OTRA MIRADA
Por Rosa maría Rodríguez Quintanilla
¿Y el Convenio 190 contra la violencia laboral?
A un año de su entrada en vigor, México no ha ratificado el convenio 190 contra la Violencia y el Acoso en el Trabajo
En México, la violencia y el acoso laboral es un problema grave.
Las cifras así lo demuestran. En nuestro país más del 22% por ciento de las mujeres, laboralmente activas, han declarado haber sido víctimas de algún tipo de violencia laboral; de ese total, 19.3 por ciento, han sido víctimas de acoso.
La Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE), revela que, en el primer trimestre del 2021, 26 mil 380 personas dejaron su trabajo por motivos de acoso o discriminación. De ellas, 16 mil 903 son mujeres (64%) y 9 mil 477 son hombres (36%).
La violencia y el acoso laboral ocurren en cualquier lugar y en cualquier momento; además el confinamiento por la pandemia demostró que la presión económica y el estrés son detonadores de violencia con más riesgo para las mujeres trabajadoras.
Con el cierre de la economía, fueron las mujeres las primeras en perder el empleo o las más expuestas a sufrir violencias laborales que suelen ser invisibilizadas, por ejemplo, en el trabajo doméstico, en las tareas de cuidados o personal sanitario.
A más de un año de que llegó el primer caso de Covid-19 a nuestro país, nos preguntamos qué acciones ha impulsado el gobierno mexicano para resolver estas injusticias y colocar a las mujeres en el centro de sus medidas de recuperación Post-Covid.
Frente a esta crisis, nos preguntamos, ¿Por qué México no ha ratificado el Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo contra la Violencia y el Acoso Laboral?
En respuesta a las demandas de colectivos feministas, la OIT inició en 2017 las negociaciones con los países que son parte, y en 2019 aceptaron por mayoría la creación de este Convenio.
A un año de que entró en vigor, sólo seis países lo han ratificado, tres de ellos son de América Latina. En junio de 2020, Uruguay fue el primer país del mundo en ratificarlo, posteriormente lo han hecho Argentina y Ecuador. Los otros tres son Fiji, Namibia y Somalia.
México aún no lo ha ratificado.
El Convenio 190 introduce una serie de importantes innovaciones. Por primera vez se aclara lo que debe entenderse por violencia y acoso en el mundo del trabajo y se precisan las medidas que deben tomarse para prevenirla y abordarla, y quién debe hacerlo.
Es aplicable a todos los sectores, incluyendo el ámbito público y privado y la economía informal. No solo promueve espacios seguros en el trabajo, sino también reconoce que la violencia doméstica afecta la participación de las mujeres en el mundo laboral, su productividad, su acceso al empleo y su salud.
Los países cuentan con un año a partir de la ratificación para que la norma entre en vigor. Este plazo permite abrir un diálogo entre el Estado, los empleadores y trabajadores para examinar la legislación, realizar los cambios normativos, identificar los retos de aplicación y, sobre todo, fomentar los cambios culturales para un entorno de “tolerancia cero” a la violencia y el acoso en el lugar de trabajo.
Recordemos que, entre las consecuencias económicas y sociales de la pandemia, se documentó un impacto diferenciado hacia las mujeres que pone en riesgo los avances en materia de igualdad de género, y un convenio de esta naturaleza es fundamental para revertir esos efectos.
De ahí la trascendencia de que, México ratifique el Convenio 190 y ayude a construir en el ámbito público y privado así como en la economía informal, una vida laboral digna, segura y saludable para todas las personas. Que se reconozca que la violencia afecta la participación de las mujeres en el mundo laboral, su productividad, su acceso al empleo y su salud.
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