LA OTRA OPTICA
Los médicos cubanos: ejemplo de humanismo y solidaridad
Por Juan Carlos Flores Turrubiates
En aquel discurso que pronunció en la Facultad de Derecho en la ciudad de Buenos Aires en 2003, Fidel Castro mencionó lo siguiente sobre los médicos y la misión humanitaria de Cuba:
“Las decenas de miles de científicos y médicos con que cuenta nuestro país han sido educados en la idea de salvar vidas… En nuestro país se hacen investigaciones para curar enfermedades tan duras como la meningitis meningocócica; la hepatitis mediante vacunas que se producen a través de técnicas de ingeniería genética.
“Ese es el orgullo de nuestros médicos y de nuestros centros de investigación. Decenas de miles de médicos cubanos han prestado servicios internacionalistas en los lugares más apartados e inhóspitos.
“Un día dije que nosotros no podríamos ni enviaríamos nunca; o nunca realizaríamos ataques preventivos y sorpresivos contra ningún oscuro rincón del mundo; pero que, en cambio, nuestro país era capaz de enviar los médicos que se necesiten a los más oscuros rincones del mundo.”
A 17 años de aquel discurso y a cuatro de la muerte de Castro, en medio de la pandemia por el Covid-19, hemos sido testigos de la solidaridad y el humanitarismo de las brigadas médicas cubanas que han ayudado a controlar la enfermedad no solo en los más oscuros rincones del mundo, sino en los países con economías mucho más desarrolladas.
A medida que el coronavirus asfixia y desploma los sistemas de salud del mundo entero, los países más afectados han suplicado a los médicos de esta pequeña isla, oprimida por el criminal bloqueo económico de la mayor potencia económica del mundo, y La Habana respondió a los llamados.
Hasta ahora, Cuba ha enviado a más de 2,000 personas entre personal médico y de enfermería a más de una veintena de países, incluido México, desde que se desató la crisis del Coronavirus.
Los equipos de respuesta médica de emergencia de la isla han aterrizado en América Latina, África, Medio Oriente y, por primera vez, en Europa. En marzo, el primer grupo de 51 médicos y enfermeras cubanos llegó a Lombardía, Italia, en el momento del epicentro de la pandemia, regresaron a Cuba el 15 de junio, siendo recibidos como héroes entre banderas, flores y un mensaje por teleconferencia del presidente Miguel Díaz-Canel.
Estos médicos se unen a los 28 mil profesionales de la salud cubanos que trabajaban en 59 países diferentes antes de la pandemia.
Ningún otro país ha enviado tal número de médicos al extranjero durante la pandemia; Cuba ha sido ejemplo mundial de solidaridad y apoyo real en momentos de crisis. En abril, Noam Chomsky, describió a la isla como el único país que ha mostrado el “internacionalismo genuino” durante la crisis sanitaria mundial.
Además, hace unos días se firmó una petición por parte de artistas, escritores e intelectuales para promover que la Brigada Internacional Cubana reciba el Premio Nobel de la Paz 2021, un reconocimiento a su solidaridad y desinterés por salvar vidas y al mismo tiempo poner las suyas en peligro durante la pandemia del Covid-19 en 27 países.
Sin embargo, parece que en México los grandes medios tradicionales y gran parte de la oposición se han dedicado a desprestigiar a estos médicos y personal de enfermería y han atacado su labor en el país.
Esta parte de la población ha caído en el discurso imperialista de Estados Unidos encabezado por Donald Trump, quien,durante los últimos tres años, ha descrito a los médicos que participan en estas misiones como «esclavos» y ha acusado al gobierno cubano de «trata de personas».
Al mismo tiempo, los funcionarios de Trump han sugerido que decenas de miles de aquellos «en misión» no son médicos, sino secuaces del régimen desplegados para «sembrar la discordia política» y propagar “el virus del comunismo”. Bajo esta perspectiva, los médicos cubanos son a la vez víctimas y opresores.
Sin embargo, la realidad es muy diferente, cada uno de estos médicos participa en las misiones médicas de manera voluntaria, sus motivos son muy variados, pero todos estos profesionales lo hacen con gran vocación y actitud de servicio.
Por supuesto, uno de los principales motivos para convertirse en voluntario de las brigadas médicas internacionales es el dinero.
Suelen ganar 10 veces más que su sueldo regular en la isla y en sus viajes pueden hacerse de algunos bienes difíciles de conseguir en Cuba como pantallas planas, consolas de videojuegos, electrodomésticos, etc., y al regresar suelen tener un ahorro para comprar una buena propiedad en La Habana.
Otro de los motivos es el deseo de aventura y de explorar países en continentes remotos e inhóspitos donde pueden poner en práctica todos sus conocimientos teóricos y pueden adquirir mejores habilidades para su futuro profesional.
Todos estos médicos rechazan rotundamente las etiquetas de esclavos o las acusaciones de que son explotados por su gobierno, cada uno de estos profesionales de la salud se siente con una misión de ayudar al mundo y a su pueblo.
A pesar de que consideran que el gobierno debería de aumentar el porcentaje de ganancias de los médicos, son conscientes de que la educación y el sistema de salud es gratisy que sus servicios en el extranjero costean la educación, las artes, la cultura, el deporte y ese sistema de salud que hasta los estadounidenses envidian, para ellos, el sacrificio vale la pena.
Cabe recalcar no hay evidencia que demuestre que una élite corrupta realice desvíos de dinero, de hecho, la ONG Transparency International, clasifica a Cuba como uno de los países menos corruptos de Latinoamérica.
Algunos de los ingresos por el arrendamiento de médicos subsidian misiones a países que no pueden pagarlos o que han sido azotados por huracanes o terremotos.
Aunque La Habana cobra a los estados ricos en petróleo como Angola o México por «servicios profesionales”, lo cierto es que proporciona miles de médicos y enfermeras a países latinoamericanos y subsaharianos de bajos ingresos de forma gratuita.
Estas brigadas médicas han sido un verdadero alivio para la economía cubana, los acercamientos diplomáticos y la reapertura que se había iniciado en la administración de Obama desapareció con Trump, quien ha endurecido todas las medidas y sanciones a la isla y a todo aquel que intente hacer negocios con el régimen comunista.
La diplomacia médica se ha convertido en la actividad de exportación más lucrativa de Cuba de la última década, generando 6 mil 400 millones de dólares en 2018, trayendo más dinero que el ron, el azúcar y los cigarros combinados.
Las nuevas sanciones que se están planeando en los Estados Unidos para castigar económicamente a aquellos países que contraten los servicios de los médicos cubanos, es una clara muestra de la cobardía y la desesperación de un imperio cuyo modelo económico está al borde de un colapso y el cual pretende desatar su furia contra el pueblo cubano.
Parece que a los Estados Unidos y muchos de nosotros no entendemos el fuerte elemento de altruismo, de la necesidad de colaborar y compartir el impresionante capital humano de Cuba.
La carta de los diversos colegios de especialidades médicas donde menosprecian y a la vez se preocupan de que estos médicos puedan llegar a desplazar a los médicos nacionales es una lamentable muestra de la xenofobia y los prejuicios que imperan en las élites de nuestra sociedad.
En definitiva, tenemos mucho que aprender del alto grado de altruismo, solidaridad y humanismo que está en el ADN del pueblo cubano.
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