Por Homero Hinojosa
Con un nuevo “look” consistente en una peluca, una gorra relavada y vestimenta tipo “hippie”, el ex presidente Enrique Peña Nieto fue visto disfrazado junto con su novia, la modelo Tania Ruiz, comiendo con palillos chinos en un restaurant de Nueva York recientemente.
Y no solo fue visto “noviando” en la metrópoli norteamericana, sino también fue fotografiado in-fraganti por algún comensal vecino. Como era de esperarse, las imágenes corrieron de manera inmediata por las redes sociales.
El material visual fue traducido simultáneamente a memes que hicieron mofa de él y de la modelo. Esto no es ninguna novedad, ya que cualquier oportunidad de exhibicionismo del mandatario es motivo de difusión vía Internet y medios tradicionales.
¿Trataba Peña Nieto de aparecer desapercibido con este disfraz? ¿O lo hizo a propósito?
Y si vamos más allá…¿Planificará junto con Tania muy bien sus apariciones precisamente para causar revuelo y simplemente divertirse observando la reacción popular?
Esto podría estar ocurriendo sin duda. Su visita a Nueva York esta semana se complementó con una serie de fotografías tipo “selfie” que se tomó en la calle y que también aparecieron en las redes.
El escándalo ha sido parte de la vida reciente de Peña Nieto quien siempre se distinguió por cometer una serie de torpezas durante los seis años en la Presidencia sin inmutarse en lo más mínimo.
Su vida privada y sus asuntos personales se han convertido en tema preferido de la prensa escrita y digital, abordados tanto en diarios serios como en revistas de farándula y escándalo.
Todavía está fresco su divorcio de Angélica Rivera (quien por cierto también ha tenido sus exhibiciones públicas y ha sido criticada). Pero a raíz de las fotografías y videos que lo exponían con la modelo Tania Ruiz su “popularidad de celebrity” se disparó.
¿Acaso tiene derecho a su privacidad el ex-presidente? A simple vista y bajo juicio primario se podría decir que ya debería tener derecho a ello puesto que ya no ostenta un cargo oficial.
Sin embargo, Peña Nieto sigue siendo una figura pública (es un ex-mandatario) y por lo tanto debería cuidar más su imagen en la calle. Ciertamente lugares como Nueva York no son los más propicios para esconderse y disfrutar de una legítima privacidad.
Junto con Tania no solo ha sido visto en esa ciudad. También ha sido captado en Londres y en otros lugares de Europa. La misma modelo ha capitalizado con la relación y le han llovido contratos de marcas y ofertas de sesiones fotografías de modelaje.
Peña Nieto no podrá disfrutar de su privacidad mientras su nombre siga apareciendo en escándalos como el de Odebrecht y revelaciones clave derivadas de investigaciones por corrupción, tráfico de influencias e impunidad durante su reciente administración.
Sin embargo, al ex-mandatario ya no parece importarle mantener las formas ni cuidar de su imagen. Peña Nieto ha decidido exponerse, lucirse y divertirse para demostrar que lo que se diga de él y de su novia en la prensa y en las redes sociales le vale palillos chinos.
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