Los tamaulipecos que estuvieron cerca y participaron en la logística del homenaje que se hizo al candidato asesinado en el CEN del PRI, cuentan ahora cómo Diana Laura evitó que se cremara el cuerpo de Luis Donaldo.
Por Francisco Cuéllar Cardona
La revelación llega 25 años después.
Después del homenaje que le hicieron a Luis Donaldo Colosio en el auditorio Plutarco Elías Calles del CEN del PRI aquel mediodía del 24 de marzo, un día después de su muerte, llegó la orden para que el cuerpo fuera trasladado al panteón de Dolores y fuera cremado y así borrar cualquier huella en su cuerpo del crimen, pero Diana Laura, en medio de su dolor, abortó esa operación.
Desde el panteón de Dolores, llegó el llamado a la gente del CEN del PRI para pedir que se apresurarán con el cuerpo de Colosio para consumar la cremación.
El tamaulipeco Derly Rivas Alvarado, quien fue testigo y protagonista de operar toda la logística del homenaje de Luis Donaldo en ese momento, regresa el tiempo y en cuestión de minutos recuerda todo como si fuera ayer.
«Yo cargué el féretro de Luis Donaldo desde que llegó, hasta que lo despedimos después del homenaje. Recuerdo que ante los nervios y el dolor, su ataúd se nos andaba cayendo. A mi lado estaba Fernando Ortiz Arana y Ernesto Zedillo. Hubo un momento en que me quedo sólo con el cuerpo de Luis Donaldo, yo sentí en ese momento un gran escalofrío. No podía creerlo que estuviera muerto. Yo organicé las guardias, y la primera la hizo el presidente Salinas: yo fuí por él y le dije dónde se pusiera».
El silencio y los murmullos en el lugar apenas se escuchaban, cuando todos los reporteros empezaron a gritar a una sola voz, ¿Quién fue?, ¿Quién fue?, ¿Quién fue?. De inmediato el coro fue gigantesco y todos con el coraje a flor de piel también se sumaron a cuestionar ¿Quién fue?, ¿quién fue?.
El entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, se encaminó a la salida y apaciguó los gritos saludando de mano a cada uno de los reporteros; pero la gente estaba enardecida, «por un momento pensé que se le iban a ir encima al Presidente», recuerda Derly en su relato.
«Salinas estaba desecho…lo acompañaba muy pegado a él, José María Córdoba Montoya, ahí conocí a ese cabrón: iba serio, frío, inexpresivo. Todos pensaban y decían en voz baja. ¡Ese cabrón fue!.
Derly revela ahora, 25 años después, el secreto que nadie sabe sobre la intención de cremar a Luis Donaldo. No se ha dicho ni escrito. Cuenta que cuando acabó el homenaje y se llevan el cuerpo del candidato asesinado a la funeraria de Gayosso, hablan del panteón donde pretendían cremarlo a las 5 de la tarde de ese 24 de marzo. Fernando Ortiz Arana entonces presidente del PRI nacional y un grupo de amigos se fueron hasta el panteón para consumar la cremación, pero Diana Laura reaccionó furiosa y canceló todo. No dejó que sacaran el cuerpo de Luis Donaldo de la funeraria.
«En Gayosso, cuando llegó Manuel Camacho Solís, la gente casi lo lincha. Le gritaron de todo. ¡Fuera!, ¡Fuera!, ¡Asesino!. No hay que olvidar que Camacho se comportó muy mal, desde que Colosio fue el candidato y no él», dice Rivas Alvarado.
Un día antes, el 23 de marzo, en un hotel de Tijuana, justo cuando en Lomas Taurinas asesinan a Luis Donaldo Colosio, un grupo de tamaulipecos que operaban en la campaña recibieron la trágica noticia. Ahí estaban los otros tamaulipecos: Ramón Durón Ruiz, ya fallecido, Luis Enrique Rodríguez Sánchez, El Pipo, Felipe Bolado, Eduardo Sierra y otros más.
«Ahí estábamos con la señora Diana Laura cuando recibe la noticia y nos fuimos en el convoy de ella al hospital. Fue una cosa terrible, un caos. Nos tocó estar ahí, en el hospital cuando sale el vocero a dar la noticia que Luis Donaldo ya había muerto. Todos, estallamos en lágrimas. Era un dolor inmenso: no lo podíamos creer», así recuerda también aquel momento trágico, Luis Enrique Rodriguez, El Pipo.
De los tamaulipecos más cercanos a Luis Donaldo, estaba Marco Antonio Bernal, coordinador de Prospectiva de la campaña. No estuvo en Lomas Taurinas pero era el hombre de todas las confianzas, más que Oscar Luebbert. Javier Cervera, empresario victorense, compañero de universidad de Colosio, también estaban cerca y muy dolidos por lo sucedido.
El protagonismo de los políticos tamaulipecos alrededor de este evento que marcó al país, no quedó ahí. En la sucesión o el relevo del candidato a la muerte de Colosio, también les tocó estar y Derly Rivas, lo admite a 25 años de distancia. Dice que ante la cercanía con Fernando Ortiz Arana en medio del luto y el dolor, promovió y pagó con recursos del CEN del PRI, desplegados en la prensa nacional para poner en la línea de sucesión a Ortiz Arana.
Así fue dice, dice Derly Rivas. Cuenta como impulsaron, sin lograrlo a Fernando Ortiz Arana.
«Nadie puede ser más que Ortiz Arana, dijimos y empezamos a maquinar para posicionarlo. Hablé con Carlos Parcero para organizar grupos de apoyo. Buscamos a diputados amigos de Ortiz Arana y el ruido se hizo grande. El asunto se acabó cuando un funcionario del PRI envió solicitudes de respaldo a todos los comités estatales. Eso llegó a oídos de Carlos Salinas y llamó a Ortiz Arana para frenarlo. Eso aceleró el destape de Ernesto Zedillo, que a la postre fue candidato y ganador de la presidencia en 1994».
Muy interesante artículo a 25 años de su muerte seguimos esperando justicia porque la versión oficial del asesino solitario no es posible