LOS HECHOS
Por José Inés Figueroa Vitela
El fantasma del desempleo
En videoconferencia con autoridades del gobierno federal, encabezadas por la Secretaría de Gobernación, OLGA CORDERO, el Gobernador tamaulipeco FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA y sus pares panistas, analizaron estrategias para una gradual y segura reactivación económica, sin comprometer la salud de trabajadores y población.
La situación no es para menos.
Los indicadores económicos, más allá de los pronósticos catastrofistas enseñoreados por los adversarios políticos, el año pasado ya anunciaban una caída extraordinaria en el empleo y la economía en general.
Mucho antes del embate de la pandemia, de hecho en el último trimestre del año pasado, a nivel nacional se perdieron la mayoría de los empleos que se habían generado en el transcurso del año y Tamaulipas no fue la excepción.
La curva en la estadística llegó a superar las 20 mil plazas creadas, pero al cierre del ejercicio, menos de la mitad quedaban.
Todavía en febrero pasado, el optimismo sectorial alcanzaba para proclamar que en enero se habían generado 6 mil 970 nuevos empleos, con un crecimiento del 1.03 por ciento respecto de diciembre, acumulando 648 mil 676 empleos registrados.
Quienes conocen de esto, incluidos los periodistas, sabemos que por tradición y conveniencia, en la industria maquiladora se hacen despidos en diciembre que se re contratan en enero; eso era la presunción aquella y quedaban debiendo.
En realidad, hace un año, en mayo del año pasado, Tamaulipas tenía un registro de 684 mil 150 empleos formales, lo que significa que de entonces a enero de este año, se iba perdiendo 35 mil 474 plazas, o el 5.18 por ciento, pero de enero a este mes, la caída ha sido más drástica, ahora si, por los efectos de la pandemia.
Todavía en marzo, se reportaron tímidos índices de recuperación, que alcanzaba la cifra de los 677 mil 680 tamaulipecos registrados con empleo, sin alcanzar aún el nivel de hace un año, pero el mes pasado, de nuevo se dio el derrumbe.
El Instituto Mexicano del Seguro Social, recién anunció que en abril, el primer mes completo del embate del Coronavirus, cuando ha actuado de manera creciente la supresión de actividades productivas, se perdieron 555 mil 247 puestos de trabajo en el país.
Más de medio millón de empleos perdidos en un mes, equivales al 2.7 por ciento de los 20 millones, 482 mil 943 empleos formales que había, cuando ya se reportaba el 3.6 por ciento de desocupación en relación a la población económicamente activa.
Para Tamaulipas, donde la tasa de desempleo andaba en el 3.4 por ciento, ese 2.7 por ciento promedio nacional de pérdida de empleos, respecto de los 677 mil 680 empleados totales de marzo, representaría de tajo haber perdido solo en abril 18 mil 297 tamaulipecos su fuente laboral.
Y la tasa porcentual no ha variado mayormente.
La tasa anualizada de pérdida de empleos nacional, con esos ajustes, se ubicó en el 2.2 por ciento, en tanto que Tamaulipas en abril quedó en el dos por ciento, ubicándose en la posición 18 de la tabla nacional.
Partimos de la base que solo seis estados tuvieron números positivos, entre Tabasco que creció en el 2.3 por ciento y Quintana Roo, que perdió el 18.1 por ciento y tan no se trata de un fenómeno regional, que entre las Bajas California, la del norte sólo perdió el 0.3 y la del sur, en el penúltimo lugar, decreció el 10.8 por ciento.
Al 30 de abril de 2020 -abunda el reporte del IMSS- se tienen registrados ante el Instituto un millón mil sesenta y dos patrones, equivalente a una tasa de crecimiento anual de 1.5 por ciento.
La variación mensual de abril es de menos seis mil seiscientos ochenta y nueve patrones.
Es decir, habiendo cancelación de negocios o empresas, aún muchas de las tantísimas empresas que han cerrado, están soportando, con la esperanza de poder reabrir y recuperarse, o aguantando, dándole, hasta que reviente la cuerda.
Todo esto y aquello, tiene que ver con los empleos formales registrados ante el Instituto Mexicano del Seguro Social, que en la media nacional ronda el 45 por ciento de total de las personas ocupadas y en el caso de Tamaulipas, se ubica en el 55.3, rankeado en la posición 12 entre los estados más cumplidores.
En las cifras del INEGI, que es la otra instancia nacional oficial de medición, la Tasa de Desocupación, que se refiere al porcentaje de la Población Económicamente Activa que no trabajó siquiera una hora durante la semana de referencia de la encuesta, pero manifestó su disposición para hacerlo e hizo alguna actividad por obtener empleo, fue de 3.3% de la PEA a nivel nacional, proporción inferior a la del mes previo.
En su comparación anual, la TD retrocedió durante marzo de 2020 frente a la de igual mes de 2019 (3.3% vs 3.6%), con datos ajustados por estacionalidad.
La Tasa de Subocupación (referida al porcentaje de la población ocupada que tiene la necesidad y disponibilidad de ofertar más tiempo de trabajo de lo que su ocupación actual le demanda) representó el 9.3 por ciento. En su comparación anual, esta tasa fue mayor a la de igual mes de un año antes que se ubicó en 7.1 por ciento.
En marzo del presente año, el 60.1% de la población de 15 años y más en el país se ubicó como económicamente activa (Tasa de Participación). Esta tasa es menor a la de un mes antes, también con cifras desestacionalizadas.
Dicho de otra manera, para dimensionar las cifras, no hay que solo considerar cuántos empleos se perdieron, sino además, cuántos adicionales a quienes ya estaban ocupados, ingresaron a ese nicho de aspirantes a una ocupación.
En Tamaulipas se requieren más de 35 mil nuevos empleos cada año para cubrir la demanda ocupacional; la diferencia entre esa cantidad y lo que se genera, es la dimensión real del crecimiento en el desempleo.
Por eso, cuando ya traíamos una dinámica deficitaria en grado superlativo, con peores augurios, el agravamiento del acoso de la pandemia impera porque las autoridades se pongan las pilas, se pongan de acuerdo y se pongan en los zapatos de quienes están viendo cancelados sus proyectos de vida y el de sus familias.
Las improvisaciones, los desvíos, las simulaciones, los intereses terciados, no solo inhibirán la recuperación; andarán a contrasentido, agravando el problema y abonando el caos del que nadie saldrá bien librado.
Por redes sociales, el administrador general de la Secretaría de Educación Pública del país, el paisano HÉCTOR MARTÍN GARZA, anunció que ya platicó con las instancias estatales “para aclarar dudas”.
Y confirmó con las instancias centrales, para que se recupera la diferencia del pago que en las últimas dos quincenas se escamoteó a los maestros de las escuelas de tiempo completo.
No abundó en detalles, de qué fue lo sucedido, pero pidió que “no se hagan conflictos donde no los hay”. Tan sencillo que es llamar a las cosas por su nombre.
En el IETAM, aunque hubo una voz discordante en la representación del PT, cuestionando la profesión de ingeniero del propuesto, ayer se eligió en la primera plenaria virtual, por unanimidad, a JUAN DE DIOS ÁLVAREZ ORTÌZ, como nuevo Secretario Ejecutivo del Instituto.
Como el “flamante” Presidente, JUAN JOSÉ GUADALUPE RAMOS CHARRE, que fue quien lo propuso, el nuevo Secretario Ejecutivo viene de Tampico y del IFE-INE, donde se conocieron y colaboraron por largo tiempo.
Aparte se designó a DANIELA SAN JUAN MAR MANRIQUE, como titular de la Unidad de Género. Esta sí de la plaza local, proveniente de la influyente AMPROVIC, de donde han salido muchas titulares de variadas dependencias y entes descentralizados y autónomos.
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