OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Que no echará en corrida
CD. VICTORIA, Tamaulipas | Para no especular más, por lo menos ya sabemos que no echará en corrida hacia los Estados Unidos, que tiene la intención de entregar los mandos al sucesor como Dios y la Ley mandan.
Así dijo al periodista Ciro Gómez Leyva en cadena nacional, a donde habría concurrido con el tema central de “apurar” a la Suprema Corte a resolver el tema de su desafuero.
No puede ser verdad absoluta. De aquí al último de septiembre pueden pasar muchas cosas. Las hemos visto en situaciones de otros gobernadores.
Por lo que le dijo al comunicador –lo ha mencionado en otras ocasiones- tiene la seguridad de que el máximo tribunal “limpiará” su nombre en cuanto al juicio de procedencia y la orden de aprehensión. Tan limpio que podrá aspirar a “la grande”.
“No me límites”, dijo en los mismos micrófonos cuando en marzo le preguntaron si en 2024 se ve en alguna diputación o senaduría. Lo hizo pensando en Palacio Nacional.
Lo cierto es que el tiempo se le acaba. Le urge cerrar el expediente. Faltan dos meses y medio para que termine la inmunidad. Si la Corte no decide para entonces puede haber novedades. Si lo libera, ¡excelente! pasará a la historia como víctima del federalismo.
En lo personal no creemos que sea sincero. Otros ex Gobernadores mexicanos prefirieron poner pies en polvorosa que enfrentar juicios en territorio nacional. Como que les daba más seguridad, momentánea porque tarde o temprano enfrentaron a la Ley.
Que se sepa, de la docena de ex Gobernadores acusados por delitos en su ejercicio y hasta de favorecer al narco, todos han sido capturados. Ninguno está prófugo. El último traído a México es César Duarte, de Chihuahua, quien había sido capturado en julio del 2020 en Florida, Estados Unidos.
Llegó a México el dos de junio del presente. Estuvo libre casi cuatro años después de terminar el mandato.
Famosas las correrías de Javier Duarte Ochoa, de Veracruz. Se “perdió” a 48 días de terminar el ejercicio. Lo capturó Interpol en abril del 2017, en Guatemala, seis meses después de su “desaparición”.
Igual famosa la huida de Roberto Borge Angulo, ex de Quintana Roo, a quien los cuerpos de seguridad echaron el guante en Panamá el cinco de junio de 2017 cuando se disponía a viajar a París. Terminó el gobierno en septiembre del 2016 y para finales de mayo del 2017 tenía orden de aprehensión.
Advertir que, en el caso de Tamaulipas, la captura ya fue obsequiada por un Juez. El asunto está en “tumbarla”.
No quisiéramos poner el ejemplo de Tomás Yarrington Ruvalcaba porque es un desprestigio para Tamaulipas que esté preso en el lado gringo, pero es una realidad.
Su gobierno finalizó en 2004 y le echaron el guante en 2017 en Florencia, Italia, acusado de lavado de dinero y aceptar sobornos de la mafia. El largo brazo de la Ley lo agarró 13 años después de dejar el Palacio cúbico de la capital.
En cuanto cumpla sus penas en Estados Unidos lo mandarán para tierra mexica.
Serías penoso para los tamaulipecos que a nivel República y más allá de las fronteras, se diga que tres ex Gobernadores de esta región que palpita a la margen del Bravo, están tras las rejas al mismo tiempo.
Nunca es deseable ver a alguien en un penal, y menos cuando se trata de venganzas políticas como el asunto de Geño Hernández.
Otro caso: Roberto Sandoval, de Nayarit, fue capturado en junio del 2021, a casi cuatro años de dejar el poder. No huyó al extranjero, lo agarraron en Linares, Nuevo León.
No solo Yarrington fue a dar a los EE UU. El otro ejemplo es Mario Villanueva Madrid, ex de Quintana Roo. Terminaba el gobierno el cinco de abril de 1999 pero echó en corrida días antes. No asistió a la entrega de poderes a su sucesor. Dos años después cayó al bote.
Guillermo Padrés Elías, de Sonora culminó su inmunidad el 12 de septiembre del 2015. Llegó al penal el 10 de noviembre del 2016.
El último ex Gobernador en el tanque es Jaime Rodríguez Calderón, Don Bronco, de Nuevo León, pero con él no se cierra la historia. Seguro vendrán más.
Nadie en sano juicio desea mal a un congénere y menos cuando se trata de personas que han trascendido a la historia ¿o sí? Sería desastroso que, dentro de 50, 100 o más años, la crónica de Tamaulipas registre que tres ex Gobernadores fuero a dar al botellón, casi al mismo tiempo, en el primer cuarto del siglo 21.
El de Reynosa tiene derecho a defenderse, pero se nos hace demasiado optimismo. Todavía no la libra.
Tema aparte, pero sin salir de política, ya se supo que fueron puros inventos y mentiras las acusaciones que Inteligencia Financiera y la Fiscalía panista de Tamaulipas, hicieron sobre los hijos del Gobernador Electo Américo Villarreal.
En el caso de Américo Jr., los tribunales donde tramitó amparo han recibido 46 informes de autoridad en que niegan posibles hechos que investiguen. Por cuanto, a Francisco, son 98 que incluyen a la Fiscalía propiedad de Irving Barrios.
Caso similar deben tener las “acusaciones” sobre Makito Peña, alcalde de Reynosa ¿sí?
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