El investigador de la UNAM Miguel Carbonell conminó a los promotores de la ley magna para que no se demoren por que Nuevo León tiene un impacto significativo en todos los órdenes en el país y merece modernizar su texto.
Por Rosa María Rodriguez Quintanilla
Monterrey.- Para Nuevo León es urgente la creación de una nueva constitución política local, que responda a su realidad actual y a las expectativas de su sociedad, concluyeron especialistas y legisladores.
“Nuevo León debe tener una nueva constitución, dense prisa, no se demoren. Este estado tiene un impacto significativo en lo geográfico, en lo económico y en lo político para el conjunto de la república, que merece modernizar su texto constitucional”, afirmó el doctor Miguel Carbonell Sánchez en el Foro sobre «Experiencias de la Nueva Constitución de la Ciudad de México para Nuevo León», convocado por el Senador de Movimiento Ciudadano Samuel García Sepúlveda.
El investigador de Ciencias Jurídicas de la UNAM y el ex jefe de Gobierno de la Ciudad de México Miguel Angel Mancera expusieron su experiencia en la elaboración de la primera constitución de la capital del país y plantearon opciones del procedimiento que tendría que considerarse para construir un nuevo texto constitucional en esta entidad.
“No traemos recetas elaboradas, porque ésta es una entidad soberana y debe ser la ciudadanía quien decida, cómo y para qué la quiere”, aclaró Carbonell.
Recomendó a los neoloneses, que, si deciden crear una nueva constitución, consideren en este proceso, la legitimización popular a través de referéndum o foros de consulta ciudadana. “Que no sea una constitución de políticos para políticos, sino que sea arropada popularmente, una constitución verdaderamente ciudadana”.
Respecto al procedimiento, planteó dos opciones probadas en otros estados: “Una es mediante la elección de un congreso constituyente, como en la Ciudad de México en 2016 u otra, que se articule a través del Congreso del Estado y los Ayuntamientos, como se hizo en el estado de Durango en 2013”.
Otro de los temas que tendrían que definir, dijo, es de donde saldrá la iniciativa: Del Gobernador, de los grupos parlamentarios del congreso o de los 3 poderes ejecutivo, legislativo y judicial. En la CDMX surgió del entonces Jefe de Gobierno.
Alertó que, la creación de una nueva constitución, siempre dará lugar a discusiones álgidas, particularmente en el tema de los nuevos derechos , como los sexuales y reproductivos. “Se hablará de constitucionalizar el matrimonio igualitario y la interrupción voluntaria del embarazo y son temas que tienden a polarizar a la sociedad y a dividir a la opinión pública.”
“No se detengan por la dificultad inherente a estos temas, que dividen sí, pero hay que ponerlos en la mesa, discutirlos y votarlos también. Al final, al tratarse de una constitución local, si salen muy enojados del proceso constituyente, siempre podrán recurrir a la SCJN, que tiene la última palabra, como sucedió en la Ciudad de México”.
Para la incorporación de los nuevos derechos en la constitución política local, recomendó aprovechar la riqueza de los tratados internacionales, de los cuales México ha suscrito y ratificado 210.
Finalmente, el autor de más de 44 libros concluyó que, tener una nueva constitución ayuda mucho, pero los textos jurídicos no bastan, si éstos no están acompañados de una cultura constitucional, si la ciudadanía no se apropia de su constitución.
Por eso, insistió en la necesidad de «construir un texto constitucional con lenguaje claro, que la sociedad lo entienda para dejar atrás la “distancia que la ciudadanía siente respecto a los ordenamientos jurídicos, porque lo que no se entiende, no da confianza”
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