La reunión académica busca mantener vivo el interés sobre las potenciales consecuencias de una conflagración
Por Mirtha Hernández
La posibilidad de una guerra nuclear derivada del conflicto entre Ucrania y Rusia no puede ser descartada, y el peligro de ésta proviene más de Estados Unidos que de Rusia, afirmó Michel Chossudovsky, profesor emérito de Economía de la Universidad de Ottawa, fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización.
Las últimas noticias sobre el reclutamiento de 300 mil soldados por parte de los rusos podrían llevar a una escalada en el enfrentamiento de la Federación rusa con la unión americana y los países miembros de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), afirmó.
Subrayó que en Estados Unidos existe una ideología en la que Washington habla de una guerra nuclear preventiva, la cual es vista como instrumento de defensa e incluso se plantea la existencia de una bomba nuclear “humanitaria” de baja intensidad.
Al participar vía remota en el Coloquio Internacional Riesgos Existenciales para la Vida en el Planeta. A 60 años de la Crisis de los Misiles, organizado por el Centro de Investigaciones Interdisciplinarias en Ciencias y Humanidades (CEIICH), Chossudovsky detalló que existe un programa del presidente Joe Biden – el cual inició desde la administración de Barack Obama para desarrollar armas nucleares– que cuenta con un billón de dólares y podrían duplicarse de aquí a 2030. “Este presupuesto no incluye los demás gastos militares”, comentó.
En la unión americana también hay propaganda dirigida al público en general y para quienes toman decisiones sobre el desarrollo de este tipo de armas.
El experto señaló que después de los eventos del 11 de septiembre de 2001, hay en EE. UU. una nueva doctrina relativa a las armas nucleares y se desarrolla una reciente generación de éstas, de baja capacidad explosiva e incluso se habla de ellas como “bombas humanitarias”, y se podrían utilizar en contra de países no nucleares.
“Existe esta noción de arma nuclear que no genera daños para los civiles, porque la explosión es subterránea, pero es falso”, insistió Chossudovsky.
En Rusia, prosiguió, existe la idea de que si alguna de las partes utiliza un arma nuclear la destrucción mutua estará asegurada y llevaría al fin de la humanidad tal como hoy la conocemos, agregó el experto.
De igual forma, expuso que bajo el denominado Proyecto Manhattan, Estados Unidos, Gran Bretaña y Canadá habrían elaborado un plan que se llevaría a cabo el 15 de septiembre de 1945, para bombardear 66 ciudades de la entonces Unión Soviética, utilizando más de 200 bombas atómicas. Este capítulo, señaló, está fuera de los libros de historia, pero puede corroborarse por diversos documentos desclasificados de este Proyecto.
Previamente, el director del CEIICH, Mauricio Sánchez Menchero, inauguró el Coloquio Internacional que busca mantener vivo el interés por el estudio científico e interdisciplinario sobre las potenciales consecuencias de una conflagración nuclear mundial. En este encuentro académico participaron 10 destacados especialistas, quienes brindaron sus enfoques y análisis sobre las amenazas de la vida vinculadas al desarrollo de la industria nucleoeléctrica y de la tecnología bélica basada en la fisión nuclear.
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