CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
Gustavo Rivera juzgado por la historia … ¿Y por el Congreso?
Bajo la administración de Gustavo Rivera, y en el torbellino de la peor crisis en materia de mantenimiento, administración y servicios, las tuberías del agua potable solo arrojan ruidos extraños, parecidas a las ventosidades del cuerpo humano.
Muchos cuestionamientos sin respuesta se pudren en el silencio y la impunidad.
Siete meses de adeudos a la CFE; más de cien demandas laborales; pasivos de carácter fiscal, y una completa opacidad en relación a las supuestas obras de mantenimiento y cambio de tuberías en el centro de la capital.
Resguardado por guardias color caqui, el Gerente GRR, se refugia en su bunker de anomalías en el boulevard, mientras espera a que el calendario avance, y que sus patrones panistas que lo pusieron ahí negocien su salida sin que el Congreso local de la 4T, le finque cargos.
Aunque también existe el riesgo de que lo dejen solo. Como chivo expiatorio de lo que ocurrió por abajo del agua.
En ciudad Victoria, Gustavo Rivera le apuesta a que pase el tiempo, para evadir su responsabilidad administrativa al frente de la COMAPA. Sabe que tarde o temprano perderá el pleito legal que, como institución reguladora del consumo y distribución del agua potable, emprendió contra la Comisión Federal de Electricidad.
Rivera Rodríguez parece atenerse a que, para cuando se pierda el pleito legal ante CFE, él ya estará fuera de esta dependencia, con todo y su consejo de administración que ahora tiene. Hablamos de personajes estrechamente vinculados con el gobierno estatal del PAN.
Pero… ¿Qué opina de ello, el largo brazo de la justicia de la nueva legislatura morenista, próximo a entrar en funciones?
Mientras se produce el desenlace de esta novela de sed y de ira social provocados por el colapso del organismo encargado del tema hídrico, el hilo más delgado de toda esta trama de opacidad, lo es sin duda el Gerente Rivera Rodríguez, mismo que hasta ahora no ha sabido ni ha querido explicar a la opinión pública, lo que verdaderamente está ocurriendo.
Lo cierto es que la gestión gustavista pasará a la historia como la peor administración de los últimos cincuenta años. Fuentes cercanas a la LXV legislatura morenista coinciden en afirmar que dicha dependencia no resiste la menor auditoría. Mucho menos aguantaría la auditoría externa que, se sabe podría ordenar el próximo alcalde morenista Eduardo Gattas Báez.
La historia de los grifos que resoplan sin agua, como una cavidad intestinal acosada por los gases de la corrupción y de los malos manejos, es la siguiente:
La COMAPA dejó de pagarle a la CFE, siete meses consecutivos por el servicio de energía eléctrica. Lo anterior equivale a un monto aproximado de 72 millones de pesos. Digamos que un promedio de 10 millones de pesos mensuales. Hasta entonces, todos estos pagos se habían saldado de manera regular. Porque dos de los egresos “de cajón”, o sea obligados son los de la planta laboral y los pagos de la luz. Sin la respectiva cobertura económica de estos dos rubros, la COMAPA colapsaría.
Justamente eso es lo que está ocurriendo ahora. Pero… ¿A dónde han ido a parar los millonarios ingresos de esta institución, utilizada por el poder sexenal en turno, como caja chica? ¿Pero ahora, prácticamente arrasada por el sexenio cabecista?
El tema de la millonaria deuda con la CFE es apenas un indicio de todo un escándalo financiero, que podría develarse en los próximos meses. Porque sucede que a la par de la deuda con los de la paraestatal, la COMAPA gustavista arrastra también un pasivo de múltiples demandas laborales, cuyo monto podría exceder los 90 millones de pesos, que, sumados al tema de CFE, alcanzarían poco más de 160 millones.
Un mar de dinero donde parece ahogarse la COMAPA, y con ella el destino de miles de victorenses.
Otro adeudo que está por verse, son los estados fiscales de la Comisión de Agua Potable y Alcantarillado.
Un dato adicional: en ciudad Victoria tenemos en promedio, veinte pozos distribuidos entre la zona norte y los existentes en la ciudad. Muchos de estos se encuentran fuera de operación.
Pero lo que resulta más delicado, es el tema del acueducto Presa Vicente Guerrero—Ciudad Victoria, una obra de infraestructura totalmente abandonada a su suerte, durante el gobierno panista.
El galardón de política pública y beneficio ciudadano que un día fue edificado por el gobernador Américo Villarreal Guerra, hoy la mantienen en el abandono los cabecistas.
Obviamente ellos son de Texas. Y nada de lo que es la infraestructura pública del centro tamaulipeco, les interesa.
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