Por Francisco Cuéllar Cardona
MONTERREY | En lo alto del puente de la avenida Garza Sada y cruce con Luis Elizondo, los delincuentes se detienen, se bajan, activan la granada y la dejan caer sobre los soldados que revisaban otra camioneta con hombres armados. Le explosión fue enorme. Ahí se inició la balacera. Ahí Jorge y Javier quedaron a dos fuegos y cayeron muertos.
La lluvia de balas de todos los calibres se escucha sin parar, los soldados entran disparando a las instalaciones del Tecnológico de Monterrey. Desde en frente los testigos que están tirados sobre el piso en la tienda de conveniencia, lo ven y lo cuentan.
Todas las imágenes quedan registradas en el documental «Hasta los Dientes» que recrea el terror que vivieron los estudiantes y los vecinos de la zona aquella noche del 19 de marzo del 2010, donde fueron abatidos los estudiantes Javier Francisco Arredondo Verdugo, y Jorge Antonio Mercado, que la Sedena luego los hizo aparecer como «sicarios». En la autopsia de los cuerpos de Javier y Jorge se encontraron huellas de tortura; la evidencia de que el ejército manipuló y alteró la escena de los acontecimientos.
Eran los días más violentos de la historia de la zona metropolitana. Los Zetas y el Cartel del Golfo se mataban sin piedad. Por todos lados aparecían los cuerpos sin vida; unos colgando en los puentes, otros en las calles y en los solares baldíos.
El documental se exhibió esta noche en el Mercado Revolución en una pantalla gigante rentada por un colectivo de estudiantes del Tecnológico y que sentados sobre mesas y sillas al aire libre, por casi dos horas escucharon y vieron lo que pasó aquella terrible noche.
La exhibición se da precisamente horas después de que el ex presidente Felipe Calderón declinara participar en el Simposio Internacional sobre Derecho en el Tecnológico de Monterrey.
El drama es grande. Tras el asesinato de los estudiantes, la incertidumbre de los padres y todas las familias.
¡Mataron a mi hijo!, ¡Mataron a mi hijo!, ¡Mataron a mi hijo!, es el grito de una de las mamás de los estudiantes caídos y la actitud pasiva y fría de los directivos del Tecnológico que aún sabiendo de la tragedia que estaba ocurriendo no querían que trascendiera el drama y se madiatizara, «hay que cuidar las formas», se escucha decir a un representante del Rector.
En la noche negra del Tecnológico, se expone el vacío de autoridad y de gobierno que había en Monterrey y su zona metropolitana. Ninguna policía acudió para acordonar el área; la única patrulla que aparece en la cinta lo hace para auxiliar a los delincuentes. Los soldados para tapar las evidencias de sus violaciones, amagan y advierten a los testigos de no grabar nada con sus celulares.
Los estudiantes de ahora, conocieron a través del documental la historia más cercana a la verdad de la muerte de Javier y Jorge. Algunos con rabia, otros reflexivos, se retiraron en silencio después de ilustrarse con «Hasta los dientes».
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