IntríngulisJuan Carlos López AcevesOpinión

Humanismo y Contraloría 

INTRÍNGULIS
Por Juan Carlos López Aceves
Humanismo y Contraloría 

Cuando el 5 de septiembre de 2019, LUIS RENÉ CANTÚ GALVÁN y demás integrantes de la bancada del PAN, capitaneada por GLAFIRO SALINAS MENDIOLA, presentaron la iniciativa de reforma constitucional, para cambiar la fecha del informe de gobierno, no consideraron una fecha clave para evitar empalmes en este ejercicio de rendición de cuentas. 

Argumentando que la fecha vigente impedía a CABEZA DE VACA informar sobre una anualidad completa, el 29 de septiembre de 2019 se aprobó el dictamen de mérito, con el voto en contra de ALEJANDRO ETIENNE LLANO, RAFAEL GONZÁLEZ BENAVIDES, SUSANA HERNÁNDEZ FLORES y demás integrantes de la bancada del PRI, exceptuando al diputado MOISES 

BALDERAS CASTILLO, que se sumó al voto del PAN. 

Reformando los artículos 44, 91 y 93 de la Constitución Política del Estado, para correr la fecha a la primera quincena de marzo. 

Pero a la diputación del PAN se le olvidó un pequeño gran detalle: considerar lo que establece el artículo 4 de la Constitución local, en relación con el 23 de la Ley de Planeación de Tamaulipas. 

Todo informe de gobierno, federal, estatal y municipal debe presentarse en atención a los objetivos y líneas de acción que señalan sus respectivos planes de desarrollo, y considerando las cifras aprobadas en los presupuestos para cada renglón de la función pública. 

“Habrá un Plan Estatal de Desarrollo al que se sujetarán obligatoriamente los programas de la administración pública estatal”, señala el segundo párrafo del artículo 4 constitucional mencionado. 

“El Plan Estatal de Desarrollo deberá elaborarse, aprobarse y publicarse, en un plazo de seis meses contados a partir de la fecha en que tome posesión el Gobernador del Estado”, dispone el artículo 23 de la Ley de Planeación. 

Mientras que los artículos 9 y 10 de la Ley de Gasto Público, no dejan lugar a la duda sobre la relación que existe entre el Presupuesto de Egresos del Estado y el Informe de Gobierno al Congreso del Estado, con “los objetivos, metas y estrategias contenidos en el Plan Estatal de Desarrollo”. 

Considerando que un sexenio inicia el primer día de octubre, que el informe de gobierno se debe rendir en la primera quincena de marzo y que el Plan Estatal de Desarrollo debe quedar listo a más tardar el 31 de marzo, el gazapo de la bancada del PAN provocó este empalme. 

Gazapo que afecta particularmente al primer informe de gobierno de la nueva gestión estatal que inicia y, con mayor razón, si procede de una alternancia como la de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, porque no hay una relación de continuidad y mucho menos empatía, con el sexenio anterior. 

En primer lugar, porque la anualidad a informar, en este caso el 2022, tiene nueve meses de acciones que corresponden al gobierno anterior y porque el Plan Estatal de Desarrollo de la nueva gestión, solamente vale para los tres meses finales de dicha anualidad (súmele que el presupuesto ya se agotó) y porque en la primera quincena de marzo, el proceso de planeación no arroja aún el documento rector del sexenio que inicia. 

Una reforma a modo para los fines de FRANCISCO GARCÍA CABEZA DE VACA, que amerita una revisión para evitar este empalme. 

Mientras tanto, le comento que el Primer Informe de Gobierno de AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, se estructuró en 3 ejes principales. 

Gobierno al servicio del pueblo, dividido en gobierno de humanismo solidario, gobierno justo, transparente y garante del Estado de Derecho, y el gobierno amigo, respetuoso y colaborativo.  

Política social para el bienestar es el segundo eje y comprende al gobierno transformador, al gobierno garante de bienestar, igualdad y justicia social, también al gobierno precursor de la salud y la seguridad social, al gobierno promotor de la educación integral y de calidad, así como al gobierno fraterno y comprometido con el desarrollo integral de las familias. 

Economía para el desarrollo de Tamaulipas es el tercer eje y comprende al gobierno de desarrollo sustentable, al gobierno que fomenta la economía social y la competitividad, el gobierno de voluntad y trabajo, al gobierno promotor de la infraestructura e inversión para la transformación y al gobierno que fomenta la producción primaria y el turismo. 

De un análisis cuantitativo de este documento, tenemos que los conceptos claves son desarrollo, bienestar, salud, educación y humanismo. 

“En ese sentido, la forma de entender y ejercer la función pública desde el gobierno humanista y solidario es sin duda, la de una mayor cercanía a la gente, a sus problemas e inquietudes, siendo receptivos siempre a la voz del pueblo, el pueblo sabio que no se equivoca y que por muchos años tuvo que estar acallado por un gobierno que, desde lo más alto, se hablaba y se escuchaba a sí mismo”. 

Tamaulipas necesita un gobierno humanista, como lo propone el Gobernador AMÉRICO VILLARREAL ANAYA, pero que sea punitivo para que las malas prácticas de quienes se escuchaban y hablaban a sí mismo, reciban lo que en derecho merecen llevándolos ante un Tribunal. 

Urge que NORMA ANGÉLICA PEDRAZA MELO pise el acelerador. 

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