La otra ópticaOpinión

Confesiones de un pasante en vacunación transfronteriza

LA OTRA ÓPTICA
Por Juan Carlos Flores Turrubiates
Confesiones de un pasante en vacunación transfronteriza 

Tras el anuncio de la vacunación en el Puente Colombia para la niñez de entre 5 y 11 años de esta semana, me puse en contacto con un médico pasante quien ha realizado parte de su servicio como “voluntario” en la campaña transfronteriza para que me platicara cómo se llevan a cabo los viajes. 

Entre fallas en la logística, malos tratos y sobre todo, una seguridad deficiente al salir de los límites de Nuevo León, son algunas de las denuncias que estos médicos, algunos de ellos aún jóvenes estudiantes, tienen que sortear como parte de su servicio social. 

A continuación, presento lo más destacado de la entrevista que se le realizó al personal médico que supervisa la campaña: 

“De lunes a viernes salen 3 convoy de unos 10 autobuses cada uno aproximadamente (eso hasta ahorita, porque agregaron otra ruta y ya veremos cómo nos va) que salen entre 7:30 y 8:00 am; escoltados por Fuerza Civil todo el camino, una ambulancia y apoyo de tránsito para eso del tráfico de ciudad. 

“A nosotros nos citan por ahí de las 5:30 o 5:45 de la mañana en el Hospital Universitario para luego ir a Grupo Senda y asegurar que se llegue a tiempo. 

“Las personas que van depende de cada empresa, hay veces que son puros adultos (que bien se pueden o pudieron vacunar aquí) o también están los camiones con menores, que por lo regular la mitad de los pasajeros son los adultos, acompañantes de los menores, que no se van a vacunar. 

“Como personal de salud mandan pasantes, estudiantes de medicina (muchos de primer año que no saben qué onda y hasta les puede tocar solos) y estudiantes de la técnica médica. 

“Cada camión dispone de su cajita con paracetamol, termómetro, baumanómetro y medicamento básico. 

“También nos ha tocado algunos malos tratos por parte de las personas de las empresas sobre todo porque desconocen de dónde somos y que nuestros servicios son parte de nuestro servicio social. 

“Por parte del Gobierno del Estado nos dan su respectivo lonche; un burrito, papas y aguas 

para sobrevivir el viaje y el coordinador de la empresa es el que administra todo esto. 

“Nuestra función es atender reacciones por la vacuna, que es algo que puede ocurrir desde que la aplican y en el lapso posterior a unos 30 minutos, es en este lapso cuando puede ocurrir algo grave, algo que realmente puede significar peligro. 

“Al final nos aventamos jornadas de 11 a 14 horas en donde es extremadamente raro que suceda alguna situación que amerite atención de emergencia, aun así, debemos de supervisar a todos y a cada uno de los pacientes de los camiones. 

“En cuanto a la seguridad para nosotros (personal médico), que te digo, la semana pasada el staff de gobierno nos advirtió que estaba muy peligroso, que nos cuidáramos y que no bajáramos del autobús porque nos pueden levantar. 

“El viaje dura entre 3 y 4 horas, luego, el tiempo que se tarden una vez allá. En McAllen es más tardado, puedes esperar 2 horas en Reynosa a que vacunen a todos y luego ya el regreso. 

“El rol que te toca como personal médico depende de la cantidad de autobuses que van, por ejemplo, una semana me tocó ir 3 veces, pero varía porque avisan una noche antes (otra de las fallas a nivel de organización). 

“El estado cataloga a los MPSS (médicos pasantes del servicio social) como personal médico, vaya, también van algunos médicos residentes, pero no siempre es así. 

“Al final como te comenté, pueden poner un estudiante de la técnica médica o un doctor, lo importante es llenar el check list de que va personal médico en cada autobús. 

“Y en realidad nosotros nos preguntamos ¿Cuál es la finalidad de este programa transfronterizo? 

“Al principio nosotros estábamos exclusivamente en campañas de vacunación locales (lo más lejos a donde nos enviaban era Ciénega de Flores), después solicitaron voluntarios para la campaña de vacunación transfronteriza y por último fue obligado. 

“Aquí en Monterrey se hizo campañas para público general y para empresas, ahora súmale también el de los menores, se entiende perfectamente la campaña para vacunar a los niños, pero con la inseguridad que hay en el camino y la posibilidad de vacunarlos aquí en el estado no sabemos qué va a pasar. 

“Por parte del personal de Senda se rumora que ellos tienen contrato hasta el 20 de diciembre (nada confirmado por gobierno ni por nuestro jefe de Servicio) así que, por mientras, a seguirnos arriesgando en esos viajes. 

“Sobre todo cuando se supone que nuestro Servicio Social sólo es en el estado y el seguro de vida no cubre nada que nos suceda fuera del estado de Nuevo León.” 

En este mismo espacio se había hablado de este programa transfronterizo que inició en San Diego – Tijuana, como una esperanza de cara a la reapertura de fronteras que llevaban más de un año cerradas. 

Hoy, con las fronteras ya abiertas tras 20 meses, con el acceso a la vacunación para la gran mayoría de la población y con cada vez menos casos de Covid 19 en México, habría que repensar la finalidad de este programa. 

Para algunos otros miembros del personal de salud que entrevisté, se aprovechó un momento en el que hubo el rumor de que ya no iba a haber vacunas para Nuevo León y lanzaron la campaña transfronteriza de vacunación. 

Salvo por el hecho de que se vacunen menores de edad –sobre todo ante la negativa por parte de la Secretaría de Salud de crear un programa de vacunación para esta población– parecería que esta campaña de vacunación es más bien una de publicidad para el estado; relaciones públicas entre Texas y Nuevo León; turismo de vacunas y nada más. 

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