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El PAN y el “Síndrome Baltazar”

CUADRANTE POLÍTICO
Por Fernando Acuña Piñeiro
El PAN y el “Síndrome Baltazar” 

En la campaña del 2016, uno de los discursos tácticos del entonces candidato García Cabeza de Vaca, fue contundente en contra del abanderado del PRI a la gubernatura Baltazar Manuel Hinojosa Ochoa, vinculándolo con un pasado priista saturado de errores y de excesos.   

Baltazar no reaccionó a tiempo, sino hasta el final, pero cuando lo hizo ya era tarde. Mucha gente lo identificaba con un pasado inmediato relacionado con temas de inseguridad y de corrupción.  

El 24 de mayo de 2016, ya con el tiempo encima de la elección, BHO expresó públicamente aquella famosa frase: “No soy Tomás, no soy Eugenio, no soy Egidio, ni jamás seré Cabeza de Vaca”.  Obviamente que no fue Cabeza, porque CV fue el gobernador, y BHO se quedó en el camino.  

Hoy la rueda de la historia sucesoria ha alcanzado a los actores políticos del Partido Acción Nacional, y existen fuertes rumores de que, los asesores y estrategas de campaña del abanderado azul, le están proponiendo que se deslinde del cabecismo, pues, así como ocurrió con Baltazar en el 2016, la gente percibe a Verastegui Ostos como más de lo mismo.  

La pregunta que surge ahora es si en su momento las propuestas de gente que coordina el proselitismo del Truco lograrán convencer a su abanderado de que rompa con el pasado político, con el cual se identifica plenamente.  

Desde luego, es descabellada la idea de que Verastegui rompa con quien es su jefe y amigo. En nuestra opinión jamás lo haría. Y es justamente en esa circunstancia donde radica el nudo gordiano del futuro inmediato que se avecina en el equipo panista por la gubernatura.  

Por cierto, este grupo de tamaulipecos que hoy le coordinan la estrategia de guerra electoral al abanderado de Acción Nacional, vienen con trofeos ganadores de San Luis donde apoyaron la campaña del hoy gobernador Ricardo Gallardo. Lo paradójico del asunto, es que en su momento combatieron al candidato panista Octavio Pedroza Gaitán, amigo cercano y correligionario del hoy gobernador tamaulipeco, García Cabeza de Vaca.   

Se sabe que, por esta circunstancia, en Palacio de Gobierno no les tienen mucha confianza.  

Y es que una cosa que le debemos reconocer al hoy gobernador de Tamaulipas, es que por encima de los errores que pueda tener, siempre se ha mantenido como un panista firme en su militancia azul. CV es panista de pura cepa.  

Tal vez por ello, Cabeza y su homólogo Juan Manuel Carreras el priista azulado que antes gobernaba San Luis, buscaban que Octavio Pedroza, hermano del secretario de Finanzas Daniel Pedroza, fuese el gobernador.  

Pero un grupo de audaces tamaulipecos les echó a perderla la jugada.  Son los mismos que volvieron a nuestro estado y ahora unos andan en MORENA y otros en el PAN. En su momento, otro de ese mismo grupo, dicen que le dejó caer el maletín de billetes a Rodolfo González Valderrama.  

Conforme se acerca el final de sexenio, la lealtad adquiere una mayor cotización, muy superior a la que se vive en tiempos normales. Ello explica el hecho de que el gobernador haya colocado en los dos cargos claves de su sexenio, a sendos cabecistas puros y fieles a toda prueba, como son Gerardo Peña Flores en la Secretaría General de Gobierno y el Cachorro Cantú al frente del PAN estatal.  

Esto significa nada más y nada menos que el grupo Reynosa sigue decidiendo lo fundamental de la política en el estado. Algo por demás extraño, pues son los que mandan, pero no pusieron candidato, pues el que ganó el proceso interno fue el grupo Xicoténcatl.   

Volviendo al tema de párrafos anteriores, en el proselitismo de MORENA y del PAN, las cosas están bastante enredadas. Y le diremos porque:   

Por ejemplo ¿como se explica el hecho de que, los que hoy le coordinan el proyecto al ingeniero Verastegui, antes estuvieron bajo las órdenes de Manuel Muñoz Cano en San Luis, pero Muñoz se encuentre apoyando al abanderado de MORENA, mientras que su equipo de operadores, o al menos parte de él, ande trabajando para el PAN en el estado…?  

Aquí, obviamente que no se trata de convicciones, sino de pesos y centavos. Cuanto me pagas, cuanto te apoyo, sería el mensaje explícito de quienes ahora se mueven en uno y otro bando de guindas y azules. Todos ellos son de origen priista, pero en cosa de muy escaso tiempo, han servido al Verde, a MORENA y al PAN. Ya de ideologías mejor ni hablar, pues aquí lo que cuenta es el billete.  

Enmedio de toda esta trama de aparentes contradicciones, el Síndrome Baltazar parece acechar al proselitismo del PAN en Tamaulipas. ¿Pronunciará Cesar Verastegui una frase parecida a la que un día manifestó públicamente Baltazar Manuel Hinojosa Ochoa…? 

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