OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Despintar de azul Tamaulipas
VICTORIA, Tamaulipas | Tratando de igualar al PRI, venían por 80 años de poder, mínimo. Duraron seis.
Allá por 2016, henchidos de orgullo por el triunfo azul, algunos de sus exponentes decían que después de ocho décadas el proyecto era de los mil años de reinado, como soñaba el hombrecillo austriaco.
Y como en aquellos días de dominio goebbeliano en la propaganda, siguieron sus pasos en repetir mentiras mil veces y colorear equipamientos urbanos, instituciones educativas, vehículos, papelería y cuanto se les ocurrió.
Pero vino la sacudida del cinco de junio que los despertó del sueño y colocó en la realidad. El pueblo les dio una patada de la que no se recuperarán en varios sexenios.
Se derrumbó el mito que afirmaba que los colores generan felicidad. Si fuera verdad, los celestes estarían festejando la conservación del poder por otro sexenio.
Más de seis mil escuelas de los niveles básicos deberán ser repintadas con colores institucionales y no con los del emblema del partido que se va. Tiraron dinero a la basura que costará a los que vienen, al pueblo pagaimpuestos.
Morena y los suyos tendrán que despintar el azulado de Tamaulipas, desde las canchas deportivas pasando por patrullas y vehículos oficiales. No será fácil en época de austeridad.
No aceptaron errores y menos pidieron disculpas o perdón. Un mea culpa pudiera aminorar la ira popular en su contra. Les pesó más el orgullo.
A partir del uno de octubre el celeste tendrá ir formando parte del basurero de la historia de Tamaulipas. Deberán venir, ya de una vez, identificaciones institucionales y no para venerar a reinados pasajeros.
Así, por ejemplo, el once de noviembre del 2020 la diputada Guillermina Medina Reyes presentó iniciativa de punto de acuerdo para exhortar al jefe de Educación, Mario Gómez Monroy y a los 43 alcaldes, para que dejaran de pintar las escuelas con colores celeste y blanco, los del partido en el poder. La mandaron por un tubo.
A finales del 2021, la bancada de Morena en el Congreso presentó la iniciativa de Ley de Austeridad del Estado y municipios, que incluía “abstenerse de hacer cambios a los colores a los edificios institucionales”. No pasó el cedazo de la mayoría azul y se siguió repartiendo pintura celeste y blanco.
El 9 de agosto del 2021 –legislatura anterior- la Comisión Permanente desechó otra iniciativa, está a la Ley de Infraestructura Física Educativa, en cuanto a la “norma para la identidad cromática” de los planteles escolares. Fue promovida por el PRI, que más tarde se convirtió en socio del PAN.
Prohibía colorear las instituciones con las identificaciones de partidos y gobiernos ¿por qué la desecharon? “influyen en la personalidad de cada una de las personas” y más los colores celestes.
De la legislatura anterior, una más: Proyecto de reformas a la Ley de Obras Públicas y Servicios Relacionados con las Mismas, presentada el 26 de febrero del 2020. Esta fue del Partido Nueva Alianza, diputados Rogelio Arellano Banda y Oscar Martín Ramos Salinas.
Querían eliminar nombres, emblemas y colores preferidos de los gobernantes en turno. No les hicieron caso. Las placas de las obras siguen llevando el celeste y la marca Tam, atribuyéndose para la historia el mérito cuando los recursos de la realización provienen del erario, de los bolsillos de los contribuyentes.
Despintar de azul Tamaulipas llevará tiempo. Bueno, no tanto los vehículos porque son rentados y se irán con los vientos que los trajeron.
Ni las patrullas porque viene la Guardia Tamaulipas en sustitución de la Policía Estatal. Los temibles GOPES desaparecen.
Borrar edificios públicos e instalaciones deportivas, puentes y equipamientos es en lo que más gastarán los que vienen. Igual sustituir papelería oficial y en su tiempo placas de vehículos automotores.
Cierto que ya falta una Ley que evite derroches en pintura, una identidad cromática para las escuelas, que no debe involucrar a ningún partido, menos el que es gobierno.
En otros asuntos, ya está en el Tribunal Estatal la impugnación del PAN sobre los resultados electorales del 5 de junio, según el cómputo, declaración de validez y constancia de mayoría expedida por el IETAM. La firma un agrónomo –bueno, sin título- llamado Luis Tomás Vanoye.
¿Qué contienen las 350 páginas? Se quejan de “violencia generalizada” y basan la defensa en jurisprudencia de la Sala Superior del Tribunal Electoral. Las pruebas que presenta el ex consejero Marco Antonio Baños son “recortes” de periódicos, portales y redes. Lo mismo que ya circuló desde campaña y de lo cual resolvió el INE en juicios sancionadores.
Presuntos videos en que aparecen, entre otros, Gastón Arriaga Lacorte, Nohemí Estrella Leal, Octavio Leal Moncada (en algunas partes le llaman Oscar), y el alcalde de Hidalgo Juan José Contreras Castillo.
Tratan de involucrar a varios medios de comunicación como Excélsior, Reforma, Milenio, El Sol de Tampico, La Verdad de Victoria, Gaceta.mx, Angulo7 y Pegaso.press, entre otros, cuyos representantes legales deberán ir a declarar ¿les caerá bien que los relacionen?
Total, que luego continuamos porque el espacio se agota. Por cierto, nada mencionan que por primera vez en la historia de Tamaulipas los votos a favor del PAN se pagaron en 500 pesos.
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