CABRITO NEWS
Por Homero Hinojosa
Veloces y furiosos
En las últimas décadas, adaptarse a los cambios tecnológicos ha significado un reto para la humanidad. Con el tiempo el ser humano ha abrazado la llegada de innovaciones radicales que generalmente mejoran la calidad de su vida: el aire acondicionado, la computadora, el Internet.
En los últimos cinco años, sin embargo, el reto ya no significa acomodarse a los cambios. El desafío ahora es asimilar la velocidad tan grande con que están ocurriendo.
El cerebro humano tiene sus límites y puede tener dificultad para procesar la aceleración con la que avanza la tecnología. La percepción de demasiados cambios e innovaciones en un corto período de tiempo puede crear problemas psicológicos e inestabilidad mental, advierten expertos.
Esto se debe a que el cerebro humano tiene un cierto nivel de adaptación y ajuste necesario para funcionar. Los cambios veloces, furiosos y significativos pueden sobrepasar esta capacidad, lo que lleva a sentimientos de estrés, ansiedad e incertidumbre.
Un ejemplo es el ritmo de progreso que lleva la inteligencia artificial (IA), un desarrollo que muchos anticipan que marcará “un antes y un después” en esta década y que será una especie de “salto cuántico” para la humanidad.
No es precisamente que los robots y la IA vayan a controlar al ser humano. Esto —por el momento– sigue siendo más bien tema para un guión de una serie de ciencia ficción. Sin embargo, lo que sí es real es que el avance de la inteligencia artificial es tan rápido que el mercado y las personas no logran ir parejo a ello. Y aprovecharlo.
Es interesante observar cómo la tecnología no parece dispuesta a esperar a que el ser humano la entienda y la atesore para su beneficio. Un riesgo evidente, según expertos, es que nos sometamos a sus maravillas y nuestro cerebro ceda más a las máquinas y a la IA con el tiempo.
El uso excesivo de tecnologías automatizadas podría hacernos perder habilidades importantes como la memoria a corto plazo y la capacidad de resolver problemas. Google ya nos saca de apuros en búsquedas de información. Chat GPT3 hace guiones, presentaciones y escribe código para no molestar a nuestro cerebro para que lo haga.
Es importante tener en cuenta que el avance de la tecnología no es necesariamente negativo, pero es importante encontrar un equilibrio en su uso y tener conciencia de sus posibles efectos. Adaptarse a la velocidad tecnológica será cada vez un desafío mayor. Quizá sea hora de entrenar mejor a nuestros cerebros para no quedarnos atrás.
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