Así como en el PRI, en el PAN existe una crisis profunda que tiene en la depresión a la militancia y a la mayoría de sus líderes y corrientes. Con la diferencia de que en Acción Nacional, la disciplina no se acepta a rajatabla y la rebeldía es una norma que los hace diferente a los demás partidos, incluso a Morena, que ahora, como partido mayoritario, y con un presidente todopoderoso como Andrés Manuel López Obrador, lo hará parecerse al PRI en los tiempos del autoritarismo.
Si el PRI, a partir de los resultados electorales, va a tardar un buen tiempo para reorganizarse y ser protagonista electoral, en Acción Nacional, los diferentes líderazgos van a llevarse un tiempo mayor para ponerse de acuerdo y limar sus diferencias, que hoy son mas profundas que nunca, tanto a nivel local, como nacional.
De acuerdo a la opinión de varios dirigentes del PAN, su partido corre el riesgo de perder su fuerza como organización política nacional, porque no hay quien cohesione o unifique a las corrientes, después de que Ricardo Anaya y Damián Zepeda se encargaron de profundizar la división. Marko Cortes, ni Rafael Moreno Valle, quienes han levantado la mano para dirigirlo, son figuras representativas que pesen en el ánimo de los grupos. En ese contexto, el futuro del PAN, es incierto e inseguro, afirman.
Los gobernadores de Acción Nacional van convertirse en figuras políticas regionales que van a franquiciar políticamente al partido, ante una dirigencia nacional sin autoridad moral, ni política que una criterios ni propuestas.
La militancia panista está lastimada y nada quiere saber de sus liderazgos, ni de los procesos de renovación que están en marcha. Y se va a poner peor el asunto, dicen, cuando Margarita Zavala de a conocer el proyecto de la nueva organización política que está en construcción y a la que se ha llevado a decenas de figuras del panismo.
El futuro inmediato de los partidos, ante Morena y López Obrador, es de comparsa, aseguran, pues nada van a poder hacer ante la aplanadora morenista. El PAN será arrastrado por la inercia y terminará convertido en un partido que dará tumbos en las grandes reformas que trae bajo el brazo Andrés Manuel López Obrador.
En Tamaulipas, el panorama no es del todo alentador, a pesar de ser gobierno y de haber ganado casi todo en las elecciones municipales recientes. El panismo verdadero está contento de estar en el poder, pero no alcanza a realizarse a plenitud porque muchas de las figuras representativas del partido no están en posiciones claves y eso les incomoda.
En algunos municipios del estado, varios panistas con arraigo, estarían solicitando una audiencia con el máximo líder del panismo en el estado, el gobernador Francisco García Cabeza de Vaca a quien le solicitarían ser incorporados a las tareas partidistas para darle mas fuerza e identidad en los próximos meses, sobre todo ahora que Morena se ha convertido en un rival que amaga con dar la pelea por el Congreso.
Los panistas, no quieren espacios en el gobierno, pero sí en el partido, en donde se ofrecen como activistas para fortalecerlo, incluso, contribuir en darle al gobierno una identidad cien por ciento panista.
Según las voces del PAN, el diagnóstico que se tiene en la escena nacional y local, es que esta crisis que arrastra a todos los comités estatales, tardará, hasta que aparezca una figura representativa que concientice a gobernadores y figuras nacionales y que por el momento, no se ve por ningún lado.
Comment here