Por Francisco Cuellar Cardona
Quienes los han visto y escuchado, aseguran que son el futuro político de Nuevo León y hasta de México, si se lo proponen. Ambos, uno senador de la república y el otro diputado local, pilotean un grupo de jóvenes políticos que, por sus discursos y sus actos, visualizan un Nuevo León moderno en todos los sentidos.
Aunque casi todos son arropados por Movimiento Ciudadano, un partido que no goza de una reputación pulcra en el mundo de la política partidista, en sus palabras, a Samuel García, Luis Donaldo Colosio y todo el grupo que lideran, se les nota que quieren marcar una distancia sobre los partidos.
Samuel García, parece ser la cabeza de este grupo político, pues en su corta carrera ha sabido escalar posiciones y ganar espacios que le generan respeto de parte de la clase política tradicional. El logro mayor en su currículum es haber ganado pulcramente la senaduría al PAN, al PRI y Morena; lo impugnaron en todas las instancias y en todas los venció; el mérito es admirable, pues como lo dijo en una de sus conferencias luego de la elección, «gané sin estructura y sin comprar votos como lo hicieron los demás».
El manejo que Samuel tiene en las redes sociales, le da una ventaja sobre los demás políticos. Esta herramienta de comunicación le ha permitido llegar a donde los demás no pueden, ni saben hacerlo. El senado de la república, es una experiencia extraordinaria para aprender y crecer políticamente, pero sobre todo, para hacer gestorías que le reditúen apoyos y seguidores en la construcción de un proyecto político, porque a Samuel, no pocos, lo ven como una figura política competitiva para la gubernatura en el 2021. Si mantiene ese perfil y conserva la humildad, sería para los neoloneses una opción atractiva a la vuelta de tres años.
En opinión de algunos sectores políticos del Estado, Samuel tendría que estar atento a lo que diga y haga Dante Delgado, dirigente nacional de Movimiento Ciudadano, quien en distintos foros ha expresado su deseo de pintar de naranja a Nuevo León, así como lo hizo en Jalisco con Enrique Alfaro, quien por cierto terminó renegando de las mezquindades de Dante. Samuel, como los demás, debe cuidarse de las malas influencias de su líder nacional.
El caso de Luis Donaldo, es diferente.
El joven diputado trae una energía política que atrae y convence. El apellido pesa y le abre caminos y puertas a donde vaya. El mismo ha dicho en sus entrevistas, que se resistía en un principio a entrar al mundo de la política, pero las circunstancias lo han puesto en una ruta que apunta al crecimiento y los grandes proyectos. A diferencia de Samuel, Luis Donaldo trae un ADN natural que conecta con la gente; los genes políticos del padre, finalmente se imponen en cada uno de sus actos.
El discurso que pronunció en el Congreso el pasado sábado, lo pone en la vitrina y lo coloca en una posición de privilegio. Poner a la gente en el primer plano de su agenda lo hace ver diferente de los demás. Asi como a Samuel el senado lo hará crecer, a Luis Donaldo el Congreso del Estado, le permitirá crear una plataforma que lo posicionará políticamente en el ánimo de los votantes regiomontanos.
La frescura política que irradia Luis Donaldo, no debe perderla, porque eso le va a permitir crecer y proyectarse al futuro.
Si en el 2021, generan su circunstancia, Samuel y Luis Donaldo pueden ser protagonistas y si no, tendrán tiempo y espacios para serlo. La generación que representan, sí le da para aspirar por un Nuevo…Nuevo León.
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