LA OTRA OPTICA
Juan Carlos Flores Turrubiates
El menor de los males
La contienda electoral del tres de noviembre entre Donald Trump y Joe Biden pone en evidencia la decadencia en la democracia y en la sociedad de los Estados Unidos de Norte América.
Debería ser inaceptable para una potencia económica y militar como Estados Unidos seguir soportando el sistema de los Colegios Electorales, novedosos en el siglo XIX y anacrónicos en nuestro tiempo, donde el voto popular importa poco o nada.
No es posible que un candidato que tenga el 50.5% contra el 47.7% de los votos de la población, tenga que seguir esperando a que los electores le den la posible victoria tras conseguir esos famosos 270 votos.
Lo que resultaría impensable y escandaloso es que se pierda la elección a pesar de haberse obtenido la mayor cantidad de votos populares, lo que repite la situación de Clinton en el 2016
Pero no solo el sistema de Colegios Electorales reflejan esa decadencia americana. Muchos analistas coinciden en el hecho de que esta elección es solamente un plebiscito donde se juega la continuidad del magnate neoyorquino; Tump sí vs. Tump no.
Resulta interesante observar cómo se movieron las tendencias en las encuestas los últimos días antes del tres de noviembre debido a que Biden deja ir una gran ventaja de hasta 16 puntos según diferentes encuestas a principio de octubre.
Sin embargo, esa ventaja se redujo considerablemente un día antes de la elección, 6.9 puntos separaban a Bien de Trump y al final de la contienda, la diferencia entre el ganador y el perdedor será de menos de 3 puntos en los votos populares.
Para la sociedad norteamericana fue el componente emocional el que finalmente posicionó a la población de un lado o en el otro de la balanza.
Eso explica que más de 70 millones de estadounidenses respaldan la política del republicano “a favor de la libertad económica” y desprecian las “políticas socialistas” (sic) de Biden y sobretodo, aprueban el discurso racista, clasista, supremacista y misógino de Donald Trump.
Los medios de información han tenido también su responsabilidad, debido a que la noche del cinco de noviembre tomaron una de las más polémicas decisiones en la historia del periodismo norteamericano.
Cuatro de las más importantes cadenas de televisión, ABC, CBS, NBC y Univisión, casi de manera simultánea, decidieron cortar el mensaje del presidente de los Estados Unidos. Esta resolución se dio al considerar que el contenido del discurso propiciaba la desinformación debido a que el presidente afirmó la existencia del voto ilegal sin haber emitido pruebas sobre fraude electoral.
Aplaudido por un sector de periodistas, políticos e intelectuales que piensa que fue una decisión valiente y atrevida para combatir la información falsas (fake news) y cuestionados por otro sector que asegura que las cadenas cometieron censura al interrumpir un discurso que, independientemente de las mentiras y la desinformación , es de interés público por el simple hecho provenir del Presidente de los Estados Unidos.
Lo que hicieron las cadenas norteamericanas no fue un acto valiente contra la desinformación, ni un ejercicio de verificación de hechos (fact-checking) en vivo, lo que estas cadenas hicieron fue declarar abiertamente su postura política anti Trump y otorgarle la victoria adelantada a Joe Biden en un episodio éticamente reprobable.
Mientras Biden asegura que ganará las elecciones, Trump tratará de demostrar infructuosamente que hubo fraude y las deslegitimará.
Independientemente del ganador la verdad es que no habrá un cambio significativo, Biden y Trump representan los intereses de las grandes corporaciones transnacionales y el establishment; los trabajadores, las clases medias, bajas y las minorías, seguirán sufriendo los estragos económicos y sanitarios del Covid 19.
El racismo sistémico; la brutalidad policial; las políticas antimigratorias; las deportaciones masivas; las violaciones a los derechos humanos; las políticas intervencionistas en las democracias latinoamericanas; los bloqueos económicos a Cuba; las sanciones a Venezuela y la guerra arancelaria con China seguirá con Trump o con Biden, solo el discurso cambiará.
Por lo pronto, solo nos queda esperar a que gane el menor de los males, en unas elecciones donde quedó demostrada los vicios de una sociedad y democracia en franca decadencia.
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