Cabrito News
Por Homero Hinojosa
Contrapesos al poder
La opinión pública nacional —la agenda de conversación social del día— se dicta cada mañana desde Palacio Nacional y se complementa con la comparsa que ejecutan hábilmente los congresistas morenistas y uno que otro cómplice en San Lázaro.
El nuevo poder ejecutivo se caracteriza por ser uno de “gobernanza mediática”, apostándole a ejercer el mandato por medio de la siembra de “percepciones” y así dejar en miles de mexicanos una sensación de que el Presidente está siempre presente —omnipresente— velando por todos.
Pero todo es en el fondo una estrategia de propaganda. Por ejemplo, esta semana se repitió la técnica de “actuar en el Congreso y replicar en Palacio”.
En una sesión intensa y con la evidente sospecha de tratarse de una jugada política para buscar la reelección de López Obrador y de empezar a mover la maquinaria electoral con rumbo a las elecciones de 2021, la Cámara de Diputados aprobó el jueves incorporar la revocación de mandato a la Constitución, una propuesta promovida desde la bancada morenista.
El dictamen establece que la revocación podrá ser convocada por el Congreso a petición del Presidente o por el 33 por ciento de cualquiera de las Cámaras o por al menos 3 por ciento de los ciudadanos inscritos en la lista nominal de electores.
La mencionada revocación tiene el propósito de que la ciudadanía decida la permanencia de AMLO y busca “ser vinculante” por mayoría absoluta de los votos depositados en las urnas, siempre que concurra a votar al menos el 40 por ciento de los inscritos en la lista nominal de electores.
El viernes, para cerrar con su ciclo semanal de “mañaneras”, López Obrador aplicó otra vez la estrategia “Pa´tras Los Filders” (comentada en nuestra columna anterior) y perjuró ante millones de mexicanos que no planea reelegirse. Es más, prometió que firmará un compromiso público como muestra de su honestidad.
“Escuché el planteamiento que hicieron legisladores hablando de que era un ensayo de reelección”, dijo.
Sin embargo, aseguró que el próximo lunes hará un compromiso firmado de que no se reelegirá.
“Tengo palabra, lo que estimo más importante en mi vida es mi honestidad, pero de todas maneras voy a hacer ese compromiso público”, expresó.
Poco más de cien días tiene López Obrador en el poder y su estilo de gobernar mediante el discurso está ya muy bien definido.
La propaganda morenista está funcionado a la perfección. Se ha convertido en un juego permanente en donde medios de comunicación, audiencia y comparsas legislativas se entretienen en “dimes y diretes” mientras los problemas en todo el país siguen aumentando.
Quizá sea hora de que la buena prensa mexicana, siguiendo un poco el estilo de su contraparte norteamericana, inicie prácticas más contemporáneas de reportear, preguntar e informar.
Por ejemplo, incorporar más equipos de verificación de datos (fact-checking) en tiempo real mientras ocurren los discursos en Palacio, si es que dejan entrar a los “verificadores” ahora con la nueva política de restricción de acceso a las “mañaneras” (su presencia y cuestionamientos podrían resultar incómodos al Presidente).
En el periodismo compartimos dos frases famosas: “Los hechos matan a las palabras” y “Si tu mamá dice que te quiere, verifícalo primero”.
Quizá sea hora de meter más contrapesos al poder, verificar y precisar más las declaraciones y acciones de nuestros gobernantes.
Tal vez sea tiempo de empezar a rescatar los temas espinosos que afectan a los mexicanos, aquellos temas que por andar dándole vuelo a la propaganda morenista los hemos minimizado
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