Investigación

Santiago R. de la Vega: caricaturista regio que combatió al mal gobierno

Como parte de una generación revolucionaria, la pluma y viñetas del monero regiomontano Santiago R. de la Vega se convierte en la etapa porfirista en filosa armadura que a través de la burla satirizaba a los hombres del poder, actividad con la que prosigue con posteriores gobernantes

Por Luis Alvarado

Si la caricatura es la creación artística del dibujante que causa hilaridad, habría que remontarse a la dictadura porfirista cuando la viñeta política en la prensa escrita se convierte en una herramienta poderosa de crítica a los gobernantes y adversarios políticos.

Fuertes efectos al ridiculizarse en los periódicos a los hombres del poder y severas fueron las reacciones con las que se castigaba la sátira aguda a través de dibujos de alta significación, que no todo el pueblo comprendía al inicio, pero sí a donde tenía que llegar el mensaje.

Quedaba demostrado así que las imágenes también se convertían en arma política en los albores de la revolución mexicana y que igual fue utilizada durante ese periodo histórico tanto por grupos progresistas como conservadores.

Dentro del selecto grupo de caricaturistas se encontraba entre otros, Daniel Cabrera, Guadalupe Posada, Martínez Carreón, Santiago Hernández, Álvaro Pruneda (padre e hijo), Zubieta y dentro del círculo más crítico por alternar la viñeta con el artículo, el regiomontano Santiago R. de la Vega.

Nace en Monterrey en 1885

Santiago arriba a este mundo el 7 de febrero de 1885, estudia en la ya desaparecida escuela Lázaro Garza Ayala, que estuvo situada en la calle Diego de Montemayor y Juan Ignacio Ramón, viaja después a la ciudad de México para continuar sus estudios, abrazando luego las ideas liberales e incorporarse como pieza de la revolución.

La síntesis biográfica de de la Vega indica que sus colaboraciones en medios se inician como dibujante en la revista de oposición Mefistófeles, en 1902, lo que le vale ser apresado . Fundó el periódico obrerista La Humanidad, en San Antonio, Texas en 1904. Hizo caricaturas para Multicolor y La Risa de 1911 a 1913; fue editor y director de El Arlequín, en 1915.

A la caída de Huerta huyó a Texas. Cartoons Magazine, de Chicago, consagró un número especial para reproducir todas las caricaturas de Santiago R. de la Vega. Regresó a México en 1926 y trabajó en El Universal, firmó con el seudónimo Kiff. Murió en la ciudad de México el 7 de octubre de octubre de 1950.

De ideas revolucionarias, convivió con los hermanos Flores Magón en el Club Liberal. Por su actitud rebelde en contra del régimen es que fue encarcelado en 1902 en la prisión de Bélen en la capital del país.

La represión política

Siendo la caricatura un dibujo en el cual se deforman o exageran los rasgos, hábitos o vicios de una persona, institución, situación o idea, con una marcada intención humorística y crítica, el historiador del arte Robert  Sizeranne apunta que la caricatura primero hizo reír, después hizo ver para luego hacer pensar.

En 1903 Vega se incorpora al Club Liberal Ponciano Arriaga, fundado por un grupo de jóvenes anarquistas y socialistas entre los que se encontraba Camilo Arriaga, con quien se asoció y recorrió los estados del noreste del país. En Coahuila, se reunió con el nuevoleonés Jerónimo Treviño para discutir la situación del país.

En abril de ese año los tenaces opositores paran en la cárcel. La policía arrestó a todo el personal que redactaba El Hijo del Ahuizote e incluso a los impresores, pero en realidad fue parte de una redada de ideas subversivas ubicadas en todos los periódicos.

Por causas politicas fueron recluidos en Belén; entre ellos figuraban Ricardo y Enrique Flores Magón, Juan Sarabia, Librado Rivera, Alfonso Cravioto, Humberto Macias Valadez, Manuel Sarabia, Luis Jasso, Santiago R. de la Vega, éste último colaborador en otro medio, Mefistófeles.

Ricardo Flores Magón refiere así los acontecimientos: «Con motivo de este proceso, fueron encarceladas más de 30 personas sin duda para ejemplo de cuantos en los sucesivo quisieran ejercitar un derecho. La publicación de nuestros periódicos fue cínicamente prohibida por la autoridad judicial, nuestros amigos y nuestros defensores fueron perseguidos.»

Persecución de las ideas

El gobierno hizo alarde de su odio a la prensa y con diversos motivos fueron perseguidos y sujetos a proceso: El Hijo del Ahuizote, El Paladín, Onofroff, El Alacrán, La Nación Española, Diario del Hogar, El Universal, Juan Panadero, La Tarántula, Diógenes, de ciudad de México.

Además,  Jalisco Libre, La Libertad, El Correo de Jalisco, La Gaceta, de Guadalajara; El Corsario, de Morclia; El Sol, La Luna, La Libertad, El Demócrata, El Combate, de Hermosillo. La Evolución,

de Durango; El Avance, de Irapuato; El Centinela, de Zacatecas; El Desfanatizador, de Pachuca.

También, El Barretero y El Sable, de Guanajuato; La Opinión Pública, El Demófilo, de San Luis Potosi; La Democracia Latina, Redención, Justicia, Constitución, de Monterrey; El Trueno, de Linares; La Voz de Altamirano, de Chihuahua; El Cuarto Poder, de TeziutIán; Bala Rasa, Hoja Blanca, de Tarnpico, y cien periódicos más de todo el país.

En el porfiriato se llegó a registrar la existencia de  periódicos que se podían encontrar en el directorio, 28 clasificados como diarios; 147 como semanarios; 81 semimensuales; seis como trisemanarios; 32 como mensuales y 119 como no clasificados.

Aparece luego El Nieto del Ahizote, es denunciado y suspendido al primer número; le seguiría El Padre del Ahuizote y al primer número es igualmente aplastado. Todos los periodistas apresados luego serían amenazados de muerte si volvían a publicar críticas contra el régimen de Díaz.

Edita La Humanidad en San Antonio

Es en el momento de la condena en Belén en que los revolucionarios coinciden en no volver a usar los términos socialista y anarquista dentro del Partido Liberal Mexicano al que pertenecían para no dar más pretextos al porfiriato.

Ya en el destierro en San Antonio integran la junta organizadora del PLM del floresmagonismo, al tiempo que Santiago editaba La Humanidad, periódico que contaba con parte del patrocinio de Camilo Arriaga, escribe James Crockcroft en su obra Precursores Intelectuales de la Revolución Mexicana (p. 113).

Caricaturista con ingenio agudo y sarcástico, fue amigo de Francisco Mújica, Camilo Arriaga y otros luchadores de su época, fue un hombre fuerte y de frente espaciosa y cabellera oscura,  hombre de buen humor a pesar de su agitada vida y como todo buen periodista se movía constantemente de lugar.

El trabajo artístico de los moneros paulatinamente se fue depurando para comunicar un mensaje a las masas a través de la prensa revolucionaria, el cual “aventajó en efectividad a la prensa doctrinaria, tradujo en imágenes comprensibles la lucha contra el gobierno porfirista”, algo muy efectivo en una época en que gran parte de la población no sabía leer ni escribir.

 En su texto académico Arte y poder, el investigador de la UNAM Fernando Ayala Blanco anota que a su salida de prisión, Santiago se inicia como orador de combate, recorre varios estados y en Coahuila se entrevista con jerónimo Treviño para analizar la situación política y social en ese estado y Nuevo León.

Al Complot de Tacubaya

Después de publicar en San Antonio La Humanidad en 1904, para 1909 Santiago interviene en la organización de la casa del obrero mundial, teniendo participación en el complot de Tacubaya.

Este complot de Tacubaya buscaba echar a Porfirio Díaz de la presidencia en favor de Francisco I. Madero, de la autoría de Dolores Jiménez y Muro, el cual es publicado el 18 de marzo de 1911 como una continuación de las demandas del anarquista Partido Liberal Mexicano.

Y con la proclama se exigían salarios justos, viviendas económicas, mejora de las condiciones de trabajo, dignificación salarial para las mujeres y frenar las inversiones extranjeras.

A la caída del porfiriario en 1911, Santiago R. de la Vega  adquiere una nueva dimensión en la caricatura política al incursionar exitosamente y ser reconocido como uno de los más destacados dibujantes políticos en las publicaciones Multicolor, La Risa, El padre Padilla, Arlequín, Claridades.

El nombre de la revista Multicolor se debe al «juego de colores» de las notas de la revista; en su comienzo la publicación era dirigida sólo al público varón, ya que entre uno que otro chiste se criticaba a la mujer y sus ideales feministas, lo que era una contradicción de sus ideales revolucionarios.

La portada era a color y estaba  ilustrada con una caricatura que reflejaba  la idea global de la situación en turno de la política del país. Santiago participó en esta revista de mayo de 1911 a diciembre de 1913. editor y director de El Arlequín, en 1915

El de Monterrey  conspira luego en 1920 en el plan de Agua Prieta, durante el periodo del presidente Adolfo de la Huerta para luego ser secretario particular del nuevoleonés General Antonio I.Villarreal, ministro de agricultura y fomento.

Posteriormente, de la Vega es  secretario de José Santos directivo del periódico El Universal, donde sería monero diarista en ese prestigioso matutino.  Posteriormente, en el año de 1934 es nombrado director del palacio de Bellas Artes, donde desarrolla importante labor en el campo de la cultura y las artes.

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