Investigación

La malograda colonización alemana en Tamaulipas

 

Los avatares para poblar las Villas del Norte y la Franja del Nueces de Tamaulipas que pretendían frenar la invasión de posesionarios norteamericanos, llegándose a traer alemanes a colonizarlo en una serie de malogrados eventos

Luis Alvarado

Tras la Guerra de Independencia de México y a la consumación de ésta en 1821, las nuevas autoridades aztecas se percatan de que uno de los problemas del vasto territorio es la falta de poblamiento, sobre todo al norte desde Tamaulipas hasta California.

Para entonces se registran los primeros flujos autorizados e ilegales de colonos anglosajones, y débilmente las autoridades nacionales empiezan a proyectar la forma de enviar familias de mexicanos a radicar y a trabajar las tierras del norte, algo muy difícil de lograr porque el temor a los ataques de indios salvajes reprimía toda empresa.

Durante el gobierno imperial de Agustín de Iturbide entre 1822 y 1823, el diputado revillense José Antonio Gutiérrez de Lara sugiere un plan que para ocupar las Villas del Norte y la Franja del Nueces ambas de Tamaulipas.

Esto siempre y cuando estuviera supeditado al apoyo nacional para establecer 500 militares, colonos exentos de impuestos, comercio libre con Estados Unidos y puertos marítimos, sin que algo de esto prosperara.

 

Mapa de México en plena invasión de los angloamericanos a Texas

 

A finales del año 1826 el gobernador Lucas Fernández expide la primera ley relacionada con la colonización de zonas despobladas de Tamaulipas a fin de estimular a potenciales inmigrantes nacionales y extranjeros que ocuparan tierras baldías y las trabajaran, a condición de ubicarse a menos de 10 leguas del litoral.

Se replicaba así en Tamaulipas el modelo nacional de leyes de colonización en una ex colonia enorme y emancipada a la que le falta poblar sus territorios septentrionales, principalmente. Por un lado se expiden normas desde 1823, 1824, 1830, 1854 y todavía a la caída del segundo imperio de Maximiliano se atraían pioneros, sin que fuera significativo este desplazamiento.

La ley Fernández de 1826 otorgaba preferencia a los militares diplomados, con unidades de dotación llamadas “labor” y “sitio de ganado mayor”, con un beneficio adicional a los dirigentes, quienes por cada 100 familias reclutadas recibirían cinco sitios para el caso de poblar Tamaulipas y con el mismo derecho si llevaban 50 familias a la Franja del Nueces.

La torpeza del presidente Bustamante

Una cruda realidad es la que presenta Manuel Mier y Terán a los funcionarios encabezados por el presidente Anastasio Bustamante cuando en 1827 les informa como encargado de la misión técnico-científica de la Comisión de Límites con Estados Unidos que la población de anglosajones ilegales en la Texas azteca superaba tres a uno a la mexicana.

Lejos de aumentar la presencia militar en la Franja y más allá como lo pedía Mier, el gobierno nacional privilegia medidas políticas y prohibitivas que son burladas por los extranjeros ‘mojados’.

Mier compele a gobernadores norteños a colonizar Texas con 400 familias mexicanas pero es ignorado.

En reacción Mier y Terán emplaza con sus recursos “una cadena de guarniciones en Texas y Tamaulipas con la finalidad de controlar el litoral y la frontera, impidiendo así el ingreso ilegal de otros colonos angloamericanos…La guarnición tamaulipeca se ubicó a orillas del río de Las Nueces, llamándose Lipantitlán”, refiere Juan Zorrilla en su libro Tamaulipas, una historia compartida.

Al fracaso otros dos planes colonizadores tamaulipecos

Para 1830 el gobernador Juan Guerra expide una segunda ley colonizadora, dirigida a poblar específicamente la franja del Nueces, promulgándose en octubre de 1830 con la finalidad de brindar protección a los habitantes de las Villas del Norte (de Laredo a Reynosa) y Matamoros, pues al estar deshabitada la zona, las incursiones de indios eran frecuentes.

 

El presidente Antonio López de Santa Anna en la Franja del Nueces

 

Para los colonos que llegaran a asentarse aquí se ofrecían exenciones fiscales por 10 años, permisos para hacer corridas sobre la caballada mesteña, asignando a cada jefe de familia un sitio de agostadero y un paraje en el ejido del pueblo, además de recibir fusiles y eximirlos del servicio militar.

Los problemas políticos nacionales y estatales se reflejaban en el septentrión del estado en tanto las disputas con los crecidos colonos anglos y los ataques de los indios salvajes impidieron que este nuevo plan también llegara al éxito.

En noviembre de 1833 –tres años antes de la independencia de Texas- el gobernador Francisco Vital Fernández conceptúa otra ley de colonización, con una mayor liberalidad en el otorgamiento de las concesiones, con énfasis a la aceptación de extranjeros, la que igual que la ley de carácter nacional contemplaba tierras gratis para las empresas que se asentaran en cualquier parte del territorio tamaulipeco.

Sin embargo, esta disposición congelaba la venta de los terrenos colonizados por un lapso de 10 años, a fin de evitar la especulación y el acaparamiento, que también naufraga.

Colonos europeos como contrapeso

Después de la consumación de la independencia, la población de extranjeros en el estado fue aumentando al grado de llegar en 1853 a 335 españoles, 128 franceses, 105 norteamericanos, 27 ingleses, mientras que en menor número también había alemanes, italianos, prusianos, portugueses, dominicanos y colombianos.

 

Stephen Austin, iniciador de la colonización yanqui

 

Tras el nuevo fiasco de la ley de 1833 y ante el ya imparable éxodo de inmigrantes anglosajones que en forma ilegal seguían ocupando Texas y la original parte norte de Tamaulipas en la Franja del Nueces, el gobierno estatal fija sus ojos en los países europeos para invitarlos a colonizar la entidad.

Con ello se pretendía frenar la ola estadounidense, con lo que algunos empresarios extranjeros recorren la entidad, ubicándose en la región atrapada entre los ríos Bravo y Nueces, siendo los alemanes los más interesados en participar.

Tras verificar las condiciones que ofrecía en ese tiempo el estado para atraer inversiones y generar el poblamiento de las zonas inhóspitas, un miembro de la nobleza alemana llamado Johann Von Racknitz había iniciado exploraciones en la Texas azteca con la posibilidad de encontrar oro.

Racknitz estaría posteriormente en Tamaulipas recorriendo las regiones norte, centro y sur para luego publicar un texto en 1836 en Stuttgart, Alemania conteniendo información que facilitara la llegada aquí a potenciales inmigrantes de su país germánico.

En 1831 había presentado al gobierno un proyecto para establecer migrantes alemanes y suizos en la convulsionada Texas, donde el alto número de colonos norteamericanos para

entonces planeaban independizarse de México, una vez que consideran que el territorio al que habían llegado la mayoría en forma ilegal ya les pertenecía.

Se promovía en serio en Alemania

El también militar había establecido agencias de registro en algunas ciudades alemanas para atraer familias germanas que quisieran venir a Texas y Tamaulipas a colonizar las tierras, en base a negociaciones hechas con las autoridades nacionales mexicanas.

Tras zarpar de Le Havre, Francia en junio de 1833 llegan a Nueva Orleans en momentos en que la ciudad es azotada por el cólera, cayendo algunos miembros de la tripulación, mientras que Johann enferma pero sobrevive y llega hasta el río Colorado en octubre de ese año, para luego ir al poblado del líder estadounidense Stephen Austin.

Intenta establecer una colonia cerca de Bastrop, a 30 millas de la actual capital texana Austin, siendo derrotado por el contagio de la enfermedad, que causa la muerte de la mayoría de los pioneros europeos.

Johann viaja luego a la capital mexicana donde recibe del presidente López de Santa Anna un contrato para colonizar las tierras norteñas de Tamaulipas el 20 de agosto de 1835, que para entonces comprendía la Franja del Nueces.

Meses después publica en Alemania folletos publicitarios para atraer colonos, mientras que el conflicto con los anglo-texanos avanzaba.

Más tarde publica otro folleto promocional de las tierras tamaulipecas en Germania llamado ‘Kurze und getreue Belehrung für deutsche und Schweizerische Auswanderer, welche an der Begründunq der Colonie Johann v Racknitz, im mexicanischen Freistaate Tamaulipas, gelegen, Theil nehmen wollen’.

Sin embargo, grandes dificultades entorpecerían la labor del barón Racknitz como es la independencia de Texas lograda respecto a México en 1836, cuyos encuentros armados en ese estado y la zona norte original tamaulipeca impidieron la llegada de los migrantes teutones.

Ya que a pesar de que el gobierno de Santa Anna se había comprometido a apoyarlo, ahora estaba demasiado ocupado contra los texanos rebeldes que habían llegado como posesionarios.

Tras ese impedimento sobreviene otro igualmente de carácter internacional al producirse el incidente con el gobierno francés que diera origen a la llamada Guerra de los Pasteles entre abril de 1838 y marzo de 1839 en la primera intervención franca a la joven nación mexicana.

El poblamiento germano que pudo cambiar la historia

Al estar bloqueados los puertos del Golfo de México por la flota francesa durante varios meses, un flujo real de colonos alemanes que venían a Tamaulipas debieron desviarse hacia Nueva Orleans.

En un afán gubernamental mexicano para no detener la colonización europea a esta región, en 1841 es renovado el contrato de poblamiento, aun cuando no existía asignación formal de tierras.

Ubicado en Matamoros en mayo de 1841, Racknitz informa al Ministerio de Guerra y Marina que se encontraba con grupos de familias alemanas y mexicanas dispuestas a asentarse en la zona y en la Franja del Nueces al norte del río Bravo, solicitando armas para defender la colonia, refiere el sitio texano http://www.tshaonline.org/handbook/online/articles/fra80

 

Franja del Nueces al norte

 

Ese mismo año, el aventurero teutón publica en Baltimore, Estados Unidos un segundo libro promocional de la colonización europea en el río Nueces, aún zona original de Tamaulipas, llamado Die deutsche Colonie en Tamaulipas, México: Kurz und zur treu geschildert Anweisung für Auswanderer .

A pesar de los nuevos conflictos en los que México buscaba recuperar el estado texano independizado tras la guerra de 1835-1836, los pioneros germanos no cesaban en su compromiso por colonizar la parte limítrofe con la nueva república texana recién emancipada.

Los esfuerzos del barón no fructificaron pues mientras él tenía que estar en territorio nortamaulipeco, carecía de un aliado que lo representara en Alemania en la promoción de esta tierra para atraer más colonizadores. Racknitz muere al parecer en 1843 sin que perdurara una colonia en forma permanente a lo largo del río Nueces, refiere el sitio de la Texas State Historical Association.

En 1843 otro plan colonizador con suizos, belgas y alemanes

Para el historiador Juan F. Zorrilla los compatriotas de Johann provendrían principalmente de la pequeña burguesía “que no han sido favorecidos en su propio país o quienes sientan dentro de sí el ímpetu de huir fuera de un estado de cosas tan enmarañado y confuso de la vida moderna hacia los senos de la naturaleza”.

 

Ignacio Gutiérrez, gobernador tamaulipeco que también alienta el poblamiento

 

“Es decir, gente descontenta e intranquila ante las nuevas fuerzas de la economía y la sociedad que emergían con ímpetu en el viejo continente, de ahí que el nuevo mundo representara un regreso al viejo tradicional estilo de vida”.

Al caer el plan Racknitz, en octubre de 1843 el gobierno santaanista autoriza un nuevo proyecto colonizador al belga Alejandro de Grox, quien se había comprometido a traer en el lapso de una década a mil familias belgas, alemanas y suizas, a cambio de recibir apoyos y exenciones fiscales.

El objetivo seguía siendo el mismo para el gobierno mexicano: frenar la migración de colonos norteamericanos hacia la parte norte de Tamaulipas, la llamada Franja del Nueces, territorio que seguía siendo materia de disputa entre la nación azteca y la nueva república apoyada por Norteamérica.

Para abril de 1844 el gobernador tamaulipeco José Ignacio Gutiérrez había enviado circulares al prefecto de la zona norte para que se facilitara la labor de poblamiento europea, pero a pesar de los nuevos esfuerzos entre las partes, “este segundo intento de colonización europea en Tamaulipas tampoco tuvo resultados tangibles”, observa Zorrilla en su obra (p. 137).

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