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Estalla la bomba en el PAN

OPINIÓN PÚBLICA
Por Felipe Martínez Chávez
Estalla la bomba en el PAN 

CD. VICTORIA, Tamaulipas | Terminó el plazo para expresar aspiraciones en ocupar la presidencia estatal del PAN. La “bomba” estalló antes. Los auténticos celestes ya no quieren ser cómplices de la destrucción del partido.

El ex senador José Julián Sacramento Garza denunció que la gente del CDE no le recibió sus documentos, dando a entender que, por instrucciones de Luis René Cantú Galván, actual presidente que busca seguir de gerente. 

No se divide el partido, ya estaba divido desde la llegada del cabecismo, cuando empezó a perseguir a disidentes o cuadros que no estaban de acuerdo con su estilo violento de “fuego amigo” como Carlos Canturosas, Maki Ortiz y Leticia Salazar, entonces alcaldes. Le disputaron la candidatura al gobierno y pagaron las consecuencias. 

A comienzos del sexenio, en 2016, José Julián empezó a comer “de la mano” de Francisco Javier. Le otorgó la “beca” de representante del Gobierno de Tamaulipas en el Estado de Nuevo León, a donde renunció en noviembre del 2021. Se aventó casi cinco años cobrando. 

No se debe a los vacunos. Es panista desde 1996 cuando participó al lado de su suegro Jorge Cárdenas González, en Matamoros, y en 1998 por la gubernatura. Tiene luz propia. Maduro políticamente a los 66 de edad. Fue senador por mayoría. 

Enarbola las voces de auténticos azules que quieren un genuino dirigente y no un monigote que responda a intereses personales. Saben que desde la oposición no será fácil acceder a puestos de elección a partir de octubre del presente, cuando Morena se instale en el gobierno. 

Los de Reynosa, que ya se van, pero no se quieren ir, buscan el control del partido para designar candidatos en el 2024 ¿para qué más? 

Con ellos desaparecerá el PAN en Tamaulipas. Son poquitos –alrededor de ocho mil en el estado- y serán menos cuando el último de septiembre deje de tener los costales de billetes del gobierno. El futuro que enfrentan es oscuro. 

A menos que la comisión de justica interna diga lo contrario, o los tribunales electorales, la sentencia está dada: “El Cachorro” seguirá en la gerencia por instrucciones de su patrón. Llevará como secretaria general a la misma Mariela López Sosa, ex presidenta de Xicoténcatl. 

Tienen programado su registro el lunes 28 a las seis de la tarde en el edificio de 22 Berriozábal. 

Si de la dirigencia nacional meten orden, como lo van a pedir, el choque intestino será de pronóstico reservado hasta llegar a mesas de votación el dos de octubre, ortodoxos contra cabecistas. 

No se sabe cuántos aspirantes se registraron, pero ahí está, por si hay necesidad, Imelda Sanmiguel Sánchez, representando a la misma escuadra vacuna, por si hay necesidad de dividir el voto. Pidió licencia como diputada al Congreso local. 

Quería entrarle Arturo Soto Alemán, el persecutor de los pagadores de impuestos en el gobierno cabecista, pero se le ve con dudas. No la brinca sin huarache, como dicen. 

Si los opositores logran vencer obstáculos, la competencia final se dará entre Sacramento y “Cacorro”. Por cierto, ambos nacidos el 21 de agosto, el primero en 1956 y el segundo en 78´. De ir solo el de Reynosa, vía “dedazo”, no habrá votaciones. 

A cada uno se le recuerda por temas muy particulares. 

Sacramento por aquellos cañonazos de “fuego amigo” en contra del entonces delegado del IMSS, Jesús “El Árabe” Nader, de quien pidió, desde la tribuna del Senado de la República, la destitución inmediata por cometer actos de corrupción. 

Dio pelos y señales de sus acusaciones, empresas a las que se permitía declarar menos trabajadores de los que tenían, en detrimento de los ingresos del Instituto. 

Con “aquellos” bien puestos, José Julián mencionó 18 nombres de juicios laborales, todos perdidos por el IMSS porque su área jurídica los dejó perder en contubernio con funcionarios de la Junta Especial No. 37 de Conciliación y Arbitraje. 

Mencionó dos casos que merecen bote para quienes prácticamente robaron presupuesto del Instituto. El pago de un laudo por 9.4 millones de pesos a favor de Antonio Federico González Sánchez, y otro por 9.3 millones para Claudia Elizabeth Torres Cruz, lo que son otras historias. 

A Don Cachorro se le recuerda no por sus triunfos o estrategias electorales o por ser un ideólogo del partido, sino por su inocencia en pensar que la ciudadanía le cree afirmaciones sobre la hilera de guaruras que lo siguen. 

Afirma que paga de su bolsillo dos camionetas y “guarros” que lo cuidan día y noche, luego de haber sufrido personalmente y en su humanidad ¡siete levantones! De parte de la delincuencia organizada. 

Esto lo afirmó el octubre del 2021, pensando que la ciudanía está presta a creerle. Así de inocente es el muchacho de Reynosa. 

Y una “bomba” también las cuatro denuncias que el grupo parlamentario de Morena el Congreso local, presentó ante la FGR contra funcionarios como el Fiscal Irving Barrios Mojica y el Auditor Superior, Jorge Espino Ascanio, por hechos que pueden ser constitutivos de delitos, derivado de aquella presunta compra de votos en cinco millones de pesos, de regidores del municipio de Reynosa. 

Otra va contra Cecilia del Alto López, la secretaria de Obras Públicas, en que aparece Marvi Promotora de Bienes Raíces y la empresa Maytrack, favorecidas en los contratos del gobierno panista. Habrá consecuencias. 

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