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La interna panista: Un dolor de cabeza

CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
La interna panista: Un dolor de cabeza 

El proceso interno del PAN en Tamaulipas está registrando serios problemas, en la medida que los actores nacionales y los del estado no logran ponerse de acuerdo en quien será finalmente el candidato de este partido a la gubernatura.   

Todo parece haber iniciado en aquella cumbre de alcaldes azules, con el dirigente nacional Marko Cortés, celebrada en el estado de Yucatán, a la cual asistió el alcalde porteño Jesús Nader Nasrallah. En dicha reunión, el político jaibo fue arropado por las élites de su partido. Aunque ahí, es importante decirlo, no estuvo el gobernador Cabeza de Vaca.  

En ese entonces Chucho Nader recibió el espaldarazo del Comité Ejecutivo Nacional del PAN, y de personajes de gran peso político, como la actual gobernadora de Chihuahua Maru Campos, así como del chico de los dieces, el gobernador yucateco Mauricio Vila Dosal.  

Por cierto, que, en dicho sarao panista, el dirigente nacional Marko Cortés destapó al gobernador peninsular como uno de los favoritos para ser el candidato de ese partido a la presidencia en el 2024. Ya para ese entonces CV lucía muy chocado con el presidente AMLO y sus correligionarios lo descartaban como su abanderado al primer cargo político del país.  

Tan debilucho miraban a CV desde el CEN del PAN, que prácticamente ya desde ese momento lo descartaban como factor de poder para decidir al candidato a sucederlo en el primer cargo político del estado. Desde la cúpula albiazul, se trazó un plan, que hoy todavía sigue vigente: desplazar al gobernador FGCV de su propia sucesión.  

 Una situación bastante dura para un político como Cabeza que en el 2016 llegó como el más poderoso de los gobernadores de su partido. Y que incluso fue el primero en levantar la mano para ser candidato a la Presidencia. De ese tamaño era su poder y sus expectativas, como sucesor natural del grupo antaño comandado por el desaparecido Rafael Moreno Valle.  

Sin embargo, las cosas se vinieron abajo a partir del encontronazo contra el jefe máximo de la 4T.  

A partir de ese brutal desencuentro entre un gobernador texano y un presidente tabasqueño, cobró fuerza el proyecto de Jesús Nader.  

Su candidatura interna se tornó más viable en la medida que se fue evidenciando el debilitamiento del grupo Reynosa, considerado como la madriguera del cabecismo y por lógica de sus dos poderosos candidatos, el senador Ismael García Cabeza de Vaca y el diputado Gerardo Peña Flores.  

Nadie sabe con certeza si entre Cabeza y AMLO hubo acuerdos no escritos, pues hasta ahora todo lo que se diga al respecto, no pasan de ser meras conjeturas.  

 Lo que sí es perfectamente visible es que Cabeza parece haber agarrado un segundo aire, una bocanada de oxígeno que le es suficiente para tratar de cerrar de una manera decorosa su sexenio.  Al menos en lo que se refiere a decidir el nombre de su candidato a sucederlo en el cargo.  

En este trayecto, CV vivió en su soledad de poder político, una crisis de lealtades, pues sus más cercanos no podían ser, por lo que optó por el Truco Verastegui, como el hombre que mejor seguridad y fidelidad le ofrecía y le sigue ofreciendo.   

Esta decisión de Cabeza, por poner a su candidato al gobierno de Tamaulipas, choca con los planes trazados de antemano desde el Comité Ejecutivo Nacional cuyo órgano rector estatutariamente es quien define los mecanismos de los candidatos a gobernador en cada uno de los estados.  

Considerado como un político hábil y colmilludo, el alcalde Chucho Nader se ha cuidado de entrar en una línea de confrontación con el gobernador, al cual siempre le ha manifestado su lealtad y respeto.  

Pero al mismo tiempo, Chucho sigue manteniendo una estrecha relación con el dirigente nacional panista Marko Cortés, considerado a estas alturas como su padrino de mayor peso, para ganarle la partida al mandatario estatal.  

Digamos que, hacia el exterior, los protagonistas de la trama azul en Tamaulipas buscan que todo se vea como un sutil juego de diplomacias políticas. Pero en lo interno, los forcejeos y la lucha sí es de verdad, y se corre el riesgo de que el PAN salga fraccionado.  

Por lo pronto, el PAN cabecista acaba de lanzar la convocatoria para la candidatura a gobernador de Tamaulipas. Si las cosas se complican tal y como ahora lo estamos viendo, el CEN azul podría echar mano de su temible Comisión Permanente para ponerle candados a la candidatura proveniente de Palacio de Gobierno. Y allanarle el camino a su favorito, el alcalde Nader.  

Y es que hasta ahora toda la sopa sucesoria la han cocinado en Tamaulipas, pero la designación del candidato saldrá del CEN por la vía de su Comisión Permanente. Les enviarán una terna de candidatos, donde hipotéticamente figuran Verastegui, Peña y Chucho. En ese orden. Pero para el CEN panista, el último es el bueno.  

 Es en este punto, donde dos visiones políticas opuestas, como son las de Marko Cortés y del Gobernador CV, parecen enfrentarse.  

 ¿Le aceptarán a Cabeza, la candidatura de Truco y sacrificarán políticamente a Nader? ¿Anularán a Truco y meterán a Nader? ¿O ante el choque de trenes azules, se colará Gerardo Peña, como tercero en discordia? 

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