Redacción La Talacha
NUEVA YORK.- El anuncio se produjo el viernes a las 9 de la mañana, hora de Pekín, en la red social Sina-Weibo.
Un mensaje muy breve: «Tras una cuidadosa consideración, la empresa ha iniciado un proceso para dejar de cotizar en la Bolsa de Nueva York con efecto inmediato y ha comenzado los trabajos preparatorios para cotizar en Hong Kong», dice el comunicado de prensa de Didi Chunxing.
Se trata de una reflexión madurada, pero que se ha acelerado mucho en los últimos días. Esta salida no es una sorpresa, sino una confirmación.
Se produce una semana después de que la administración china del ciberespacio pidiera al gigante asiático de los viajes compartidos que abandonara Nueva York, según la agencia Bloomberg.
Investigación sobre la seguridad de los datos
Estados Unidos, por su parte, acaba de apretar las tuercas a las empresas extranjeras, permitiendo que las compañías que no tengan sus cuentas auditadas por una agencia autorizada sean retiradas de la lista.
Las cuentas y los datos son precisamente lo que obsesiona al Estado chino. La exitosa cotización del «Uber chino» en la Bolsa de Nueva York el 30 de junio de este año permitió a Didi recaudar 4.400 millones de dólares.
También fue el comienzo de los problemas para Didi. Desde entonces, el regulador chino ha intensificado las investigaciones sobre el gigante del transporte compartido, cuyas acciones han perdido un 45% de su valor.
Las autoridades dijeron que encontraron «graves infracciones» en la forma en que la empresa recogía y almacenaba los datos personales de los usuarios de la app, que permite pedir taxis y coches con chofer, sin dar más detalles.
Las empresas estatales expresaron entonces su interés en comprar la empresa, lo que el grupo negó. Entonces se ordenó a Didi que retirara 25 de sus aplicaciones de las plataformas online y se le prohibió captar nuevos clientes.
Captar valores tecnológicos
Desde la suspensión de última hora de la cotización en Wall Street de Ant, filial de Alibaba y número uno del mundo en pagos online, el gobierno chino ha estado presionando a los gigantes digitales chinos para que vendan sus acciones en el mercado nacional.
El objetivo es captar el valor de las industrias tecnológicas reorientando cuatro décadas de crecimiento y ahorro chino hacia las empresas locales, en lugar de invertir en inmuebles.
La nueva Bolsa de Pekín, puesta en marcha el mes pasado, pretende apoyar a las PYME, al tiempo que disuade a las empresas tecnológicas chinas de mirar hacia Estados Unidos.
También es una forma de competir con el centro financiero de Hong Kong, donde el índice Hang Seng Tech ha caído un 50% desde febrero. Antes de trasladarse allí, Didi Chunxing tendrá que resolver su disputa con el regulador sobre la seguridad de los datos.
Ante el temor de que se transfieran datos sensibles a Estados Unidos, las autoridades chinas se plantean, según Bloomberg, que conoce muy bien el asunto, prohibir a todas las empresas chinas cotizar en bolsas extranjeras.
Didi, cuyo logotipo en forma de una gran «D» roja girada sobre su vientre es conocido por todos los chinos que poseen un smartphone, realiza casi el 90% de los pedidos de coches con conductor y, por tanto, dispone de una masa de información personal de sus usuarios, datos considerados de riesgo por el régimen.
*Con información de RFI.
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