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¿Alianza PAN, PRI, PRD… ¿Nacida para perder?

CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
¿Alianza PAN, PRI, PRD… ¿Nacida para perder? 

Una cosa es el amorío político antinatura de las elites por recuperar sus viejos privilegios. Y otra muy diferente, el rumbo que podría tener el voto ciudadano en la vasta llanura electoral.  En fin, iniciemos el análisis: 

Como partido de derecha, aun y con sus revisionismos y sus extravíos ideológicos, alejados de su doctrina fundacional, el PAN sigue siendo una marca definida en sus intereses a favor de los grupos oligárquicos. No es extraño que ahora aparezca como el hermano mayor de la triada antiobradorista, en la ruta hacia el 2022. y 2024.   

Pero…me pregunto: ¿qué sentirán algunos panistas de la vieja guardia, después de que, en el 2016, el PAN de Tamaulipas llegó para acabar con una dictadura priista de más de 80 años, todo ello en medio de denuncias de corrupción y podredumbre política. Y hoy ambos se prodiguen caricias militantes, a la luz del día, como dos viejos amantes que decidieron salir del closet neoliberal.  

Apenas hace cinco años, en el discurso cabecista el PRI era de lo peor. Ahí están los videos que no nos dejarán mentir. Sin embargo, hoy ese mismo PAN ha decidido sin pudor alguno, compartir la alcoba electoral con los tricolores.  

Ante esta realidad que hoy asoma en nuestro estado, solo cabe una de dos posibilidades: O el PAN se volvió también corrupto y podrido, o bien el PRI se reconvirtió en un santo inmaculado. Saquen ustedes, amigos lectores, sus propias conclusiones.  

Del PRD es mejor ni hablar. De su papel como férreo opositor de izquierda en los ochenta, ha terminado por desdibujarse, y lo que es peor, descender como el poeta Dante en la Divina Comedia, hasta los más bajos círculos del infierno. Su triste proceso de descomposición en los últimos años, ha registrado una espiral de oportunismo rampante y degradación.   

El triunfo contundente de Andrés Manuel López Obrador en el 2018, provocó la polarización del sistema de partidos. Pero ante todo aceleró el proceso de reunificación de un sistema político de derecha, que hasta entonces había funcionado como un Estado con barniz democrático e igualitario.  

El triunfo de MORENA ocasionó profundas grietas en una vieja partidocracia que, hasta entonces, se había repartido el pastel político y económico. Todo ello bajo la paternal mirada de la plutocracia, traducida como el poder real de los empresarios más pudientes, algunos de ellos considerados entre los más ricos del mundo.  

De manera que lo que sigue estando en juego en el país, no es cosa menor. Populista o no, el gobierno de la 4T ha cambiado el rumbo del barco nacional, a favor de los que menos tienen. Aunque todavía existen considerables rezagos en materia de justicia y en el tema de la inseguridad. En ello habrá que aplicarse en lo sucesivo.  

Pese a todo lo que usted guste y mande, hasta ahora el bono político de AMLO sigue cotizándose muy alto, en casi todo el país. Lo anterior, seguramente se reflejará en los comicios por la gubernatura.  

Interesantes se perfilan los comicios en las entidades federativas donde habrá elecciones en junio del año entrante. Es muy probable que, como lo ha reconocido el mismo Marko Cortés, MORENA gane cinco de seis, entre ellas Tamaulipas.  

Aunque, en nuestro caso específico, todavía falta por ver a los respectivos candidatos ya oficializados de MORENA y del PAN. Y en ese marco analizar sus fortalezas y debilidades.  

Para quienes siguen cacareando la alianza PRI-PAN-PRD, seguimos considerando que tal vez cada uno por su lado les hubiese ido mejor. Sobre todo, a los tricolores y al sol azteca, partidos que han caído en el triste papel de ser comparsas de la derecha panista. Y de estar al servicio de los gobernadores azules.   

Para la crítica especializada, la alianza PAN-PRI-PRD que ya se ha puesto en marcha, es una estrategia desesperada, una simple aventura del poder por el poder. Sin ofrecerle al pueblo de México, un sustento ideológico ninguno.  

Habrá que ver cómo funciona ese pragmatismo a ultranza considerado como histórico, pues hasta el año pasado, jamás antes se habían unido partidos que se creían irreconciliables en sus programas de acción y sus doctrinas ideológicas.  

La experiencia de la alianza en este 2021, fue desastrosa. En palabras de un distinguido panista como Gustavo Madero, la alianza recibió una verdadera paliza electoral.  

¿Irán por otra igual en el 2022…?

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