Por Jorge Maldonado Díaz
Un 30 por ciento de las llamadas que recibe la secretaría de Salud son por parte de ciudadanos que denuncian la venta de medicamento clandestino o clínicas que operan sin los permisos correspondientes, así lo informó Alma Rosa Marroquín Escamilla.
La titular de la dependencia aseguró que tan pronto reciben la queja, personal a su cargo realizan las inspecciones.
Argumentó que muchas de estas han sido efectivas y han tenido que actuar en contra de los establecimientos o las personas físicas.
“La persona puede hacer el reporte de forma anónima, puedo decir que el 30 por ciento de nuestras visitas a los establecimientos se hace derivado de estos reportes anónimos, si recibimos todos los días reportes de que hay una clínica que seguramente no está registrada, que hay otras que están realizando algún procedimiento que no está validado por el sector Salud”.
La funcionaria estatal dijo que gracias a esto la semana pasada con medicamentos Milagro a super alto costo.
Manifestó que en la revisión pudieron comprobar que no tenían los fundamentos y mucho menos los permisos de importación por lo que se procedió a la suspensión.
Además, el pasado 30 de enero la fiscalía general de la República (FGR) anunció el decomiso de ejemplares de Neorobión y Bedoyecta falsos en el municipio de Monterrey, Nuevo León.
Elementos de la Policía Federal Ministerial de la Agencia de Investigación Criminal ejecutaron órdenes de cateo expedidas por el Juez de Control de Distrito Especializado en el Sistema Penal Acusatorio en dos inmuebles, cuyo resultado de la inspección fue el decomiso de 144 frascos de producto apócrifo.
Marroquín Escamilla alerto a la ciudadanía que vaya a comprar algún medicamento que la mayoría de estos no pueden estar expuestos al sol, de lo contrario ese producto ya no sirve.
“El medicamento lo tenemos que visualizar como una sustancia que nos va a ayudar a nuestro organismo para acompañarnos en el proceso de curación de alguna enfermedad, para poder garantizar que la biodisponibilidad que significa que la sustancia que contiene esté disponible en mi cuerpo cuando yo la ingiera y produzca el efecto deseado”.
“Se requieren principios como el que el medicamento este a una temperatura adecuada, en las etiquetas siempre viene consérvese a temperatura menor de 20 grados, hay medicamentos que requieren estar en refrigeración y si un medicamento es trasladado en la cajuela de un vehículo con las temperaturas de la ciudad a veces arriba de 40 grados, ya pierde totalmente su efecto”, puntualizó.
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