Cabrito News
Por Homero Hinojosa
Qué esperar en el 2019
Cerramos el año 2018, observando una serie de altibajos en los mercados internacionales. Ya abiertamente, se habla de una posible recesión en Estados Unidos que se avecina, al finalizar esta segunda década. “Respiro sano de los mercados”, le llaman algunos.
Para México coincide con un nuevo gobierno que ha estado enviando señales confusas a los inversionistas, particularmente con el caso del NAIM y el manejo de los bonos respectivos.
En el mercado interno, las perspectivas no lucen tan negativas para el país. Diversos analistas comentan que la economía mexicana, podría crecer hasta un 2 por ciento en el 2019 y que el peso se mantendría en el rango de los 20-21 pesos.
En el terreno de la inflación, podría también haber noticias positivas. Este año cerraría este indicador cerca del 5 por ciento.
Pero para los próximos meses podría irse inclinando a la baja, en la medida en que los precios de la gasolina y la luz se vayan ajustando, como prometió el nuevo gobierno.
Esto llevaría la inflación a niveles por debajo del 4 por ciento. Nada mal.
Además, si las promesas de reducir el gasto estatal se cumplen, ello podría repercutir en el país de manera favorable. La creación de nuevos empleos, anclados a un salario mínimo más fortalecido (sobre todo en la frontera), sería un aliciente adicional para impulsar la economía y bienestar durante 2019.
Siempre un nuevo año trae optimismo, buenos deseos y nuevos propósitos. Esto no se limita al plano personal, sino también se da a nivel empresarial y gubernamental.
El año 2018 fue un tiempo de hacer restructuraciones profundas a nivel político principalmente y, definir un rumbo muy diferente, al que se venía observando en el país, en años recientes. También fue un año de echar abajo lo que fue el Tratado de Libre Comercio, para dar paso a un nuevo convenio menos flexible y con más válvulas de escape y negociación, principalmente para el socio mayor, los Estados Unidos.
Este nuevo acuerdo nos pone en una posición diplomática más promisoria con Washington (aunque en desventaja económica) y parece asomarse un “entendimiento” más directo, que tendrá el presidente Andrés Manuel López Obrador, con su homólogo Donald Trump.
¿Entonces podríamos resumir que 2019 será un año positivo para México? El resultado final de ello, dependerá de tres factores.
Primero, mucho influirá la gestión inteligente del presupuesto federal, para impulsar las economías regionales. Es decir, que el dinero público no solo llegue a tiempo a los 32 estados y sea administrado eficientemente, sino también que se utilice en áreas clave para generar empleo y bienestar a nivel local.
Segundo, un factor decisivo será ejecutar en serio la austeridad gubernamental para sanar las finanzas nacionales y reducir la deuda pública. Medidas tempranas en este sentido, parecen indicar que veremos en los próximos una “limpia”, aún mayor.
Y tercero, un elemento fundamental será restaurar la confianza del inversionista nacional e internacional, una tarea nada fácil, considerando el manejo que se le ha dado al tema del nuevo aeropuerto de la Ciudad de México. Finalmente, serán los hechos, la claridad y la transparencia con que se muevan las diferentes secretarías, lo que animará al inversionista a inyectarle dinero y confianza para emprender proyectos en nuestro país.
México es hoy, una nación muy diferente. La globalización nos ha cambiado y estamos cada vez más conectados con el mundo, por lo que aunque seamos disciplinados en lo interno, no descartamos que se presenten afectaciones provocadas desde afuera.
Mucho podemos hacer para que “no nos agarre” desamparados una recesión mundial, en los próximos meses. La fórmula estará en mantener finanzas sanas con ahorro gubernamental, generar confianza de inversión y ejecutar una política pública justa, que nos traiga bienestar a todos los mexicanos.
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