Historia de la estatua viajera del Padre Mier, erigida a propuesta en 1910 por la Logia regiomontana Guardianes del Misterio Núm. 4 a un costo de $3,000 pesos (una fortuna para la época), la escultura ha viajado por varios puntos de la ciudad como una analogía de los viajes y escapes de Fray Servando en los siglos XVIII y XIX. Deliberadamente las autoridades estatales han ocultado desde 2003 la placa masónica que permanecía al frente de su base, colocada por su autor Michele Giacomino, al esconderla en la parte trasera.
Es la noche del jueves 18 de agosto de 1910. La Logia regiomontana Guardianes del Misterio No. 4 desarrolla una sesión ordinaria en la que por la importancia de un acuerdo convierte la fecha en histórica para la ciudad y la masonería local y nacional.
Es el día en que más de 30 miembros de este antiguo taller liberal decidieron aportar a las generaciones masónicas venideras y de la comunidad nuevoleonesa una valiosa estatua.
Y no era cualquier escultura, se trataba de esculpir la señera figura de Servando Teresa de Mier Noriega y Guerra, aquel controvertido –para la iglesia- fraile dominico que el 12 de diciembre de 1794 en la Colegiata de Guadalupe en la Ciudad de México pronunciara un incendiario sermón que se consideró anti guadalupano.
Condenado en 1795 a 10 años de reclusión en el convento de Santo Domingo en Cádiz, España, Fray Servando escaparía luego de diversas prisiones en Europa, para regresar en 1817 a la Nueva España junto con Francisco Javier Mina para luchar por la independencia mexicana, luego de volcar en varios libros su ideología libertaria.
Los de Guardianes del Misterio No. 4 por conducto de su dirigente Dr. Pedro C. Martínez comunican su acuerdo a la Gran Logia de Nuevo León a cargo de José María Mier (gobernador del estado en funciones):
“Tomando en consideración las altas virtudes que distinguieron al eminente sabio y conspicuo nuevoleonés Fray Servando Teresa de Mier, hasta hacer de él uno de los hombres más notables de su época, por sus avanzadas ideas en bien de la emancipación política y por su redentora labor en pro de la civilización, se sirvió acordar en tenida ordinaria del 18 de este mes, que a fin de perpetuar en un paraje público de ésta ciudad, la augusta memoria de aquel insigne varón, se le erigiera una estatua en el sitio que la autoridad respectiva (ayuntamiento) tenga a bien designar”.
Cooperación de todas las logias del estado
El acuerdo solicitaba además que para cristalizar tal monumento se solicitara “el concurso pecuniario” de todas las logias de los distintos puntos del estado, “para que tal obra se deba al unánime esfuerzo de la Masonería de Nuevo León”.
Para tales aportaciones Guardianes del Misterio aportaría $ 1,000.00 (mil pesos).
Rápidamente, el 31 de agosto de ese año 1910, el secretario de la Gran Logia nuevoleonesa, Rafael Nájera, respondía entusiasmado y felicitaba a los autores de la propuesta para obsequiar a Nuevo León, “a fin de patentizar a las edades futuras la gratitud de los hombres de los tiempos presentes por los seres superiores que contribuyeron de alguna manera al progreso y bienestar de la Patria”.
Para el 2 de enero de 1911 el MRGM José María Mier, decretaba enviar circular a todas las Logias de la entidad para que asignaran una cantidad que deberían cubrir en los primeros cinco meses de ese año 1911, esperando inaugurar la piedra desbastada de mármol blanco de Carrara, Italia el 24 de junio próximo.
El contrato con Michele Giacomino
Para la ejecución del monumento se negocia con uno de los mejores escultores de la época en todo el país, Michele Giacomino Manchinelli, italiano residente en Monterrey, quien sería autor de otras piezas jaspeanas en los panteones El Carmen y Dolores.
De acuerdo al contrato original signado sin fecha en enero de 1911, Giacomino se comprometía a levantar la obra con una base (de cantera) de cinco metros de alto, de cuatro lados,con lápidas de mármol en cada una de éstos.
Sobre este pedestal quedaría fija la estatua del Padre Mier con una altura de dos metros, en posición de pie, todo a un costo de $3,000.00.
A la firma del convenio, la Gran Logia entregaba al artista $500.00 para pagar el costo de la piedra bruta que se traería de Carrara, Italia, mientras que el modelo en miniatura en barro sería presentado por el escultor un mes después para recibir otros $500.00.
Otra cláusula estipulaba que al iniciar la construcción del pedestal se entregarían $500.00 más e igual cantidad al concluir esa base.
“Los mil pesos restantes para completar la suma de $3,000.00, valor total del contrato, los recibirá el señor Giacomino cuando el monumento y la estatua hayan sido entregados por él y recibidos de conformidad por la respetable Gran Logia”.
Ubicada al lado de iglesia Del Roble
Como una analogía lítica de las andanzas del fraile regiomontano, su escultura se convertiría al paso de las décadas del siglo XX y primera del siglo XXI en un monumento viajero, pues por varios motivos las autoridades civiles la cambiarían de sede.
Sería el 23 de enero de 1911 cuando el secretario dirige escrito al Ayuntamiento de Monterrey solicitando la erección de la estatua del Padre Mier para honrar y perpetuar su memoria, siendo aceptada ese mismo día por las el Cabildo (AHM, Actas de Cabildo, 23 de enero 1911).
La escultura entregada muestra al llamado Padre Mier mirando al frente, sosteniendo en su mano izquierda un libro y con su mano derecha recogiendo la falda de su larga capa de religioso, plasmado detalladamente en el mármol por las manos artistas de Giacomino
La estatua se entregaría el 24 de junio de 1911 en la Plaza de Zuazua, a un lado de la iglesia del Roble en las calles de Guerrero y 15 de Mayo, luego de descartarse ubicarla en Calzada Unión (Madero) al oriente del Arco de la Independencia.
Pero, de acuerdo a los documentos que obran en el Archivo Histórico de Monterrey, la obra se inaugura hasta el 27 de diciembre de 1911, ornamentado el parque con más de 15 bancas y luminarias nuevas.
A Padre Mier y Cuauhtémoc
La escultura permanecería 47 años en la plaza de Zuazua, hasta que el 16 de septiembre de 1958 es cambiada al cruce de las avenidas Padre Mier y Cuauhtémoc, perdiéndose el pedestal inicial y le es erigida una nueva base cuadriformede tres metros de alto con sus placas de mármol originales en las mismas posiciones cardinales.
Luego, en la última década del siglo XX, el Congreso del Estado de Nuevo León en sesión del 4 de marzo de 1992, aprueba un nuevo cambio de la estatua viajera, luego de queaños atrás, en el mismo crucero había sido removida unos metros para dar paso a la ampliación de la avenida Cuauhtémoc.
Los diputados autorizan el cambio debido a que el tráfico vehicular “impide que se le brinde un verdadero homenaje a tan distinguido nuevoleonés”; no sin antes entablar un diálogo los diputados Elozúa y Coronado al señalar equivocadamente que la escultura ya había estado antes en las calles de Allende y luego Morelos –nunca ocurrió-, por lo que pedía el segundo que “ya había que dejar en paz al Padre Mier”, (Periódico El Porvenir, sección Cultural, p. 1, 5 de marzo de 1992).
La pifia, ¿involuntaria o deliberada?
El decreto del Congreso demora 11 años en materializarse y es hasta el 3 de diciembre de 2003, en el 176 aniversario luctuoso de Fray Servando cuando es cambiada de nuevo hasta su sitio actual en el frontispicio de la Bibioteca Central que lleva su nombre (ala poniente en Macroplaza) de la calle Juan Zuazua 655 entre Allende y Juan I. Ramón.
En tal fecha se efectúa una ceremonia oficial encabezada por el representante del gobernador González Parás, el subsecretario de Asuntos Religiosos, Rodrigo Medina y el director de Acción Cívica, Martín Santos Torres, y masones de diferentes logias.
Haciendo eco de las protestas de los liberales presentes ahí hace casi 15 años, al terminar las ceremonias cívica y masónica, el Gran Maestro José María Treviño Vela hace notar el grave error cometido en la recolocación de las placas de mármol, al retirar la frontal original ubicada desde 1911 que contiene el símbolo de la escuadra y el compás y colocarla en la parte trasera de la base, en un sitio nada visible al casi topar con la pared del edificio de biblioteca.
De acuerdo al testimonio de Esteban Ovalle Carreón, presente aquel día, Treviño Vela le dice al funcionario Santos Torres que la Gran Logia mandaría un escrito a las autoridades estatales pidiendo que se corrigiera el error de la colocación de la placa masónica, reubicándola en su sitio frontal original, además de haber sido la masonería nuevoleonesa la que tuvo la iniciativa de erigir la estatua y financiar su costo.
“El titular de Acción Cívica, Santos Torres responde que no era necesario ningún oficio y que le bastaba la petición verbal para reparar el error y proceder a la correcta ubicación de la placa”, afirma el H. Ovalle, quien en un escrito de protesta de octubre de 2010 observa que nunca fue colocada la placa masónica en su sitio original.
El contenido de la placa
Tal placa marmólea contiene un texto en siete líneas debajo del símbolo de la Escuadra y el Compás de la Orden y expresa en letras grabadas al alto relieve por Giacomino: “La Masonería del Estado de Nuevo León, al luchador insigne Fray Servando Teresa de Mier. 1910.
Es muy probable que la fecha del año 1910 provocara equivocaciones en los textos históricos de investigadores y cronistas al atribuirle ese año el de su erección, cuando en realidad fue hasta 1911.
Ovalle Carreón evoca que en esa ceremonia en la biblioteca asistió el cronista de Monterrey, el historiador fallecido Israel Cavazos Garza, quien ahí comentaba que en conversaciones que tuvo con el creador de la Gran Plaza, el entonces gobernador Alfonso Martínez Domínguez le propuso varias veces que ésta estatua de Fray Servando Teresa de Mier, es la que debía ubicarse al centro de la macroplaza por ser la figura máxima de Nuevo León y de México en el campo intelectual durante la Independencia.
Lo que se escribe en Italia
El portal italiano Siderurgikatv.com publica en la red la copia de un libro, sin citar el título o autor, al parecer impreso en Nuevo León, en el que consigna que el domingo 18 de junio de 1911 el periódico local Monterrey News visita los talleres del escultor Giacomino y titula su nota: Los talleres de los señores Giacomino. Gran perfección en sus trabajos.
Para entonces el local de trabajo estaba ubicado en las calles de Escobedo y 15 de Mayo, centro de Monterrey.
“En los talleres de los señores mencionados, pudimos admirar los grandes trozos de legítimo mármol italiano que la gratitud de la ciudad de Monterrey, erigirá al esclarecido patricio y precursor de nuestra independencia, Fray Servando Teresa de Mier; dicho monumento medirá más de tres metros de altura, será esculpido por el señor Giacominoy deberá ser colocado en el centro de la Plaza de Zuazua, frente al templo del Roble, estando ya listo el pedestal que sostendrá el monumento”, refiere Monterrey News.
Otro sitio italiano dedicado al arte,ginodigrazia.altervista.org publica el 18 de julio de 2018, en referencia al escultor Giacomino, la estatua de Mier y el trabajo encargado por la Gran Logia nuevoleonesa lo siguiente:
-Per incarico della Massoneria di Nuovo León, fece la statuain marmo di padre Servando Teresa de Mier, baldo precursore dell’ indipendenza messicana; ed i critici d’arte, con unanime consenso, giudicarono che la piazza del Roble, in cui il monumento sorgeva, erasi arricchita di pregevolegioiello-.
Fuentes:
Archivo Histórico de la Gran Logia de Nuevo León, 1910, 1911
Archivo Histórico de Monterrey, Actas de Cabildo, vol. 999, exp. 1911/058
Un destacado escultor italiano en Monterrey (1902-1938): Michele Giacomino Manchinelli. Boletín de Monumentos Históricos | Tercera época, Núm. 21, enero-abril 2011. Boletín-cnmh.inah.gob.mx/web/boletin
Casas García, Juan Manuel, Cavazos Pérez, Víctor A., Panteones El Carmen y Dolores: Patrimonio cultural de Nuevo León, P. 54, Monterrey, FENL, 2009.
Fototeca del promotor cultural e historiador Abel Moreno López
Entrevista con el cronista minero Esteban Ovalle Carreón
Periódico El Porvenir, Monterrey, 5 de marzo de 1992
Periódico El Norte, 4 de diciembre de 2003
Fototeca ITESM
http://www.siderurgikatv.com/2017/12/tracce-di-rocco-brancati-michele.html
ginodigrazia.altervista.org/scultori-lucani-michele-giacomino/
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