Investigación

«Charco Escondido”, pueblo que escondió a Porfirio Díaz

Este remanso de la historia en el viejo Sendero Nacional, es un pueblo olvidado por las autoridades del INAH a 46 kilómetros de Reynosa donde fusilan a Gabriel, hermano de Pedro J. Méndez; sitio en que anti juaristas pierden la batalla en 1870; escondite de Porfirio Díaz y cuna del famoso contrabandista Mariano Reséndez, inspirador de corridos.

Un pueblo que cobijo a personajes nacionales

Por Luis Alvarado

Es un pueblo con identidad propia, el que nada le debe a Reynosa o a Tamaulipas, municipio y estado que en reciprocidad lo han ignorado de los libros de Historia.

Enclavado en una región sin arroyos o ríos, con una vegetación de chaparros, mezquites, cactáceas y otras comunes de la flora norestense, a 46 kilómetros al sur de la cabecera de Reynosa se ubica Charco Escondido, un oasis que durante siglos ha provisto de  la escasa agua a los viajeros entre Matamoros con San Carlos, Monterrey, Linares y Cadereyta.

En su faceta rebelde, Porfirio Diaz estuvo en Charco Escondido

El poblado pertenece al municipio reynosense pero siempre ha tenido historia propia. Aunque se desconoce con precisión la fecha de su fundación,  surge entre 1830 y 1832 cuando ya llegaban las caravanas de ganaderos y comerciantes que viajaban entre Matamoros y Monterrey, donde se establece una posada y servicios de corral para los animales.

En este sitio han tenido lugar acontecimientos que han normado la vida de Tamaulipas y del país durante la época de Benito Juárez. Aquí se rebelaron Servando Canales y se escondió Porfirio Díaz. También se registra la Batalla de Charco Escondido en 1870 de las vencedoras tropas republicanas contra las rebeldes de Pedro Martínez.

Aquí es fusilado Gabriel Méndez Ortiz (hermano de Pedro J. Méndez) por los franceses invasores en 1865. Igualmente nace y luego detenido en 1887 Mariano Reséndez Garza, el más famoso contrabandista del norte en la segunda mitad del siglo XIX, tras  la nueva frontera México-norteamericana establecida a partir de 1848.

Además fue lugar de paso y descanso para numerosos actores de la vida política y económica norestense, quienes recortaban el largo camino a caballo o diligencias en trayecto a las provincias vecinas cuando partían de Matamoros, la ciudad más importante, ahorrándose leguas y días de camino al no tener que pasar por Reynosa.

Oculto por arboledas

General Pedro Martínez

Desde el período colonial la ruta entre el Nuevo Santander y el Nuevo Reino de León ya era utilizada por pastores que traían ganado de la entidad nuevoleonesa a pastar a estas tierras.

Charco Escondido estaba bien oculto por arboledas de mezquites y chaparros. Por ese entonces surge la versión de que es descubierto cuando algunos arrieros detectan que algunos de sus perros andaban mojados y enlodados de las patas por lo que sus rastros son seguidos hasta descubrir una pequeña laguna o poza.

Pero buscando veneros que alimentaran la acumulación de agua solo se encontró que efectivamente era un extenso charco – en la actualidad de unos 40 metros de diámetro- el cual mantenía por casi todo el año el agua de lluvia debido a que la depresión que lo contenía estaba revestido naturalmente por suelo arcilloso que impedía su fuga al subsuelo.

Aguaje milenario de etnias

Para el geólogo Herminio Aguilar Garza el oasis de Charco Escondido es un generador de evidencias arqueológicas al descubrirse desde hace mucho tiempo “diferentes artefactos de más de cuatro mil años de antigüedad. Este derramadero estuvo proveyendo (de agua) a los fundadores, pero también de mucho tiempo atrás a los aborígenes de la región y de miles de años antes de Cristo”.

En un foro de nacidos y descendientes de este poblado, actualmente habitado por menos de 90 personas, Aguilar Garza refiere que estudios efectuados personalmente indican que el charco no es un manantial, sino un derramadero que nace de aguas de lluvias formadas en arroyos como del ejido El Lobo, las cuales se acumulan en un fondo no filtrable.

También tiene caliche y arcilla roja. El caliche es necesario para explicar la construcción de casas de más de más de 130 años a base de adobe, cuyo material era extraído de algunos bancos de la misma zona, refiere Aguilar en un foro grabado en video por nacidos y descendientes charquenses en  http://www.youtube.com/watch?v=O-J8BsRseqo

Por su parte, el antropólogo Martín Salinas Rivera refiere que esta laguna formaba parte de una cuenca que sirvió durante siglos a los grupos indígenas de la región y que posteriormente tiene su auge en el siglo XIX al diversificarse las actividades comerciales de Matamoros con el resto del noreste, San Fernando, Burgos, Méndez, Linares y otros poblados.

La existencia de depósitos sedimentarios de carbonato de calcio –caliche- permitieron la construcción de las grandes casas que caracterizan el pueblo de Charco Escondido, donde a partir de grandes bloques de sillar se edifican los inmuebles de altura considerable para defenderse mejor de los ataques de los indios.

Al generar ingresos para el ayuntamiento de Reynosa Charco Escondido fue en el siglo XIX una encargatura o subpresidencia municipal, encontrándose justo a la tercera parte de la distancia de Matamoros a Monterrey en línea recta por el camino llamado Sendero Nacional, que evadía el tránsito por la frontera distante a 46 kilómetros.

Sería llamado Congregación Garza a partir de 1901.

Fundado en 1846

Aún cuando no se tienen documentos relacionados con la fundación, diversos testimonios transmitidos generacionalmente por los habitantes de Charco indican que el colonizador sería José María de la Garza, originario de Camargo quien llega procedente de esa población con su familia huyendo de la invasión norteamericana que se veía venir en marzo de 1846.

Sello oficial de la Congregación de Charco Escondido

El  poblado es constituido por José María y su esposa Martina Villarreal con sus nueve hijos y algunos yernos y nueras. Se posesionan del lugar que en ese año era lugar de paso para las caravanas comerciales y de ganado que iban o venían a Matamoros o Monterrey, aunque las tierras pertenecían al latifundio o hacienda La Sauteña.

Años después pagarían a los dueños de la heredad dos mil 600 pesos a cambio de tres sitios de ganado mayor –cinco mil 266 hectáreas-, añade Carlos Reyna B. investigador de Reynosa, quien sostiene en libro de próxima aparición que la verdadera fundadora es Martina Villarreal pues llega viuda al paraje oculto que es rodeado de un pequeño bosque.

Fusilan en 1865 a Gabriel, hermano de Pedro José Méndez

Durante la intervención francesa que llega a Tamaulipas en 1862 por Tampico, los imperialistas buscan asegurar las  comunicaciones terrestres y marítimas para el transporte de sus ejércitos, mercancías y material de guerra.

Charco Escondido quedaba cerca de los límites con Nuevo León y era la ruta corta del ocupado Matamoros a Monterrey.

Gabriel Méndez Ortiz efectuaba acción militar contra los invasores en esta parte del norte de Tamaulipas en 1865, precisamente cuando su hermano Pedro José Méndez arrebata a los conservadores la capital Ciudad Victoria el 23 de abril, para luego tomar la ciudad de Tula en junio de ese mismo año.

Gabriel estaba incorporado a las fuerzas nacionales republicanas al mando de Mariano Escobedo mientras Pedro dirigía la guerrilla en el centro y sur de la entidad. El Diccionario Biográfico Tamaulipeco señala que Gabriel se distinguió en esa lucha en diversas acciones en Tamaulipas.

“Habiendo sido aprehendido y fusilado en Charco Escondido del municipio de Reynosa en 1865”, anotan los autores del catálogo Carlos González Salas y Juan F. Zorrilla (México, Editorial Jus, 1984, p. 324). Pedro, su hermano, muere en el asalto de Tantoyuquita al año siguiente, el 23 de enero de 1866.

Otra versión acerca de Gabriel señala que se casa por poder (sin presencia física) con Cristina Márquez y que cuando dispuso ir al norte de la entidad para unirse a su esposa es aprehendido y fusilado en el poblado referido, anota el historiador reynosense César Issasi Cantú en el sitio http://www.reynosahistoria.com.mx/publicaciones%20miembros/Reynosa

En ese mismo año de 1865 en que es fusilado Gabriel, Charco Escondido es sede en una de sus casonas de las reuniones entre el jefe político imperialista de Matamoros, Tomás Mejía (fusilado posteriormente junto al emperador Maximiliano) y el jefe militar invasor para los estados de Tamaulipas y Nuevo León general Jeanningros, añade Manuel Rivera Cambas autor del Libro Historia de la Intervención Francesa y del Imperio de México (México, Ed. Academia Literaria, 1961).

Igualmente, el 17 de octubre de 1865 el poblado charquense es lugar de pernoctación de las fuerzas republicanas de Escobedo que iban hacia Matamoros para enfrentar a Mejía.

Caen aquí los anti juaristas en 1870

General Sóstenes Rocha

Terminada la invasión francesa, Benito Juárez en el poder afronta algunas rebeliones en el país que le cuestionan su reelección en el cargo. En Tamaulipas el gobernador Juan José de la Garza busca enderezar la marcha de su administración, abandonada por Benito.

“Abatido, Garza renunció a su cargo el 14 de enero de 1870, ocupando Francisco L. Saldaña las funciones del poder ejecutivo en forma interina”, escribe Octavio Herrera en su libro Tamaulipas en tiempos de Benito Juárez (Cd. Victoria, Colegio de Tamaulipas, 2006, p. 82).

En San Luis Potosí resurge la revuelta contra Juárez en1870 por el general Francisco Aguirre, que es perseguida por los generales republicanos Larrañaga y Pedro Martínez, pero en lugar de combatir a los rebeldes se unen a ellos, optando Benito por enviar tras ellos al general potosino Sóstenes Rocha.

A los potosinos se añade la rebelión del gobernador de Zacatecas,  García de la Cadena. Juntan seis mil tropas, saliendo en su busca Mariano Escobedo y tras ser derrotados en Ovejo les quedan dos mil 800 insurrectos, con los que toman Zacatecas en febrero.

“Cadena se queda en Zacatecas y Pedro Martínez con la mitad de las tropas (mil 400) se va a Tamaulipas. Rocha persigue a Pedro, quien al llegar a Charco Escondido es derrotado por las tropas de Nuevo León del general Gerónimo Treviño”, añade Bernardo Reyes en su libro El General Porfirio Díaz, (México, 1903, p. 258).

El plan de Martínez era apoderarse de Matamoros con el apoyo de Pedro Hinojosa, segundo al mando en la ciudad y del gobernador neolonés Gerónimo Treviño, quien revira y se une al persecutor Rocha en la villa de Camargo, provocándole una gran derrota en Charco.

Desde esta población tamaulipeca “preparan el asalto final. El 13 de junio las tropas de Martínez son sorprendidas y derrotadas en Charco Escondido”, añaden J. Zorrilla, M. Miró y O. Herrera en su obra Tamaulipas, una historia compartida II (Cd. Victoria, UAT, 1993, p. 64).

Tras esa debacle de 1870 es dominada la rebelión de Martínez en Tamaulipas.

Escondite del insurrecto Porfirio Díaz en 1876

Algunos de los hechos más relevantes en Charco Escondido incluyen al rebelde Porfirio Díaz, quien a través de socios lanzan su Plan de Tuxtepec en enero de 1876 y desconocen al presidente Sebastián Lerdo de Tejada, triunfador en las elecciones en las que Porfirio resulta perdedor. Díaz viaja a Matamoros en busca de armas en Brownsville.

En Matamoros se le unen los nuevoleoneses Gerónimo Treviño y Francisco Naranjo formando una pequeña tropa.

“Al tener noticia el general Díaz de que de Monterrey había salido a combatirlo el general Mariano Escobedo con un cuerpo del ejército  que viajaba por las villas del norte lo evadió haciendo el recorrido por el Sendero Nacional y llegando a El Charco Escondido desde donde vigiló los movimientos del general Escobedo que se dirigía a Matamoros”, escribe Ernesto Garza Sáenz en el trabajo para la Sociedad de Historia de Reynosa, Historia del Charco Escondido.

El también cronista de la ciudad de Camargo anota que Díaz abandona el oasis escondido y sale a Monterrey, tan solo para sufrir humillante derrota en Icamole, Nuevo León.

Cuna de Mariano Reséndez, célebre contrabandista

La casa de Mariano Reséndez, La Resendeña

Aunque se desconoce su fecha de nacimiento, supuestamente en Charco Escondido, el célebre contrabandista inspirador de corridos en la segunda mitad del siglo XIX, Mariano Reséndez Garza es considerado como el azote de la gendarmería fiscal al enfrentarla sin temor a balazos.

Sería detenido en su casa –luego llamada La Resendeña- por órdenes de Porfirio Díaz y ejecutadas por el comandante militar del noreste y gobernador de Nuevo León, Bernardo Reyes y ser presuntamente asesinado en su traslado a Cerralvo, N.L. en noviembre de 1887.

Ferrocarril acaba con el pueblo en 1905

El 22 de abril de 1901 el gobierno de Tamaulipas decreta que a partir del 16 de junio de este año, Charco Escondido se denominará Congregación Garza “en justo testimonio de gratitud al benemérito aunque modesto”, su fundador José María de la Garza.

Pero sería la irrupción del ferrocarril en 1905 con la vía Matamoros-Monterrey la que viene a provocar el ocaso de Charco Escondido, quedando semi utilizado el Sendero Nacional. La agricultura y ganadería son saqueadas por los revolucionarios a partir de 1913, cuando intercambiaban en Brownsville las reses por armas, añade Garza Sáenz.

 

 

 

 

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