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Por unas cachetadas “guajoloteras”

OPINION PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Por unas cachetadas “guajoloteras”

CD. VICTORIA, Tamaulipas | Inusual escalada de amenazas de artefactos explosivos en edificios públicos vive la capital de Tamaulipas ¿a qué se debe? ¿quién se beneficia?

Primero el Congreso del Estado y otras oficinas del poder ejecutivo, al día siguiente la Auditoría Superior y Comisión de Riesgos Sanitarios, provocando despliegue de los cuerpos de seguridad y prevención de ese tipo de eventos. 

Rumores van y vienen, ya sobre el origen de la primera llamada (que del municipio de González) y detención de presuntos responsables, de lo cual no había fuentes de información. 

Luego de dos días consecutivos de una escalada sistemática que podría repetirse en el curso de la semana, el secretario general de Gobierno, Héctor Joel Villegas González, acusó que los eventos son causados por panistas quieren sembrar el terror. 

No lo mencionó directamente, pero, al referir que “algunos de ellos en calidad de prófugos de la justicia”, evidente que se refiere a Francisco Javier García, el exgobernador refugiado en el lado “gringo”. 

Acusó sí, a miembros del PAN y ex funcionarios del Gobierno del Estado, “de orquestar una campaña para generar miedo y psicosis” entre la comunidad. 

Caben inducciones y deducciones ¿qué pretenden los azules? ¿cómo se benefician? Varios tienen órdenes de aprehensión, otra ristra se encuentra en el banquillo de los acusados y su destino inmediato puede ser un penal. 

Llamadas falsas sobre explosivos es el nuevo “método” que inventaron. No hicieron uso de él ni en la “cresta” de la guerra sucia de la campaña por la gubernatura. 

Una primera causa es amedrentar, generar incertidumbre y duda hacia el gobierno de la 4T que lleva en ejercicio mes y medio. 

El martes, en la sesión plenaria de las 65 legislatura, no había en agenda temas delicados o definitorios que ameritaran la suspensión de los trabajos. Lo “principal”, en la Comisión de Vigilancia de la Auditoría Superior, discutir la comparecencia de los titulares de Educación y del Instituto de Becas y Crédito Educativo, Aimé Castillo Pastor y Juan Guillermo Mansur Arzola. 

Si tienen la conciencia tranquila, no son temas que pongan de nervios a alguien, aun cuando el propósito era –es- obtener información sobre cuentas mochas del pasado gobierno panista. 

Advertir que los diputados de la bancada de Morena no se hallaban en el edificio del Congreso. No alcanzaron a llegar, como dice José Braña. De la Junta de Coordinación Política (panista) les dijeron que ya no se presentaran. Venían de una “junta previa” del grupo. 

Desmiente la versión de que con ellos se reunieron representantes del PAN –dos mujeres-, que el mismo martes supuestamente harían el anuncio de dejar la camiseta azul para vestirse de guinda, que sería el motivo para suspender la sesión plenaria por parte de la jefatura contrincante. 

Más tarde los líderes morenos acusaron a los conservadores de provocar el incidente como un acto intimidatorio, “adoptar métodos del miedo con que gobernaron y se quedaron acostumbrados”. 

Estás claro que las llamadas no provienen de un aspirante a terrorista, un loco suelto por los caminos de Tamaulipas, algo incidental y pasajero que busque provocar dolor de cabeza a los nuevos funcionarios, sino algo orquestado con alevosía y desde la clandestinidad. 

Con dos días de eventos está claro que proviene de un segmento de la clase política que no es de Morena. Como gobierno estatal, a su gente es a los que menos conviene alterar la tranquilidad, provocar caos entre la burocracia y la comunidad victorense en general. 

Un partido en el poder no se inmola, no se sacrifica ni para echar culpas al enemigo. Una amenaza de bomba no les beneficia y sí les perjudica. 

En la otra esquina, los azules nada tienen que perder y sí que ganar. La ciudadanía los despreció el pasado junio por saquear y sumir en la corrupción todo el gobierno. Hay expedientes en marcha. 

Le agarramos la palabra a Morena sobre el origen de las llamadas distractoras. Más cuando, como dice Braña, detectaron que la misma salió del Palacio Legislativo hacia las instancias de seguridad, cuando ellos no se encontraban en sus oficinas.  

Este tipo de incidentes, falsas alarmas, son un factor inédito en la lucha política local, por lo cual, como urge Villegas González, la Fiscalía debe actuar para dar con los responsables de utilizar la línea 911 y generar psicosis. Con un primero que caiga se acabará el problema. 

Igual el llamado a la población a conservar la calma y hacer las denuncias respectivas a la autoridad. Tamaulipas no puede quedar sumido en el caos por unos cuantos que quieren salvarse de ir al penal. 

Dice el titular de la General de Gobierno: “No podemos tolerar que aquellos que durante seis años causaron tanto daño y saquearon a Tamaulipas, pretendan seguir provocando situaciones para frenar a un gobierno honesto y responsable”. 

Le toca actuar al Fiscal “carnal”. Si no puede, o no quiere, debe ir preparando sus maletas. 

Por cierto, la segunda noticia del día fue el comunicado de Don Irving Barrios, sobre la detención de la exdiputada Nohemí Estrella Leal, acusada de propinar unas cachetadas guajoloteras al abogado Néstor Troncoso, presunto defensor de derechos humanos, en un incidente que se dio en 2019. 

La brigada Pedro J. Méndez tenía –tiene- una campaña permanente para “tumbar” a Barrios, a quien acusan de persecución. 

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