La otra ópticaOpinión

Pin Parental: De vuelta al Oscurantismo

 

LA OTRA VISIÓN

Pin Parental: De vuelta al Oscurantismo

Por Juan Carlos Flores Turrubiates

 

Tal parece que el Diputado por el Congreso Local de Nuevo León Juan Carlos Leal, del Partido Encuentro Social (PES), está empeñado en que Nuevo León sea un estado retrógrado y desea volver al oscurantismo propio del medievo.

Este personaje ha criminalizado a las mujeres en Nuevo León por su derecho a decidir sobre su cuerpo, ha señalado y ha llamado abiertamente feminazis a todas las compañeras que han marchado y se han manifestado públicamente para reclamar sus derechos a vivir una vida libre de violencia, discriminación y feminicidios.

Además, este servidor público no solo es misógino y machista, además es homofóbico y tremendamente ignorante, recordemos que el año pasado fue expulsado de Morena tras respaldar lo dicho por el boxeador Darío Larralde de que los homosexuales eran una plaga que se debía de exterminar.

Después de haber sido expulsado del partido Morena el señor Leal volvió a arremeter contra la comunidad LGBT tras reprobar una actividad realizada en Distrito Tec llamada “Drag Queen Story Hour”, en la que personas de esa comunidad leyeron historias a un grupo de niños de 4 a 10 años, para hacerlos conscientes de la diversidad que existe en la sociedad.

A raíz de esta actividad, el diputado presentó una iniciativa de ley para proteger a la infancia de la “ideología de género” (sic) de la que asegura es “un conjunto de ideas anticientíficas que con propósitos políticos autoritarios desarraigan a la sexualidad humana de su naturaleza y la explican monopólicamente por la cultura” (sic).

Pero el único autoritario, homofóbico, machista, fascista, anticientífico, es el propio diputado Leal Segovia quien solo demuestra su profunda ignorancia y sus prejuicios cada vez que difunde información tergiversada y obnubilada por su fanatismo religioso.

En enero de este año, el diputado por el PES propuso ante el Congreso del estado, la iniciativa de implementar un pin parental donde las instituciones educativas públicas o privadas deban informar a los padres sobre las actividades y los temas en relación con educación sexual y reproductiva, género, pluralidad, tolerancia y respeto ante los demás.

Esta iniciativa de ley fue propuesta desde enero, fue apenas aprobada en comisión la semana pasada y este lunes pasará al pleno a la espera de ser votada.

Este pin parental obviamente no es una idea propia del señor Leal Segovia, es una vil copia exacta de la misma propuesta de ley creada por el partido de ultraderecha conservadora española y está a nada de ser declarada inconstitucional en España.

Pero ¿Qué es exactamente el pin parental y por qué causa tanto alboroto en España?

El término es el que ha acuñado el partido de extrema derecha VOX, para definir una solicitud escrita que va dirigida a los directores de los centros educativos, para que los padres puedan censurar cualquier materia, charla, taller o actividad que decidan que no quieren para sus hijos.

Esta censura afecta, por ejemplo, a que los menores tengan información sobre identidad de género, feminismo o diversidad LGBT.

El partido de ultraderecha considera que esos contenidos pueden ser “intrusivos” para la “conciencia” y la “intimidad” de los menores.

Esta medida es la continuación de otras propuestas de VOX como la realizada el año pasado para identificar a quienes imparten cursos y talleres en materia de igualdad, respeto y en contra el acoso escolar “argumentando depurar casos ideológicos” (sic) e independientemente de que los colegios decidan que son interesantes para esta función.

Los expertos en materia de inclusión y educación en las escuelas de nivel básico en España mencionan que los padres que defienden el pin parental son personas muy desinformadas que no han tenido la oportunidad de escuchar atentamente y sin prejuicios. O bien, padres abusadores, maltratadores o violadores, que no quieren que sus hijos y sus hijas abran los ojos a la realidad que tienen en sus casas.

De manera que estos padres y estas madres no están defendiendo la libertad de sus hijos, están defendiendo su derecho a seguir siendo machistas, misóginos, racistas u homofóbicos.

Esta medida que propone los partidos de derecha para los centros educativos ha dividido a la esfera política en el país Ibérico.

Por un lado, se encuentran quienes critican que se trata de una medida contra los derechos de los menores como PSOE y Unidas Podemos, por el otro, quienes indican que los padres deben tener libertad para elegir los contenidos que reciben sus hijos, como VOX y el Partido Popular (PP).

El PP ha acogido incluso la idea como propia. Pablo Casado, presidente del partido, asegura incluso que no es una idea de VOX, ya que lo propusieron ellos hace 15 años en la Comunidad de Madrid.

La medida ya fue implantada en Murcia, a principios del actual ciclo escolar en España, y hasta antes de la pandemia de Covid 19, pensaba llevarse también a Madrid y Andalucía.

El gobierno del PSOE y Unidas Podemos le declararon la guerra al llamado “pin parental” y ha advertido a la Región de Murcia que llevará a sus responsables ante los tribunales de no retirarlo.

Los Consejeros de Educación de nueve comunidades autónomas donde gobierna el PSOE también se han movilizado en su contra.

Esta polémica medida con la que la derecha quiere controlar la información que llega a sus hijos ha generado malestar entre asociaciones feministas, LGBT, sindicatos y ONGsinternacionales.

La Federación Estatal del Colectivo LGTBI español ya ha mostrado su preocupación:

“Solicitar el consentimiento de las familias para que elijan la educación que reciben o no los menores contraviene el interés superior del menor ya que es privarles de su derecho a conocer la realidad y seguir desprotegiendo a la infancia LGBTI”.

A su vez, Save the Children ha reafirmado su rechazo al veto parental ya que lo considera “una vulneración del derecho de cada niño y niña a una formación integral, como recoge la Convención sobre los Derechos del Niño ratificada por España [y por México]”.

La ONG dedicada a salvaguardar los derechos de la niñez también recordó que “el Tribunal Supremo no reconoce el derecho a la objeción de conciencia sobre los contenidos educativos”.

Quienes también se han pronunciado en contra es el sector de la enseñanza de la Unión General de Trabajadores (UGT), organización sindical obrera española, indicando que “no va a tolerar el ataque de algunas organizaciones y partidos políticos alejados de los principios constitucionales están dirigiendo al profesorado de los centros educativos”.

Cristina Antoñanzas, vicepresidenta general de la UGT menciona que el pin parental “incita al odio, a la segregación y, por lo tanto, es contrario a un sistema democrático basado en la diversidad y en el respeto” y exhorta al Estado a garantizar una educación basada en el respeto a dichos derechos.

Además, la Federación de Enseñanza de la confederación sindical española, Comisiones Obreras, ve al pin parental como “una provocación a la intolerancia, al odio y a la discriminación, entendido como un posible discurso de odio”.

Para el periodista de la cadena argentina Todo Noticias, Bruno Bimbi, “la derecha trajo a España las mismas polémicas que las iglesias evangélicas fundamentalistas y el bolsonarismousaron en Brasil y luego se replicaron en otros países de Latinoamérica” hasta llegar finalmente a Nuevo León.

La diferencia radica en que en vez de “pin parental”, el ejecutivo ultraconservador Jair Bolsonaro hablaba de “escuela sin partido”.

Recordemos que, durante el gobierno de la ex presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, creó un sistema de información para prevenir el bullying homofóbico y promover el respeto a la diversidad.

Bolsonaro y la iglesia evangélica fundamentalista lo bautizaron como el “kit gay” y lo difamaron diciendo que los chicos recibían clases de homosexualidad, veían pornografía gay en el aula y aprendían a como “dar por el culo” (sic).

De esta forma Bolsonaro usó la “escuela sin partido” y otras mentiras para contaminar la campaña electoral de 2018 y muchos medios brasileños le siguieron el juego, convirtiendo las mentiras en “polémicas”.

Con todos estos ejemplos de los grandes partidos autoritarios, violentos y fascistas, el Diputado Local del Congreso de Nuevo León, Carlos Leal pretende atentar contra el interés superior de la niñez, quiere seguir discriminando, segregando y promoviendo el discurso de odio al impedir que en las escuelas se les enseñen valores como el respeto, la tolerancia y la pluralidad.

Si abrimos la posibilidad de que las familias prohíban a sus hijos a recibir determinados conocimientos supuestamente inmorales, estamos reconociendo que la ciencia no es la única forma de conocer el mundo que nos rodea y que las creencias religiosas o morales, personales de cada uno, están por encima de la ciencia.

Veremos si la sociedad civil, junto a organizaciones no gubernamentales en pro de los derechos humanos y de las minorías y otros sectores de la población se unen y presionan al gobernador Jaime Rodríguez para que logre vetar la ley que propone Carlos Leal, quien solo se ha encargado de sembrar odio e intolerancia mediante su puesto de Diputado Local en el Congreso de Nuevo León.

O bien, si logran tumbar esta medida que a todas leguas atenta contra la constitución ya que para aprobar este plagio de la ultraderecha española se tendría que cambiar la Ley Federal de Educación y la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos.

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