Mirada de MujerOpinión

Pariendo un sueño

MIRADA DE MUJER
Por Luz del Carmen Parra
Pariendo un sueño 

Si alguien me hubiera dicho hace un par de años que escribiera un libro, tal vez le hubiera contestado que no tenía tiempo para sentarme a reflexionar alguna historia que contar, que hacía muchos años había dejado en el cajón de los sueños olvidados, lo que en mi adolescencia florecía como una posibilidad. 

Aún recuerdo mi afición por escribir pequeños relatos que surgían de entre mis propias experiencias cotidianas, de amor y desamor, de entusiasmo y desilusión y hasta intenté aprender de la mano de alguna de mis maestras de literatura, la rima y la métrica de la poesía. 

Rebelde por naturaleza, no pude someter mi pensamiento a semejante rigidez, así que me incliné desde entonces por la prosa y la narrativa. Se me daba con mayor facilidad, me acomodaba en libertad para decir como quisiera lo que pensaba, lo que sentía. 

Así nació hace ya algunos años “Quiero Aprender a vivir como un Águila”, un poema desgarbado, como una forma de automotivación cotidiana que me ayudara a superar los pequeños o grandes contratiempos de la rutina y a romper la codependencia de mis amores, cuidando centrar todo mi potencial en mí misma, como la única alternativa para alcanzar mi realización personal y defender mi forma de ser, de pensar, para evitar el sometimiento que terminaría por doblegarme. 

Quise a través de unos versos, extrapolar la sensación de plenitud que vive el ave en total libertad y motivar a todas las mujeres a buscar dentro de sí mismas su propia fuerza liberadora. 

Quiero en esta ocasión compartirles esos versos sin métrica ni rima, sin mayor pretensión literaria, mi himno a la libertad, con el ánimo de entretejer mis recuerdos de momentos vividos en medio de la pandemia. Ellos me ayudaron a recuperar la fe, a buscar nuevos horizontes. 

QUIERO APRENDER A VIVIR COMO UN AGUILA 

Las águilas vuelan solas
no temen la soledad,
no se sienten deprimidas, ni abandonadas,
no buscan reconocimiento,
ni sentirse valoradas. 

Se sienten plenas,
independientes, autosuficientes,
disfrutan de sí mismas y exploran sus habilidades. 

No tienen miedos.
¡Aman su libertad! 

Gustan volar solas
nada impide su vuelo.
Extienden sus alas cual largan son
y gozan del vaivén del viento que las mece.
No se sienten solas.
¡Aman la libertad! 

Poseen un espíritu indomable,
devoran víboras, no comen carroña
y es tanta su fortaleza, que se redimen solas.
No temen las tempestades, las enfrentan
tienen altura de miras, y perspectivas claras.
Controlan su vuelo, saben a dónde van. 

Su majestuosidad invita a la serenidad,
A la grandeza, a la realización de sí misma.
A la búsqueda de horizontes inimaginados.
¡A vivir en libertad! 

¡Quiero aprender a vivir como un águila!
Quiero disfrutar mi soledad
libre de la necesidad de sentirme amada.
Orgullosa, fiel, leal y comprometida. 

Quiero bastarme a mí misma en mi totalidad.
amar lo que soy, aceptarme como obra divina.
Quiero extender mis alas a la vida
y descubrir las maravillas de mi vuelo. 

Quiero sentir que no me hace falta nada.
¡Quiero sentir que soy feliz! 

Traigo a mi memoria estos versos desorganizados, escritos sin mayor afán literario, porque fueron ellos los que me ayudaron a salir de mi sentimiento de soledad y depresión, en el que me sumergí pasados los primeros meses de 2020, ante la amenaza constante de la muerte. 

La presencia del COVID-19 en el mundo, me envolvió en medio de una pesadilla, que me hizo perder el piso y llorar como cuando era niña. La angustia de la posibilidad de que mis hijos se contagiaran y de no volverlos a ver, casi me llevó a perder la cordura. 

Me obligué a hacer un alto y me dije: “Empecemos de cero una vez más. De la nada, con un cúmulo de esperanza y buenos deseos”. 

“Seamos valientes de nuevo. Ligeros de equipaje, iniciemos la búsqueda de motivos que nos ayuden a permanecer despiertos en medio de la nada; dejemos volar nuestra imaginación y pongamos nuevos retos a nuestra propia realidad para que comprendamos de una vez, cuánto dignifica al ser humano su capacidad de reinventarse.” Mirada de Mujer, Reinventarse. 15/08/21. 

Al tiempo que fui reencontrándome conmigo misma, en esa soledad obligada, en esos silencios eternos, fue que renació “Mirada de Mujer”, después de más de 10 años de silencio, como un motivo para conquistar la atención de mis hijos ausentes, un mensaje que compartirles, un tema de conversación. 

Muchos de mis lectores me han sugerido hacer una recopilación de esas reflexiones, y quiero compartirles con mucha ilusión, que, a partir del próximo 6 de septiembre, estará en preventa en la plataforma de Amazon, mi libro “Apuntes para mis hijos”. Nace un sueño compartido. Se hace realidad. 

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