. Y lo más humillante: lo cambió por Oscar Almaraz.  

En el actual escenario de la política tamaulipeca, el nombre del panista Arturo Soto Alemán, no solo está asociado con el triste color de la derrota, sino también con el desagradable olor de la corrupción. Fue y sigue siendo el hematoma azul del sexenio.  

 Electoralmente le han dado duro y parejo. Pero también es recordado como el padrino de los aviadores y el saqueo financiero en la COMAPA.   

La parentela de ASA arrasó con lo poco que quedaba en la administración de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado. Y hasta ahora, no se les ha llamado a cuentas. Pero en un futuro no lejano, podrían hacerlo.  

Triste historia la de este ex titular de aduanas y ex protegido del matrimonio Zavala Calderón. Nunca pudo gobernar a ciudad Victoria. Y hoy el pueblo lo señala entre los responsables del atraso social y económico de la urbe capitalina.  

Por otra parte, se sabe que el panista Arturo Soto es fecha que no supera el trauma de haber mordido y llorado sobre almohada de la derrota política ante el actual diputado federal y próspero empresario gastronómico Oscar Almaraz Smer.  

Es de fama pública que Soto no puede ver ni en pintura a Oscar, aunque para efectos de declaraciones a los medios, probablemente dirá que el ex alcalde es su gran amigo. De suceder así, entonces Soto estaría dando muestras del llamado Síndrome de Estocolmo, cuyo significado es que la víctima desarrolla cierta fascinación por su victimario.  

En dos ocasiones Soto Alemán fue atravesado de pies a cabeza por el punzante acero de las urnas en su contra. En ambos casos, quien lo cocinó a fuego lento, en el horno de una democracia cruda y sin analgésicos fue el dueño del restaurante La Corte.  

En el 2016, en plena efervescencia cabecista, Soto buscó por segunda ocasión la alcaldía de ciudad Victoria. La coyuntura le favorecía, de manera que nuestro personaje se envolvió en la metáfora de los vientos, seguro de que esta vez, sí tendría éxito. Lamentablemente para ASA no fue así, y resultó derrotado por apretado margen ante Almaraz.   

Se dice que, en su momento, el liderazgo cabecista pudo haber intercedido por Soto, pero finalmente decidieron dejarlo solo con su dolor, con lo cual los texanos cabecistas le cobraban un poco la deuda al Expresidente Felipe Calderón, (protector de chico de la Azteca), cuando no los dejó llegar a la gubernatura, en la sucesión geñista del 2010.  

Posteriormente, en la selección interna del PAN para el proceso electoral 2021, y cuando Soto Alemán había levantado la mano para ser el candidato a la diputación federal, desde Palacio de Gobierno le hicieron el feo, y decidieron enviar adivinen a quien…? Pues nada menos que al verdugo Almaraz, el priista que ya para ese entonces le quemaba incienso al cabecismo, poniendo oídos sordos a quien lo calificaba como el Judas del sexenio geñista.  

Con cierto dolo y no poca saña, la nomenclatura panista envió a Soto para que se jugara su reelección de diputado local, a sabiendas del hartazgo social existente en las colonias populares de la capital tamaulipeca. La historia ya todos la conocemos: volvieron a horadarle el orgullo político. Lo derrotaron en las urnas.  

Obviamente que, desde palacio, los de la Marca Tam supieron pagarle muy bien a Arturo sus sacrificios y sus heridas políticas: Fue Subsecretario del área financiera y en su tiempo, montó un retén en las carreteras de la región fronteriza para hacerle la vida de cuadritos a los automovilistas. De hecho, en su momento fue señalado como un funcionario que actuaba al margen de la ley, y despojaba a los ciudadanos de cuanta cosa traían.  

Hasta hace tiempo, no se sabía nada de Arturo Soto en el centro del estado. Se le consideraba un fantasma político, un cuadro panista que había sido relegado por el cabecismo, y colocado en los espacios de la intrascendencia.  

Hoy trasciende que, ASA está atrás de algunos grupos que buscan reposicionar a su jefe mediante un protagonismo   chicharronero. Lo anterior en el cabildo de Eduardo Gattás ha sido tomado de quien viene:  

Viene, de un perdedor contumaz, de un alma atormentada que aún se despierta presa de las pesadillas, especialmente una donde el señor de la Corte, primero lo derrota, posteriormente lo desplaza en una diputación federal. Y, desde luego, en la cercanía con el poder en turno. 

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