El movimiento Drag en Monterrey, ha tomado fuerza a raíz de la exposición de la serie RuPauls Drag Race, y que en la zona metropolitana se empieza a ver sin prejuicios
Por Kiara Enriquez
La primera vez que entré a un bar gay fue siguiendo a una Drag Queen de Monterrey que me había permitido tomarle fotografías para mi proyecto final, desde su casa viendo como halcón cada detalle de lo que sucedía en su transformación, la carretera Monterrey- Saltillo mientras me enseñaba su música en Spotify hasta nuestro destino final donde la vi ponerse siete pares de medias y una peluca rosa fosforescente.
Ser Drag Queen no es solo vestirse de mujer, es tener la libertad de expresarse e ir en contra de los estereotipos, entretener a las personas con la presentación y dejarlas maravilladas con el hábil maquillaje incluso dejar una marca en la sociedad diciendo no a la heteronormatividad. El movimiento Drag en la ciudad de Monterrey es algo que ha tomado fuerza gracias a la exposición del tema en la cultura pop como en la serie RuPauls Drag Race pero aun así nadie sabe como definirlos, muchas personas los confunde con transexuales o travestis cuando el drag es algo muy alejado de eso y de un estilo artístico, como una de las 7 artes modernas.
Ver a hombres caminar mejor que tú en tacones y maquillarse como diosas realmente es algo que te deja impresionada, y a la vez triste, pero es algo muy satisfactorio de ver como sacan todo su potencial con las diferentes presentaciones que muchas veces son actos de protesta sobre problemas sociales o muchas otras veces solo son actuaciones entretenidas con bailes y utilería bien presentada. Una vez que estás en el ambiente no puedes salir, dices que solo irás a una presentación drag y terminas ahí casi una vez al mes entre un ambiente fuera de tu burbuja con personas y personajes que nunca pensaste encontrarte en tu esfera cotidiana. Al principio es un choque cultural e ideológico difícil de asimilar, pero con el tiempo, todo resbala y empiezas a dudar de si conoces todas las posibilidades que la vida ofrece.
Recuerdo la última presentación Drag a la que fuí; se trataba de la presentación de tres Drag Queens famosas del programa de RuPaul pero obviamente era una gran oportunidad para las Drags locales donde se darían a conocer; me dí cuenta que el círculo no era pequeño como uno esperaba, no eran solo 5 Drag Queens locales, si no decenas de ellas; me quedé muy sorprendida de la diversidad y los estilos que presentaban, incluso me enteré que había casas Drags y familias, personas que se identifican con un estilo de Drag y son orientadas por Drags más experimentadas que las ayudan a pulir su personaje y técnicas. La comunidad podría comerse a Monterrey entero si quisiera.
Realmente llegar hasta ahí no es fácil, decirle adiós a la vida común que tienes y pararte frente a una multitud con varios pares de medias, corsée, peluca e incluso tocados tan grandes y pesados como una sandía, es muy difícil y más cuando te esfuerzas tanto y no recibes ningún reconocimiento por ello, ni siquiera una pequeña propina por bailar como Britney Spears o hacer un mortal hacia atrás, sólo las gracias.
El Drag en Monterrey es un verdadero amor al arte y no cualquiera puede hacerlo, claro, si se es fuerte y se tiene la voluntad y perseverancia para no dejarse derrumbar; puedes lograrlo, pero si eres débil de mente sashay away.
Sumando al cansancio de la transformación por un gracias, están los prejuicios sociales que personas ajenas a la comunidad siguen repitiendo como loros por todos lados, creando un mar de desinformación y haciendo el Drag un tema tabú el cual no debe ser nombrado. Si realmente las personas se dieran el tiempo de conocer solo una pequeña parte de la realidad Drag, dejarían de verlos como fenómenos por querer vestirse de mujer y dejarían de dar sus repeticiones a las generaciones más jóvenes creando discriminación y prejuicios cual pan caliente. El mayor enemigo de la diversidad, es la desinformación.
Las personas necesitan informarse sobre lo que conlleva estar en el mundo del Drag, eliminar todo prejuicio y pensamiento que los haga ver como malas personas, sin ética. Deben tener empatía para entender las dificultades y las situaciones por las que enfrentan para poder llegar a su personaje, su preparación, la dificultad de crear el vestuario y la utilería para salir al escenario y representar un punto de vista y el peligro que da ser diferente.
Los eventos son abiertos a todo público mayor de 18 por el ambiente en el que se desarrollan, pero hay una invitación abierta a las personas para que se involucren más en conocer a la comunidad Drag de la ciudad de Monterrey, y que pierdan el temor a esta parte importante de la vida nocturna de la ciudad, que disfruten de este espectáculo artístico moderno que la época ofrece.
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