CABRITO NEWS
Por Homero Hinojosa
Aviso: Se buscan líderes
Sin remontarnos muchos años atrás, algunos de ustedes estimados lectores recordarán que los empresarios mexicanos se caracterizaban en el pasado por ser bien “entrones”.
Tan arrojados eran que algunos de ellos, como el legendario Manuel Clouthier, enfrentaron cara a cara a los presidentes en turno. El celebre “Maquío” hasta decidió lanzar su candidatura para competir en las elecciones presidenciales de 1988 que las ganó Carlos Salinas de Gortari.
La mayoría de esta generación de empresarios “recios” tenía sus raíces y zona de operación en el norte del País. Algunos industriales regiomontanos destacaron en especial en los 70´s, 80´s y 90´s por su empuje, participación social y crítica a los gobiernos priístas en turno. Eran conocidos como el Grupo Monterrey, hoy extinto.
Algo pasó por ahí en el cambio de siglo que el empresariado nacional, aguerrido y fiscalizador, bajó la guardia. Quizá la llegada de dos presidentes de evidente derecha (Vicente Fox y luego Felipe Calderón) fueron causa para que entrarán en un letargo del cual ya no salieron.
Los nuevos tiempos exigen una nueva generación de dirigentes empresariales más comprometidos a nivel local y regional. Las realidades que viven países como México demanda que estos líderes asuman un mayor protagonismo para contribuir al desarrollo sostenible de sus comunidades.
¿Qué significa esto? Significa que nuestro país requiere de mayores ciudadanos en calidad de «activistas». Nuestros gobiernos se han mostrado prácticamente incompetentes para cumplir su función de resolver directamente los problemas típicos de nuestras comunidades y necesita gestores y promotores locales.
Es decir, en nuestras ciudades y comunidades requerimos de un mayor activismo de voluntarios con empuje para fiscalizar con mayor rigor a la autoridad gubernamental local o federal, exigiendo cumplir con los programas y metas prioritarias.
Esta nueva cepa de dirigentes debe de hacer mayor labor de gestoría para promover proyectos de desarrollo conjunto con grupos civiles y con autoridades. Ello sobre todo en materia de seguridad pública, desarrollo urbano y educación.
Queremos ver a los nuevos mexicanos líderes transformarse en auténticos “promotores” del cambio. Y asumir de manera voluntaria el reto de encabezar nuevas y frescas agendas sociales.
Pero en particular, nuestro país exige ciudadanos más comprometidos que busquen acabar con el desorden y la anarquía que ya es palpable en muchas regiones del País.
De ellos esperamos novedosas acciones para lubricar estos nuevos sistemas sociales y políticos que emanan ya de las luchas de fuerzas que se libran en este nuevo siglo, entre obsolescencia de ideologías y partidismos y entre mayores demandas de pragmatismo en el arte de gobernar.
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