OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
El “estado mayor” del Fiscal ¿quién sigue?
CD. VICTORIA, Tamaulipas | Cayó el primero de los transexenales ¿quién sigue? ¿acaso el fiscal?
En la cosa pública nada es casual. La salida del fiscal anticorrupción, Raúl Ramírez Castañeda, es una jugada maestra para deshacerse de los cómplices del cabecismo, por un motivo un tanto novedoso: No aprobar exámenes de confianza.
Con ello comienza a derrumbarse la estructura de blindaje que los panistas levantaron en torno al “gobernadorcito” Irving Barios Mojica, en la fiscalía general del Estado.
Crearon cinco fiscalías especializadas dizque independientes y tres vice fiscalías dependientes de Barrios.
Es un complejo burocrático tan abusivo que, el chilango, reporta una secretaria Particular a su servicio; una coordinación de la Oficina del fiscal general y una Dirección General Ejecutiva que forman parte de su “estado mayor”.
Los siguientes mandos en el bunker de Carretera a Matamoros y Naciones Unidas son el vicefiscal Ministerial, Enrique Feregrino; el vicefiscal de Litigación, Control de Procesos y Constitucionalidad, Natanael Isaí Castelán Iturría; vicefiscal de Delitos de Alto Impacto y Violaciones a Derechos Humanos, Craig López Olguín.
Detrás de cada uno hay cientos de funcionarios y mandos administrativos y policiales.
Las fiscalías especializadas: Delitos Electorales a cargo de Krisna Judith Villado Mejía; Asuntos Internos, de Esteban Constantino Velasco; el ya despedido Fiscal de Combate a la Corrupción, Ramírez Castañeda; fiscal especializado en Investigación de Desaparición Forzada de Personas, Elizabeth Almanza Avalos; y el de Investigación de Delitos Contra Niños y Adolescentes, Manuel Alejandro Rodríguez Altamirano.
Lo anterior, según el directorio público de la página de Internet de la Fiscalía en que presumen además varias direcciones generales y órganos desconcentrados. En total alrededor de 5,500 burócratas.
Cayó el primero por “falta de confianza”, la pregunta es ¿quién sigue? ¿ya les aplicaron exámenes a los vicefiscales y al resto de fiscales especializados?
Llegaron en el mismo “costal”, la mayor parte procedentes del centro del país como gente de confianza de Barrios ¿alguien brincó el pantano sin mancharse? Se duda.
Tienen la idea, todos, se irse hasta el 2027 después de once años de permanecer primero en la Procuraduría y luego en la Fiscalía ¿se los permitirá el Centro Nacional de Evaluación y Confianza?
Roto el bunker cabecista en la Fiscalía, todo puede suceder en los siguientes días ¿de quién fue la idea? ¿de Santiago Nieto? Jugada maestra para tumbar la estructura que por seis años persiguió a los morenistas y amenazó a los tricolores.
Por cierto, una rápida consulta nos permite saber que los controles de confianza son cinco: Médico, Toxicológico, Psicológico, Poligráfico y de Entorno Social y Situación Patrimonial, que por ahora nadie debe revelar y menos el Congreso del Estado ante el cual se informó de la baja de Castañeda.
Sin embargo, si el hombre se inconforma, apela a tribunales por sentirse agraviado –resolución de la Suprema Corte-, deberán hacerse públicos los señalamientos específicos. Hasta entonces sabremos por qué fue la baja ¿enriquecimiento ilícito?
Si desafía a los gobiernos de la 4T, federal y estatal, los trapitos pueden salir a la luz.
Ramírez Castañeda, primero como jefe de Inteligencia Financiera y luego como Fiscal, se dedicó a perseguir a los contrincantes partidistas, vistos como enemigos por el gobierno de Francisco Javier García, ahora prófugo.
En un año de desempeño, él y los 74 sabuesos que cobran en la Fiscalía solo alcanzaron a consignar a un corrupto, el cual recibió sentencia ¿quién fue? No lo dicen en su informe. A los demás bandidos no los vio.
Fue nombrado por ocho años para conformar la coraza de protección a los deshonestos del gobierno panista. Duró 13 meses. Se insiste ¿quién sigue?
Le dimos una “hojeada” al tal informe de Don Raúl, el primero y único que hizo llegar a los diputados y a su jefe Barrios, y queda uno asombrado de lo costoso que le salen el erario
Dice que cobran 74 personas (que trabajen es otra cosa).
En el curso de ese año dijo haber comprado con fondos federales un vehículo, nuevecito, camioneta de seis cilindros que tuvo un costo de ¡950 mil varos! ¿para quién? Le atinó usted, para el jefe, en lugar de patrullas y unidades de servicio.
Mercaron además una cámara de video en ¡91 mil del águila! Y tres carritos más en 1.3 melones.
Antes que se termine el espacio, hablemos de la ineficiencia de Don Raúl: En un año abrió 515 carpetas de investigación, de las cuales solo quedaron firmes 27 averiguaciones, discriminadas a su vez en nueve vinculaciones a proceso y, al final, ¡una sentencia!
¿Qué sigue? El Congreso deberá convocar públicamente a aspirantes a ocupar el espacio cuyo nombramiento necesita las dos terceras partes de los “diputados presentes” (ojo: presentes).
La última interrogante ¿Aceptará Don Raúl su destitución? En caso de apelar, su agonía como servidor de la Fiscalía sería más lenta. Más le vale irse así, pero en libertad ¿no cree usted?
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