Investigación

¿Su hijo, no aprendió en la escuela?…

¿Sabe las consecuencias de esto?

La educación de quienes no aprendieron también cuesta!. Existe una crisis en el aprendizaje?

Dr. Jorge Trujillo Bautista (*)

Los padres siempre deseamos que nuestros hijos sean exitosos en su vida. Y ellos también lo desean, pero nuestro concepto de éxito es distinto. En esta conquista, la educación ha sido señalada como una de las tareas fundamentales. Pero, la educación como proceso social y no la educación que se brinda en la escuela. De hecho, ésta última dista mucho de lo deseado para alcanzar el éxito en la vida. No es la educación el factor clave, hablando de escuelas, ¡si no el aprendizaje!

El aprendizaje es ese fenómeno que nos hace cambiar de conducta. De tal manera que Usted encuentra a una persona que fue a la escuela, pero nunca cambió su manera de hablar o de comportarse, no logró aprendizaje. Fue a la escuela, pero no aprendió. Hoy día, el mundo se desenvuelve en una crisis de aprendizaje. Insistimos, no es el asunto de ir a la escuela, es de aprender. 

¿Qué tan frustrado se ha sentido Usted como padre, cuando su hijo ha asistido a la Universidad y no aprendió lo que le prometieron al ingresar ahí? ¿Se lo preguntado alguna vez? La universidad es la desembocadura de todo el proceso educativo (escolar) mexicano. Al igual que en otros países, esta culminación de estudios, son la continuación de la asistencia del alumno a la básica, la media y media superior. Así es que no es un asunto de propio de la universidad. 

El Programa para la Evaluación Internacional de los Alumnos (PISA, por sus siglas en inglés) es una medida que realiza la Organización de Cooperación para el Desarrollo Económico (OCDE), dicha prueba nos muestra cifras importantes para asomarnos a la crisis del aprendizaje. Brindamos ejemplos: en Uruguay, los niños pobres enfrentan brechas muy amplias frente a los niños ricos, quienes provienen de hogares menos favorecidos obtienen resultados “no competentes” en matemáticas cinco veces mayor que la de niños que gozan de economía solvente. Para el caso de México, observamos semejante asunto: Alumnos de escuelas privadas superan casi en el doble del promedio de los niños que asisten a escuelas públicas. No es asunto de la escuela pública, pero a la vez, las brechas entre unos y otros alumnos. Desde el embarazo de sus madres, las diferencias de atención preparto y postparto dejarán sus huellas para el resto de la vida de estos niños. En esos primero s mil días que señala el Banco Mundial, como primordiales para el logro de una mejor sociedad. 

Existen tres crisis de aprendizaje en el mundo actual. La primera de ella, radica precisamente en los resultados poco satisfactorios. Habrá gente a quienes no nos guste leerlos, pero son más que claros: estamos en términos generales en los niveles más bajos del aprendizaje de Español, Matemáticas y Ciencias. Y aún sabiéndolo, no hacemos gran cosa por enfrentar esta crisis. Esta crisis tampoco es exclusiva de países pobres o en vías de desarrollo, se localiza en todos los países. Las desigualdades de los resultados de aprendizaje son elevadosTan solo el 5 % de las niñas de los hogares más pobres de Camerún, podrán continuar sus estudios en las escuelas, luego de un año de estancia en ellas, lo que contraste con el 76 % de las niñas de las familias más ricas de ese país. 

Una segunda crisis del aprendizaje son sus causas inmediatas. Esto es, el quiebre entre la enseñanza y el aprendizaje como tal; quiere decir que los niños no llegan preparados para aprender en la escuela. Destaquemos un dato: el 30 % de los niños menores de cinco años de los países en desarrollo tienen retraso en el crecimiento físico, por resultado de una malnutrición o desnutrición crónica. Dichas deficiencias repercuten de manera irreversible y afectan su aprendizaje. Por tanto, se repetirán historias por generaciones, si no atacamos frontalmente el problema en su origen. 

Por otro lado hay que reconocer la urgencia de capacitación y la motivación de los docentes para mejorar la educación. INEGI, nos brinda varios datos al respecto, por ejemplo: Nuevo León como profesores activos tiene en su nómina 34 personas que apenas estudiaron la educación media superior, pero lo más crítico: 4 de ellos, apenas concluyeron la educación básica. Dirá Usted, si pero, deben encontrarse por allá en algún rincón del estado! y eso es todavía peor.  Los mejores profesores, los más capacitados debieran estar donde más se requieren: las zonas de mayor pobreza. PISA nos refiere: en 14 países del África al sur del Sahara, en las pruebas de lectura, un docente medio de sexto grado obtiene puntajes similares a los de sus estudiantes de mejor rendimiento. 

El otro gran punto por resolver en esta segunda dimensión de las crisis del aprendizaje, es debido a una mala administración y gobernanza que suele menoscabar la calidad educativa, Tener una amplia cobertura escolar no es sinónimo de aprendizaje. Los procesos de gestión de recursos para mejorar la calidad educativa, suelen ser prolongados y austeros, eso no ayuda en nada. 

Una tercera dimensión en la crisis, tiene que ver con la política. Los principales actores tienen diferentes intereses que afectan el aprendizaje de los alumnos. Al grado tal de no interesarles en lo absoluto. Algunos funcionarios en ocasiones, tratan más de tener contentos a los docentes o a los jefes que pedir un mejor aprendizaje en los alumnos. 

¿Qué podríamos hacer? Sin que sea una receta mágica, ni mucho menos. Pero fácilmente podríamos ajustar muchas cosas: Contar con sistemas que evalúen el desempeño de todos, no solo de los profesores. Con una intención muy clara: mejorar el aprendizaje. Seleccionar a los docentes que impartirán en la educación básica. Basar el diseño de políticas educativas en evidencias para con ello lograr un enfoque basado en el aprendizaje de los alumnos. Y no en otras prácticas. Lograr estudiantes preparados que conozcan y acepten su propósito de vida. Docentes capacitados y motivados. Crear un sistema de enseñanza aprendizaje. Pero un sistema que arroje indicadores que muestran el rumbo de la política educativa incluyendo la participación de todos sus actores. No solo la instancia oficial de medición.

Dr. Jorge Trujillo Bautista

Universidad de Barcelona, España. Especialista en Política Social de México por la Escuela de Políticas Públicas de la Universidad de Chicago y de la Universidad Iberoamericana de Santa Fe, Ciudad de México. 

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