Por: Jorge Maldonado Díaz
SANTIAGO, NL | A un operador de los Autobuses Grupo AAA le importó poco el pasaje y renunció a su trabajo en plena carretera nacional.
El chofer realizaba su recorrido como era costumbre cuando de pronto se subió un supervisor; este último comenzó a cuestionar al operador tanto que lo hartó y renunció.
Ante la mirada incrédula de los pasajeros, el chofer se bajó y dejó botada a la unidad y a la gente que llevaba hacia el municipio de Santiago.
Fue entonces cuando varias mujeres comenzaron a reclamarle al supervisor.
Este les argumentó que tenían que esperarse porque el no sabía manejar y ni licencia portaba.
Los pasajeros tuvieron que esperarse a que pasara otra unidad para poder seguir su camino.
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