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Como pila de “agua bendita”

OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Como pila de “agua bendita” 

CD. VICTORIA, Tamaulipas | El primer escándalo comenzó en abril de 1993, inicios del gobierno de Manuel Cavazos Lerma.

José Antonio Sandoval, propietario de Papelerías Carlet (ciudad Victoria), fue detenido por la Procuraduría de Justicia acusado de embolsarse lana del fondo de pensiones del Gobierno, que le alcanzaba para surtir sus negocios privados. Trabajaba como subdirector del entonces UPYSSET. 

Segundo de Mario Varela Galván, director, era quien manejaba los depósitos a plazo fijo, Udis, cuentas en dólares y préstamos a sociedades y uniones de crédito, en que invertía el organismo para ganar intereses. 

Tenían inversiones en el Banco Nacional de Comercio Interior. La lana no se movía. Las utilidades se reinvertían. 

De esto se aprovechó Sandoval para desviar recursos por 11.5 millones de pesos de la época, a cuentas personales, contando con la complicidad del gerente bancario Josué David Díaz Ornelas (huyó a los Estados Unidos y nunca más se supo de él). 

Todo iba bien, las papelerías ya tenían una sucursal. Con dinero de los burócratas pagaba a proveedores de las Carlet. 

Sin embargo, el 30 de junio de 1992 vino la quiebra del banco. En febrero de 1993 cambió el gobierno y Cavazos nombró como director de la Unidad de Previsión a Alejandro García Aguilar. Descubrió el fraude. Los abogados Roberto Perales Meléndez y Enrique Luenga Piñeiro presentaron la denuncia penal. 

Fue uno de los primeros descalabros para el fondo, que quedó virtualmente en la quiebra. Llegó doble, el fraude de Sandoval y la quiebra del banco. 

A seguridad social de los burócratas le ha tocado bailar con la más fea. Como si fuera “pila de agua bendita” muchos son los que meten mano. 

No extrañó lo dicho la semana anterior, en el pleno del Congreso del Estado, por el secretario de Administración, Jesús Lavín Verástegui, al confirmar que pensiones solo tiene liquidez de aquí al 2024. Si en estos momentos todos los que tienen derecho optaran por el retiro, no alcanzaría para pagarles sus quincenas. 

De ese tamaño es la gravedad del tema. Hay denuncias penales que no progresan ante la Fiscalía. 

El Gobierno tiene alrededor de nueve mil pensionados, para quienes pronto no habrá lana. En los seis años de Egidio y una parte de Cabeza de Vaca, no aportaron las cuotas patronales e incluso desviaron lo que descontaban a los sindicalizados. Grande el agandalle. 

Un siguiente descalabro se dio cuando prestaron tres millones (de entonces) a la Sociedad de Crédito Industrial y Ganadero, operada por la Unión Ganadera Regional de Tamaulipas, que a su vez “jineteaban” la lana. 

Comenzaron a pagar las letras, puntuales, hasta que vino el “error de diciembre” de 1994 y fue cuando les tocó perder a los trabajadores. 

Incluso, en una acción ilegal, la sociedad cambió documentos para aparentar que los dineros habían sido “un préstamo de buena voluntad” y no ganando intereses mensuales. 

Hay gente que debería estar tras las rejas. 

Un siguiente golpe. El entonces directo, Pedro Lara Mendiola (pastorcito de Aguascalientes) y su caro asesor Marco Antonio Torres Mercado, perdieron millones de los burócratas al apostar a la bolsa a través de la Casa Protego. 

Nunca se sabrá cuanta lana, 50 o 100 millones (por andar en algo que no conocen), pero sí que hay nombres y son exdirectores: Silvestre Abrego Adame, Benjamín Gómez Guerra, Lourdes Benavides Hinojosa, Javier de la Mora Gómez y Lara Mendiola. 

El dinero provenía de IPSSET y SARTET. Duraron por lo menos 12 años “bolseando” y perdiendo. Jugaron alrededor de 760 millones, ajenos. 

Protego se vendió y cambió a Evercore de México, para quedar ahora como Tactiv Casa de Bolsa. Y usted se preguntará ¿y el dinero de los burócratas de Tamaulipas? Faltan explicaciones. 

Son los casos más sonados. Hay “vivillos” que, siendo funcionarios, se prestaron miles sin estar ¡afiliados! siquiera, ni cotizar o, si tenían derecho a cien, se llevaron 600 mil. 

Hay otros fraudes, menores. Decenas de exfuncionarios que terminaron y se fueron y tampoco acabaron de pagar. Los hay de la administración de Eugenio Hernández y Egidio Torre. No se descarta que aparezcan cabecistas. 

De ese tamaño es la broncona que los prianistas heredaron a la 4TT ¿cómo resolver? No por aumento de cuotas. Se elevaron a la salida del egidismo, aunque no pagaron. 

Aparte, mire que a “Don Cachorro” Cantú, jefe estatal del PAN, ya no le salen bien los guiones novelescos, como ese de que en sesión del Congreso le dio un infarto, y que luego cambió por apendicitis, y la amenaza de bomba en el Palacio Legislativo. Ya no pegan sus historietas. 

El fin de semana se quiso aventar la última, inventando que la diputada Myrna Flores Cantú había sido víctima de un retén de malandros en la carretera a Reynosa, poco después de la una de la madrugada del viernes. 

Ella lo desmintió en redes, en tanto la Fiscalía y Secretaría de Seguridad Pública, por separado, aseguraban no tener denuncia ni registrar indicios del “retén”, vía cámaras de videovigilancia o rondines presenciales. 

Como que anda desesperado, nervioso, estresado de ver que su partido, el PAN, pasó al basurero de la historia. Necesitas tranquilizarte o tus problemas aumentarán. No vale la pena sacrificar tu salud por tu gran amigo. 

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