Por Jorge Maldonado Díaz
Debido a que la inseguridad hacia las mujeres en el transporte público es más que vidente y cada día va en aumento, la bancada de Movimiento Ciudadano presento una iniciativa de reforma a la Ley de Acceso de las Mujeres a Una Vida Libre de Violencia.
La diputada Sandra Pámanes Ortiz señalo que estas modificaciones a la ley son con el objetivo de que el Instituto de Movilidad y Accesibilidad (IMA) participe en el sistema de protección a las mujeres y pueda combatirse el acoso de éstas en el transporte público.
La emecista aseveró que la finalidad es que la dependencia estatal implemente estrategias para ponerle freno a esta situación.
Una de ellas es que el Instituto genere mecanismos de prevención, detección y canalización de las mujeres víctimas de violencia, acoso u hostigamiento sexual en el transporte.
La legisladora dijo también que era indispensable la elaboración de protocolos de prevención y detección de conductas, todo esto en coordinación con el Instituto Estatal de las Mujeres.
“Esta iniciativa es para que dentro de la Ley de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia se incluya al Instituto de Movilidad como parte del sistema, para que pueda establecer y crear los protocolos necesarios para evitar lo que es el acoso, el hostigamiento y el abuso hacia las mujeres y niñas en el transporte público”, expresó.
“De esta forma, el Instituto de Movilidad en coordinación con el Instituto de la Mujer también puedan establecer los protocolos con todo el rigor para que se dé la debida protección a las mujeres y se haga una labor de coordinación con los 51 municipios del Estado para que se puedan establecer mecanismos para actuar ante una situación de riesgo para las mujeres”.
Pámanes Ortiz señalo que tan solo en el área metropolitana y de acuerdo con un diagnóstico elaborado por ONU Mujeres, al menos 90 por ciento de las mujeres que usan el transporte público han sido víctimas de algún tipo de violencia.
De este estudio se determinó que el 54 por ciento de las mujeres han sufrido “recargones” de carácter sexual en el transporte público.
De esto, el 38.2 por ciento de las mujeres han sentido miedo y el 21.1 por ciento han descrito que las persiguieron.
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