CABRITO NEWS
Vuelven las caravanas
Por Homero Hinojosa
Por lo menos tres grandes caravanas centroamericanas, que suman casi tres mil personas, estarían arribando este fin de semana y los primeros días de la próxima a la frontera de Guatemala con Campeche y Tabasco.
La mayoría son hondureños, pero también se han sumado como siempre guatemaltecos y salvadoreños quienes utilizan la aplicación de Whatsapp para organizarse y tratar de unirse en solo una o dos caravanas.
Estas son las primeras movilizaciones masivas convocadas desde 2019. Entre octubre y noviembre las últimas cuatro caravanas con migrantes lograron cruzar a México. Algunos de sus integrantes saltaron la valla para pedir asilo, otros regresaron a sus países de origen y un tercer grupo logró trabajo y se estableció en México.
Ustedes recordarán que el año pasado estas marchas fueron muy numerosas. Ello tuvo repercusiones diplomáticas de alto nivel, al grado de que el presidente Donald Trump amenazó a México con serios castigos económicos si no hacía algo.
La respuesta de México fue levantar un “muro militar humano” con 30 mil efectivos en la frontera sur para poner un alto e intimidar a los caminantes.
Nuevamente el motivo profundo que moviliza a los centroamericanos es la inseguridad en sus barrios y la pobreza.
La postura de México se mantiene. Olga Sánchez Cordero, secretaria de Gobernación, dijo el miércoles que México no dará «salvoconductos» para cruzar por el País.
Tanto el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei (quien apenas tomó cargo esta semana) y el secretario de Relaciones Exteriores mexicano, Marcelo Ebrard, también conversaron sobre el tema y se fijó la estrategia de evitar que crucen y se encaminen a la frontera con Estados Unidos.
Giammattei incluso ha ordenado parar por lo menos una de estas movilizaciones hondureñas y ha obligado a los caminantes regresar a su país. Sin embargo, son tan dispersas en algunos lugares que es difícil lograr mayores resultados.
La postura de México será atender a las personas que soliciten asilo o refugio. Algunos podrían pasar a formar parte de programas como Sembrando Vida o Jóvenes Construyendo el Futuro.
Dos elementos en toda esta dramática historia humana son oportunas de considerar. La primera tiene que ver con la falta de resultados de parte de los gobiernos de Honduras y El Salvador para crear políticas y programas internos que ayuden a estas personas a encontrar soluciones a sus temores y carencias. Pareciera que quisieran dejar en nuestro país la responsabilidad de lidiar con sus ciudadanos que huyen. No es el caso de Guatemala, en donde el nuevo presidente llegó con una política diferente.
Por otro lado, destaca la voluntad de México por mediar en esta crisis multinacional ofreciendo soluciones pragmáticas para aquellos casos que sí alcanzan un rango de emergencia.
Las caravanas seguirán formándose hasta que este problema social sea visto y enfrentado desde sus raíces. Guatemala ya está poniendo el ejemplo. La ONU y la UNESCO tienen mucho que colaborar con El Salvador y Honduras en estos aspectos para empezar a controlar estos flujos desde casa.
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