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El estilo del lenguaje en las campañas

CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
El estilo del lenguaje en las campañas

Resulta de lo más interesante analizar el tema del lenguaje que utilizan los candidatos de los diversos partidos políticos que participan en pos de un cargo de elección popular.  

A la luz de este enfoque y de las diversas opiniones que hasta ahora se han vertido sobre este matiz del proselitismo, considerado como un estilo personal de comunicarse con la ciudadanía, es que construiremos el análisis, el día de hoy.  

Antes de dar inicio, resulta de lo más pertinente, preguntarnos y preguntarles a los lectores:  

¿Cuál es la forma más adecuada en que un abanderado a cargo de elección popular se debe dirigir a los votantes? ¿Podemos identificar alguna norma no escrita que opere como la panacea o fórmula mágica?  

Obviamente no existe, en cambio sí hay líneas generales que nos sugieren lo siguiente:   

En primer lugar, debe imperar el respeto y la educación.  

Hace algunos años, en el periódico español, El País, apareció un texto cuyo título decía: “Los diez mandamientos para hacer una buena campaña electoral”. De dicho contenido, hemos recogido las siguientes propuestas:  

1.—Mantendrás un tono correcto y educado sobre todas las cosas. —La prisa y espontaneidad de las redes sociales es un arma de doble filo. Palabras malsonantes y expresiones de mal gusto quedan reflejadas de por vida en el perfil, y dan una imagen deplorable del candidato.  

2.—No descalificarás. —Las críticas no pueden ser descalificaciones o insultos. Se constructivo y no caigas en la crítica fácil, subiéndote al carro de un espectáculo soez y sin contenido.  

Una de las opiniones que nos parece de lo más acreditada, por la calidad y el prestigio profesional de quien la expresa, es lo que el pasado 3 de marzo de 2021, en plenas campañas por la gubernatura, declaró el doctor en derecho penal, Juan Martín Granados hoy asesor de seguridad en el sexenio panista que preside Mauricio Kuri en el estado de Querétaro:  

Bajo el encabezado, “Ni en campañas se admite lo soez”, el abogado Granados dijo lo siguiente:   

“Lo que menos se puede esperar de una persona que quiere gobernar es un lenguaje soez, es un lenguaje que llame a la violencia y es un lenguaje anti-cívico”, concluyó.  

Sin embargo, debemos admitir que, en el discurso político, suele aparecer todavía el lenguaje altisonante.   

Recientemente el presidente de Francia Emanuel Macron dijo, dijo en plena campaña por su relección refiriéndose a los que aún no han acudido para que les apliquen el suero anti covid: “A los no vacunados, realmente les quiero echar mierd..y seguiré haciéndolo”. Macron va por su relección. Pero no la tiene segura. Habrá que ver cómo le va, con una candidatura de Marine Le Pen, que está en franco crecimiento.  

Hasta ahora, y poniendo como ejemplo los más altos niveles de la real politik estadounidense, comprobamos que el lenguaje áspero y mal hablado, no rinde buenos frutos, como bien se puede ver en el caso específico del entonces presidente Donald Trump, mismo que en el 2018, al abordar el tema de los inmigrantes haitianos, salvadoreños y africanos, dijo:  

–¿Por qué Estados Unidos debería de permitirle la entrada a inmigrantes que provienen de países de porquería?  

En noviembre de 2020, el multimillonario Trump, se convirtió en el Primer presidente de Estados Unidos en perder una reelección, en 28 años.  

Entre los expertos del poderoso vecino del norte, surgieron tres hipótesis que explicaban la derrota de DT. Entre ellos destacaban la antipatía que había generado en cuatro años de ejercer el poder. Fue esta antipatía por Trump. Lo que le permitió a su adversario Biden  construir una mayoría de votantes sin partido, e incluso hasta algunos grupos de republicanos.  

Instalados en este punto, retomamos las reflexiones del artículo del diario El País, y las declaraciones del hoy asesor principal del gobierno panista de Mauricio Kuri, en el sentido de que lo que menos se puede esperar de una persona que aspira a gobernar, son las malas palabras.  

Hay que ver, si el lenguaje mal hablado en los círculos del poder da resultados. En el caso de MORENA, habría que preguntarles a personajes como Gerardo Fernández Noroña, mismo que representa una figura emblemática de este género de la subcultura política. Algunos de sus adversarios lo han calificado como misógino y violento, por decir lo menos.  

El pasado 22 de marzo, durante la inauguración del aeropuerto “Felipe Ángeles”, diversos medios publicaron que GFN se quedó con la mano extendida, y el presidente AMLO lo ignoró.  

Sin embargo, posteriormente el mismo Noroña desmintió dicha versión. En la guinda, se sabe que Gerardo es un mal necesario.  

Dicho todo lo anterior, sean los mismos lectores quienes juzguen si el lenguaje vulgar y corriente es buena estrategia para ganar votos.   

¿Qué opinión tienen de ello los tamaulipecos? 

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