OpiniónPasado y Presente

Con Valentín, hasta el fin… (I)

PASADO Y PRESENTE

Por Pedro Alonso Pérez

Con Valentín, hasta el fin… (I)

Valentín Campa Salazar nació el 14 de febrero de 1904 en Monterrey NL. Y a mediados de 1925 llegó con su familia a Ciudad Victoria donde vivió hasta 1928, en este lugar tuvo varias e importantes experiencias que marcaron para siempre su vida y que él mismo nos relata en Mi testimonio su libro de memorias.

Cuando Campa arribó, la capital tamaulipeca era una ciudad pueblerina que no llegaba a veinticinco mil habitantes, pero era la segunda más grande después de Tampico. El victorense Emilio Portes Gil – tras haber fundado el Partido Socialista Fronterizo (PSF) el año anterior – iniciaba en 1925 su mandato como gobernador constitucional de Tamaulipas, en fructífera carrera que, al poco tiempo, lo convertiría en presidente de la República. Arrancaba en ese año, lo que sería la larga era portesgilista en la historia política de la entidad.

En dicha ciudad, Valentín trabajó en Ferrocarriles Nacionales de México, la más importante empresa de esos servicios. Ciudad Victoria era entonces importante plaza rielera, por ser paso obligado del tren de pasajeros Monterrey-Tampico, de la transportación petrolera por ferrocarril hacia el norte, y por contar con un taller de locomotoras. Valentín Campa sufrió aquí por primera vez la represión, le llama su “bautizo represivo”: despido laboral, detención arbitraria, golpes y prisión política por sus actividades sindicales que recién desempeñaba como dirigente local de la Confederación de Transportes y Comunicaciones (CTC), agrupación de varios gremios obreros del riel. Antes, había realizado gestiones en favor de trabajadores y otras acciones solidarias, donde destacan las actividades en favor de la libertad de Sacco y Vanzetti, dos anarcosindicalistas italianos inmigrantes, injustamente condenados en Nueva York a la silla eléctrica. Acciones conjuntamente impulsadas por la Confederación General de Trabajadores (CGT) anarquista y por el Partido Comunista Mexicano (PCM) que contaba con grupos de militantes en Tampico, Victoria y otros puntos de Tamaulipas.

Cuenta Valentín que: “El PCM, dentro de sus actividades de agitación y propaganda, organizó, a principios de 1926, una conferencia de Julio Antonio Mella en Ciudad Victoria. Yo aún no era miembro del Partido pero tenía relaciones con varios comunistas. ”En efecto, Mella el joven fundador del Partido Comunista Cubano, líder estudiantil en su país y entonces dirigente del PCM, vino a Tampico y Ciudad Victoria a impartir conferencias políticas; en la capital tamaulipeca estuvo en el Teatro Juárez de aquel tiempo, en un evento que desde antes de realizarse “había despertado un gran interés, incluso entre intelectuales y estudiantes”. Campa, a petición de los comunistas locales, colaboró económicamente para ese viaje del luchador antimperialista y escribe: “Fue así como conocí a Julio Antonio Mella. Me impresionó su conferencia por su capacidad intelectual y de exposición”. Tres años después, el dirigente revolucionario cubano y latinoamericano – que preparaba una expedición armada para liberar su patria de la dictadura de Machado- fue asesinado en las calles de la ciudad de México para frenar su lucha, en terrible crimen que hasta nuestros días es tema de investigación.

También en Ciudad Victoria, en octubre de 1926, Valentín conoció a Hernán Laborde – se entrevistaron a bordo de un tren de paso- quien para ese entonces ya era un admirado líder ferrocarrilero; al poco tiempo Laborde sería diputado de izquierda, dirigente sindical nacional de los rieleros y secretario general del Partido Comunista Mexicano (PCM). Juntos Laborde y Campa vivirían después, en su larga militancia comunista, interesantes episodios políticos de nivel nacional e internacional.

Aquel primer encuentro con Hernán Laborde, en el tren en que éste recorría los centros labores, tuvo el propósito de intercambiar puntos de vista y recibir instrucciones para preparar la huelga general ferrocarrilera de febrero de 1927. Proceso donde Campa participaba por su carácter de dirigente sindical ferroviario a escala divisional y por sus relaciones políticas con los comunistas. Al respecto, en otra experiencia fundamental de su vida en Ciudad Victoria, recuerda Valentín: “Un día antes de la huelga yo había ingresado al Partido Comunista Mexicano por invitación de varios de sus miembros, especialmente del camarada Sotero Valdez, tranviario de la Compañía de Luz y Fuerza de Tampico, quien era representante obrero a la Junta de Conciliación y Arbitraje del Estado”. La afiliación de Valentín Campa al PCM debió ocurrir el 21 de febrero de 1921 en la capital de Tamaulipas. Esa decisión de ingresar al partido de la bandera roja con la hoz y el martillo, lo marcó profundamente, sabía que la lucha por el socialismo a la que se incorporaba de manera organizada era internacional y muy disciplinada, en la concepción entonces en boga entre los comunistas latinoamericanos, que les llegaba desde Moscú, desde la Internacional Comunista o Komintern. Campa nunca abonó los ideales que entonces abrazaba, sobre los derechos obreros y campesinos, el internacionalismo proletario y la lucha por la construcción de una sociedad humana igualitaria, libre de la explotación y la enajenación. Pero sus relaciones con la Meca comunista de la URSS no siempre fueron agradables.

De esas experiencias y otras, vividas en Ciudad Victoria, empezando por la huelga general en los ferrocarriles iniciada el 22 de febrero de 1927, donde tuvo su “bautizo represivo”, y la relación de Campa con Portes Gil, entre otras cuestiones, escribiremos en nuestra próxima entrega. La historia de Valentín Campa es extensa, interesante y compleja. Es protagonista de grandes luchas sociales y políticas por la democracia y la igualdad; por algo este personaje histórico fue reconocido en 2019 por el gobierno de la República como “persona ilustre”. De eso también hablaremos…

 

 

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