LA OTRA ÓPTICA
Por Juan Carlos Flores Turrubiates
Tokio 2020: lo que fue y lo que viene
Finalizaron los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, la justa veraniega atípica que tuvo que posponerse un año dado a la pandemia por Covid-19.
Este evento estuvo tambaleándose hasta el último momento, la mayoría de la población japonesa se opuso a que se realizaran dado las olas de contagios y las diferentes cepas de coronavirus que han azotado a la humanidad a lo largo de todo este año.
Sin embargo, los Juegos lograron llevarse a cabo a pesar de todos los pronósticos en contra y podemos afirmar que con rotundo éxito.
Fuertes medidas sanitarias, un limitado número de medios cubriendo desde Japón, la expedita salida del país de los competidores que finalizaban su participación, aislamiento total de los atletas y sin la presencia de público (sin duda lo más triste) fueron las claves para que la máxima justa deportiva pudiera realizarse.
Estados Unidos ratificó su posición como superpotencia deportiva al darle la vuelta en el último día de competencias a China, quién parecía que se llevaba la mayor cantidad de preseas áureas; EEUU finalizó con 39 oros, 41 plata y 33 bronces, 113 medallas totales; mientras que China finalizó con 38 oros, 32 platas y 18 bronces, 88 medallas para el gigante asiático.
Por su parte, los de casa, hicieron su mejor participación histórica al posicionarse en tercer lugar con 58 medallas: 27 de oro, 14 de plata y 17 de bronce.
Completan el top 5 del medallero Gran Bretaña con 22 oros (65 totales) y Rusia (sancionada y que no pudo competir con su bandera) con 20 preseas doradas y 71 totales.
En Latinoamérica, dos son las potencias regionales en materia deportiva… Brasil y Cuba, ambos países lograron colarse en el top 20 del medallero.
Brasil terminó en el lugar número 12 con 21 medallas totales, 7 oros, 6 platas y 8 bronces, donde destacó la joven gimnasta Rebeca Andrade al llevarse Oro y Plata.
Por su parte, la pequeña isla caribeña logró colarse hasta el puesto 14 con 7 preseas áureas, 3 platas y 5 bronces; destaca su dominio en el boxeo y la super estrella en la lucha grecorromana, Mijaín López, cuatro veces campeón olímpico.
México, por su parte, tuvo su peor cosecha de medallas en JJOO en 20 años con apenas 4 bronces, eso sí, tuvimos 21 diplomas: 7 cuartos lugares, entre los que figuran el de la gran Alexa Moreno; 3 quintos lugares, 6 sextos lugares y un histórico octavo puesto con Dafne Navarro en Gimnasia en Trampolín.
Si uno revisa tanto los diplomas como las preseas en las ediciones más recientes Londres, Río y Tokio, podemos concluir que nos encontramos estancados en materia deportiva, con 22, 20 y 21 atletas que recibieron ya sea medalla o diploma en estas recientes ediciones.
México, la economía 15 del mundo, con una población de más de 120 millones no merece estos resultados cada 4 años, los problemas son muchos y parece lejano el día en que nuestro país pueda colarse en el top 20 del medallero.
Cacicazgos en las federaciones, compadrazgos, corrupción y una falta de interés para apoyar el deporte en todos los niveles de gobierno hacen que sea casi imposible cosechar buenos resultados cada cuatro años.
Los pocos resultados positivos son mérito exclusivo de los atletas, quienes en muchos casos tienen que buscar ellos mismos los medios para financiar viajes, equipo de entrenamiento, ropa y calzado.
Esto no es algo propio de este sexenio, es más, a esta delegación se le invirtió más dinero que la delegación que participó en Río hace 5 años.
El problema es estructural, el gobierno no tiene ya la capacidad de financiar el deporte, el dinero no se ve reflejado en resultados, muchas veces ni siquiera llegan esos apoyos a los atletas.
Si bien fueron las mujeres quienes pusieron en alto el nombre de México con esas medallas y resultados históricos, no debemos pasar por alto las pifias que nos dejó esta justa.
Empezando con lo acontecido por la Selección de Béisbol quienes echaron a perder su participación por compadrazgos y caprichos de Edgar González y para rematar la multa a la que serán acreedores por romper los protocolos de uniformes en la Villa Olímpica.
Otro descalabro fuerte fue el tema del Taekwondo –donde se habían dado grandes resultados–; los malos resultados en tiro con arco –de quienes se esperaban más de los representantes– y los clavados en donde no se pudo conseguir esas medallas que estaban “aseguradas”.
A corto plazo Ana Gabriela Guevara debería, por dignidad, renunciar a la CONADE, y se deben redireccionar todos los esfuerzos en las jóvenes figuras que quedaron en la orilla de las medallas en Tokio.
A mediano plazo se debe de trabajar más de cerca con la IP y los grandes empresarios y empresas como Grupo Carso de Carlos Slim y Value de Carlos Bremer para que, junto con la CONADE, lleven a cabo acciones conjuntas para no abandonar a nuestros atletas de alto rendimiento y tengan espacios dignos donde entrenar.
A largo plazo, se debe de modificar la estructura del deporte, invertir en disciplinas que nos han dado grandes satisfacciones como la marcha, el box y el Taekwondo y que hoy en día son disciplinas en las que México ya no destaca.
Hay que seguir apoyando y auditando el deporte para que disciplinas como clavados, tiro con arco y halterofilia puedan seguir teniendo grandes competidores y oportunidades verdaderas de medallas y no olvidar a otras disciplinas que pudieran dar la sorpresa ya sea el fútbol, atletismo, pentatlón, tiro fosa, gimnasia, golf, y muchas otras disciplinas.
Por último, recordar que el ciclo olímpico no es cuestión de 15 días cada 4 años, se debe darles seguimiento, apoyo y atención a los deportistas todo el año, campeonatos nacionales, centroamericanos, panamericanos, mundiales de cada especialidad, el fogueo con otros atletas de diferentes latitudes son cuestiones necesarias para garantizar la mejor preparación de nuestros atletas.
Esperaremos tres años para París 2024 pero antes, tendremos justas regionales como los Centroamericanos de El Salvador en 2023 y los Panamericanos en Chile de 2023, escenarios importantes para saber la evolución o involución del deporte nacional.
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