Año de resiliencia

CABRITO NEWS

Año de Resiliencia

Estamos los mexicanos y el mundo entero a un paso de despedir este año 2020 que vino a trastocar muchas de nuestras actividades cotidianas, pero también nos abrió una puerta a todos para replantear hábitos, revalorar lo que tenemos y modificar nuestras actitudes ante la vida.

Este año fue sin duda una gran oportunidad de practicar lo que comúnmente se conoce como “resiliencia”.

Cuando las personas escuchan la palabra “resiliencia”, normalmente la primera cosa que se les viene a la mente es la habilidad de recuperarse después de una crisis personal (un divorcio, una enfermedad, la muerte de un ser querido).

Este proceso, sin embargo, no solo suele presentarse a nivel personal. También se vive a un nivel colectivo y prueba de ello fue la manera en que enfrentamos todos los seres humanos a un virus llamado Covid-19 (el cual en días recientes ha tenido diversas mutaciones cuyos efectos son aún inciertos).

En todo este entorno del 2020 se han dado una serie de experiencias difíciles, un conjunto de retos individuales y comunitarios que han dejado útiles aprendizajes y nuevos modelos de comportamiento social.

Estamos sorprendidos, por ejemplo, de la capacidad del ser humano para practicar la empatía con sus seres queridos —y no tan queridos— y tratar de dar lo mejor de uno mismo. Quizá como nunca en la historia reciente hemos visto comunidades enteras volcadas a practicar la generosidad, solidaridad y bondad. Esto es finalmente lo que nos muestra la humanidad en cada uno de nosotros.

En este punto se inserta el valor de la resiliencia: en la capacidad para salir adelante de la adversidad y saber cómo canalizar la crisis hacia acciones sociales, educativas y de salud en beneficio de la mayoría, pero de manera más urgente ayudar a quienes lo necesitan más por una situación de salud o de emergencia que viven en determinado momento.

Todas las sociedades enfrentan crisis en un periodo de su existencia. A algunas no les va tan bien cuando algo así ocurre. Esto se debe a que no son resilientes.

Una sociedad resiliente es capaz de responder a dicha crisis sin descuidar sus funciones básicas. Tener resiliencia es importante, porque nos permite funcionar bien como sociedad. De ahí que nuestras autoridades gubernamentales y nuestros líderes (empresariales, espirituales, etc.) deben ser los primeros en promoverla y, sobre todo, en practicarla con el ejemplo.

En el 2021 la vida deberá continuar. El próximo año será uno de ajustes y de reacomodos, un tiempo nuevo para probar y enmendar. Será sin duda un año para madurar y aplicar las lecciones que aprendimos este año para canalizarlas a un plano aún más práctico, propositivo y productivo.

La crisis vivida este año 2020 ha hecho más fuertes a muchos seres humanos. Aquellos que han querido salir adelante han mostrado resistencia y han aprendido a adaptarse a las consecuencias que se han presentado. Finalmente este es el valor esencial de la resiliencia: la capacidad de reinventarse, sanar y ver hacia adelante.